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ENTREVISTA CON LA POETA MARÍA ROSAL
“Se mira en el espejo:
No hay ninguna señal de que haya muerto»
María Rosal: “Síntomas de la devastación”
“HACEN FALTA PERSONAS QUE USEN EL CEREBRO PARA PENSAR EN LOS DEMÁS”
F. EXPÓSITO (DIARIO CÓRDOBA). 01/06/2014
La poeta cordobesa María Rosal presentará mañana en Córdoba Al este del andén, dentro del ciclo literario Letras Capitales que promueve el Centro Andaluz de las Letras (CAL). Publicado por la editorial Arcibel, el libro recorre su trayectoria poética a través de algunos de los versos que hoy son difíciles de recuperar por las cortas tiradas de las ediciones. «Arcibel se dirigió a mí y decidimos hacerlo. Son poemas que han gustado y que leo en algún congreso o acto poético», cuenta Rosal.
–¿Hay un hilo que conduzca o una esos poemas de su nuevo poemario?
–Sí, el título es el hilo conductor. Al este del andén , que a todos nos hace recordar la película Al este del Edén, es el hilo que une los poemas, pero también es el título de uno de ellos. Lo que quiero decir es que estamos al este de ninguna parte. Quiero hablar en ese libro, de una manera irónica, lúdica, humorística o seria, del sentimiento de desorientación que podemos tener las personas en una época como la presente.
–Si hubiera un verso para definir su poesía, ¿cuál escogería?
–Al este del andén, que marca perfectamente esa situación, de que queremos estar, queremos ir, queremos llegar, pero quizás tampoco sabemos a dónde.
–¿Cuáles son los grandes temas que aparecen o a los que recurre en sus libros?
–El erotismo es bastante anecdótico y destacaría por encima de ese tema la ironía, el humor, contemplar la vida desde la incredulidad, el dolor, la desesperanza, la indignación, la subversión, la rebeldía. Todo eso está ahí.
–¿Hay etapas claras en su trayectoria poética o es difícil delimitarlas?
–No sabría decir. Me siento más a gusto con los últimos libros que se publican, quizás porque los siento más cercanos. Lo que sí hay en mi poesía es mucha diferencia de tonos. No tiene nada que ver el tono de Tregua con el de Otra vez Bartleby, o con el de Síntomas de la devastación. Son libros que van cambiando según voy viendo la vida o la poesía. Sé que el tono cambia, la visión y la mirada son distintas.
–¿Tonos claros u oscuros?
–Se alternan. Cuando estoy situada en un tono más oscuro, más pesimista, más de visión catastrófica, me llega el cansancio. Cuando tomo la iniciativa de otro libro, surge la ironía, lo humorístico, quizás para compensar, porque la vida es ese juego de claros y sombras.
–¿Con qué libro se quedaría?
–Otra vez Bartleby, porque me dio muchas alegrías y satisfacción. Con Síntomas de la devastación también me sentí bastante identificada. Tregua, que obtuvo el premio Ciudad de Córdoba, fue un libro que me hizo sentir muy bien. Cada libro tiene su momento, su historia y su circunstancia. Lo más importante de mi poesía es que se trata de un sentimiento de búsqueda continua de la expresión poética, la búsqueda de la palabra que pueda expresarme, identificarme, reconocerme.
–¿Palabra cargada de futuro? ¿Tiene sentido decir hoy que la poesía es un arma cargada de futuro?
–La poesía siempre tiene que ser un arma cargada de futuro. Estoy profundamente con la esperanza y la ilusión, y no con el derrotismo. Lo que sí miro es que las situaciones son muy difíciles y hay que mirarlas con ojos críticos. El poeta no puede estar en su torre de marfil, ni al margen. Tiene que situarse en la plaza, con una palabra cargada de futuro.
–¿Qué libro de poesía o qué poeta recomienda siempre?
–Sería muy difícil, pero diría Pablo García Baena. En los últimos meses he estado haciendo un estudio sobre su poesía y he releído a Pablo, con tranquilidad, no he hecho la lectura que va buscando la expresión del maestro, sino que he analizado la obra desde el punto de vista filológico. He vuelto a disfrutar con su poesía.
–¿Para quién escribe el poeta?
–Yo escribo porque es una necesidad. Escribo poesía cuando quiero decir algo. El ensayo es diferente, escribo porque tengo que hacerlo por mi trabajo en la universidad. A la poesía acudo de vez en cuando y porque me apetece, como un lugar en el que me siento a gusto.
–¿Es verdad que en Córdoba hay grandes poetas y menos buenos grandes narradores?
–En absoluto. Los géneros no condicionan a los escritores. Hay muy buenos colegas que se desarrollan muy bien en poesía y otros en la narrativa. No tiene por qué ser superior la poesía a la narrativa o el ensayo. No desprecio ningún género. Todos son válidos.
–¿Qué le parece la trayectoria de Elena Medel y que su último libro esté entre los más vendidos de España?
–Me parece muy bien que los jóvenes avancen y sigan trabajando. En ese terreno siempre aplaudo a la gente que hace bien su trabajo.
–¿Cree que las redes sociales son el gran enemigo del libro?
–No, son aliadas del libro. Estoy a favor de estas nuevas formas de lectura.
–¿En qué trabaja ahora?
–Sigo investigando, escribiendo ensayo. Acabo de publicar en Italia un estudio sobre la obra de Gloria Fuertes y también en Italia saldrá un capítulo de un libro sobre la literatura infantil. Me he ocupado de la obra adulta de Fuertes. Es una poeta muy consciente y he reivindicado su figura.
–¿Y en poesía?
–La poesía llega, se va, aparece. En ese terreno hago lo que hacía Vicente Núñez. Si llega escribimos algún poema. Sigo con la investigación y el ensayo, que te mantiene siempre activa.
–¿Hacen falta poetas en los distintos gobiernos y en los partidos políticos?
–Hacen falta personas que usen el cerebro para pensar en los demás y en cumplir bien su trabajo.
NUEVO BOLETÍN DEL GRUPO AMADOR
DEDICADO A LOS DIBUJOS DE RAFAEL GUIJARRO SOBRE DON QUIJOTE
Hemos confeccionado un nuevo Boletín del Grupo Amador de los Ríos. En esta ocasión está dedicado a las ilustraciones de Rafael Guijarro Nucete sobre Don Quijote de la Mancha. Rafael Guijarro, autor del cartel de la Semana Santa de Baena en 2014, es un pintor autodidacta. ¿Quién mejor que él para definirse?:
“Nací en Baena en 1963. Me considero un pintor autodidacta. Sin estudios específicos de arte, me aficioné desde niño al dibujo y a la pintura, mostrando mi habilidad de manera notable mientras cursaba mis estudios de Primaria y Bachiller. Mis primeros pasos en el dibujo los realicé en la escuelas de D. José Piernagorda, en la calle Moral. Con sólo seis años, recuerdo que los sábados podíamos asistir a la escuela y participar en concursos de dibujo para obtener premios en material escolar. Yo siempre elegía una ficha para copiar de nivel de octavo, que en numerosas ocasiones conseguía ser premiado. Al terminar el Bachiller, por necesidad familiar, abandoné los estudios y me incorporé al mercado laboral (18 años en el sector del comercio y 10 como administrativo en la construcción). En este periodo realicé numerosos trabajos que requerían poco tiempo, caricaturas, carboncillos, tintas, logotipos, etc. Diseñé el logotipo de las VII Jornadas Nacionales de Exaltación del Tambor y el Bombo y las inscripciones en los tambores que regalaba Baena a los distintos pueblos anfitriones de las Jornadas y el logotipo de la Asociación Amigos de las Jornadas del Tambor (…). Fue en 1992 cuando volví a coger los pinceles. En 2014, mi dibujo “Testigo de un Legado” fue elegido cartel oficial anunciador de la Semana Santa”.
Este Boletín, que hace el número 42 de la Asociación Cultural, viene acompañado de fragmentos del Quijote, que coinciden con las cuatro ilustraciones que hemos incluido.
Esperamos que os guste.
Muchas gracias a Rafael Guijarro por colaborar con el Grupo Cultural Amador de los Ríos.
MI CASA EN PUERTA DE CORDOBA
por José Javier Rodríguez Alcaide
He visto la que fuera mi casa. He pasado ante ella en mi ascenso desde San Francisco con el grupo que encabeza Manuel Horcas. Esa casa ,en el número dos ,fue mi hogar, miescuela ,mi pequeña granja.Años antes había sido panadería y propiedad de quienes poseían el molino del Calabazar. La historia de esa casa está todavía en la memoria de Laurita, la Churrera, quien fue mi niñera en los años finales de la década de los treinta, años de aquella guerra civil cruenta.
Me pareció su fachada un triste lienzo porque ha desaparecido el zaguán ,su gran portada y el despacho – biblioteca de mi padre. Nadie se acordará de aquella fachada que ya no es ni sombra del lugar en el que creció mi infancia. Es como si puerta y ventana hubieran sido saqueadas.
¿Qué quedará de su escalera, de su primer patio interior, del vasto solar trasero casi huerta? Han desaparecido las dos acacias que producían quesitos y en el paredón se erguían solemnes. Ha desaparecido el lugar sagrado de esa casa donde mi madre tenía su piano, pues en 1932 los maestros de escuela debían saber solfear en clave de sol y de fa y dominar al piano un sinfín de canciones escolares.
Pasé ante la puerta de la que fuera mi casa, ahora desfigurada. Sólo tuve que cerrar los ojos y ante mí apareció exactamente igual que la que en julio de 1950 dejará. De pronto me vi sentado al piano junto a mi padre solfeando «do, re, mi, fa, sol, la, si». Y corriendo por el largo y estrecho patio «emporlado», montado en bicicleta que fue regalo de mi abuela materna. Cuando llegué a san Bartolomé me dije: «Es peligroso recordar a través de tu sueño de poeta».
Me produjo gran dolor comprobar que la sala donde yo me sentaba a leer el Quijote, ilustrado por Doré, se había esfumado y también su reja desde donde en cada cuaresma, atónito, yo contemplaba el triste sonido del tambor bajando a celebrar el miserere de la cola negra. En ese despacho mi padre escribió su libro para niños titulado «Baena en la historia», revisó la mecanografía que había enviado fuera a un mancebo de farmacia y se entusiasmaba ante los dibujos a plumilla de Ávila, Casanni y de la Torre. Mi padre para mi fue severo hombre y magnífica persona que creía en la cultura como fuente de progreso. Nunca me enseñó que había que comer para no ser comido, en la posguerra.
Uno es muchas cosas; una de ellas es el hogar de su infancia. En ese hogar de mi infancia yo siempre pensé que en el desván habitaba un fantasma del que en las noches desde mi dormitorio, en planta alta ,escuchaba sus pisadas, pero que no me seguía durante el día por mi casa. Todo niño mantiene escondrijos en su casa. Yo tuve dos: el desaparecido zaguán donde en las siestas conmigo mismo jugaba al fútbol con los botones y portería de «zanzones», y la sala biblioteca en la que en invierno y los domingos me afanaba en curiosear libros de la colección Austral.
Llegado a San Bartolomé, sentado en el banco y antes de que Horcas hablara, entendí que me habían robado el zaguán, la sala del piano y mi fantasma ; es decir, tristemente me habían robado una parte querida de mi infancia. Parece mentira que hayan pasado sesenta y cuatro años. Se fueron aquellos días. El día que parió mi madre a mi hermana pequeña en 1948 en el salón del Piano – biblioteca donde se improvisó paritorio; el de mi primera comunión en 1945 vestido de gala; el de mi ingreso en bachillerato a los diez años con matrícula de honor que mi padre recordó regalándome un misal de cantos dorados aunque yo no iba para cura.
Al pasar ese día,4 de mayo, por Puerta de Córdoba todas esas horas felices se me hicieron una sola… Ante el fantasma de mi casa.
(*) Dedicado a la memoria de Domingo Ortiz, Santos, Cristóbalina, Carmina, mis vecinos y a Laurita, la churrera.
SER PROFETA EN SU TIERRA. FRANCISCO ÁVILA ROJANO
por Rafael Ruiz Arjona
Mire usted. Siempre se ha dicho y es verdad, la dificultad de ser profeta en su tierra, los baenenses de la antigüedad en la que tantos ilustres dio nuestra ciudad, realizaron sus mayores hechos viviendo fuera de sus “lares” en las más diversas ocupaciones, una simple ojeada a la historia nos lo confirma, huelga citar nombres por conocidos. En el último medio siglo la tendencia no es que halla cambiado radicalmente, pero sí, baenenses que no han dejado su tierra y otros que han regresado a ella y aquí han concebido sus mayores trabajos; los que son elogiados, se puede considerar que han triunfado.
Entre los artistas que han demostrado su valía sin dejar Baena están (y cito por orden alfabético) Ariza (hace muchos años que ha vuelto), Ávila y Piernagorda. Francisco Ávila es un dibujante de un trazo seguro con técnica muy depurada en la concepción del dibujo y su ejecución a tinta, el Arte tiene diversidad de riqueza y tendencias. Ávila Rojano no es un dibujante de nuevo cuño, no, sus primeros dibujos publicados se remontan a 1949 quién con otros baenenses M. Cassani, R. Torres y J. Gutiérrez, ilustraron “Baena en la Historia” de Manuel Rodríguez Zamora, edición para colegiales, su ilustración se refería a la Piedra Escrita, Reparto del Monte Horquera en la Plaza de la Constitución y la Ermita de los Ángeles, obviamente a mucha diferencia de sus actuales trabajos, es lógica la superación ya que empezó muy joven a dibujar.
Su andadura en este arte es amplia y en el último medio siglo, la técnica y el dibujo ha evolucionado depurando el trabajo como artista que se preocupa de progresar. Consigue bien los planos volumétricos, los escorzos, el encaje, la perspectiva y grados de luz, luz y sombra dan fuerza y relieve a los diversos elementos que entran en juego del espacio que se dibuja, estando muy presente la tercera dimensión en aquellos temas que lo requieren.
Recuérdense asimismo sus dibujos con motivos baenenses publicados por el periódico Cancionero incluidos como suplemento, pero lo más llamativo del artista es su colección en la que posee piezas de Museo o Biblioteca, como el realizado de la parroquia del Soterraneo de Aguilar de la Frontera, de perfecta realización la cual incluyo entre algún otro en mi libro “Córdoba tierra desamortizada”, la Casa de Castril de Granada (uno de los trabajos de mayor reconocimiento artístico), lugares de la Alpujarra, el Darro o la Puerta del Puente Romano de Córdoba por citar algunos, sugiere emociones estéticas. El Arte tiene muchos caminos por donde andar y si difícil es dibujar, éste dibujante baenense le pone una dificultad añadida cuando decora abanicos cuyo soporte no es fácil de dominar, lo que ha adquirido el elogio de quienes conocen esta faceta del artista.
Podemos decir que el ambiente artístico que predomina en su trabajo son los motivos urbanos, excelentes son sus series de Córdoba y Granada, a las que acompañan Ronda, Jaén, Baena, Priego, Cabra, la ya citada Aguilar por traer parte del conjunto, lugares éstos donde se pueden ver copias de las que obviamente el autor conserva sus originales. Sin abrir mucho el plano de la lejanía concentra la vista más en el detalle preciosista, con limpios trazos bien logrados de perspectiva y luz, ello no quiere decir (como ocurre con los artistas) que todo lo producido tenga el mismo nivel de calidad, aunque en los dibujos de sus primeras etapas denotan la posibilidad de alcanzar lo ya alcanzado de maestro. Quienes consideren que se elogia por ser amigo están en un error, consulten su página WEB (WWW.FranciscoÁvila.sitio.net)y saldrán de dudas, porque la clave de su valor que lo lleva al triunfo reside en el meticuloso tratamiento que da al dibujo, dominando los resortes para conseguirlo, en ello se fundamente este comentario.
Francisco Ávila es metódico en el dibujo, con él tiene una privilegiada posición para convencer a toda persona sensible a las Bellas Artes, lo dibujado al día de hoy dispone de todos los ingredientes para ello. En este complejo espacio del Arte puede equipararse a otros artistas consagrados, ahí en ese lugar de encuentro está éste baenense con su carpeta de dibujos guardando gran parte de lo más característico del urbanismo de diversos lugares de España, en lo que alcanza una muy positiva riqueza de imágenes urbanas, escenario de una tierra que le resuma la historia por los cuatro puntos cardinales de su geografía.
La historia moderna de los pueblos, se va construyendo con la contribución de sus hijos y Ávila por la calidad de sus dibujos, hay que tenerlo en cuenta entre los notables que aportan su arte a la cultura local, ateniéndonos pues a esta conclusión hay que situarlo en ese espacio de la historia moderna de Baena, lo que conviene no pasar por alto. Si se dedicara a dar conferencias diríamos que es un mago de la palabra, pero como se dedica a dibujar decimos que es un mago del dibujo.
Nota: la página a la que alude Rafael Ruiz está en desuso en la actualidad.
Ilustración: Cartel de Ávila para la Quinta Cuadrilla de Judíos de la Cola Blanca, realizado en 2013.
LA ASCENDENCIA BAENENSE DE CERVANTES Y EL MUSEO CERVANTES, EN EL NUEVO BOLETÍN DEL GRUPO AMADOR
El Grupo Amador ha preparado un nuevo boletín informativo en el que reconoce la labor del Museo Cervantes de Baena y recoge aspectos sobre la ascendencia baenense del autor del Quijote. El historiador Rafael Ruiz Arjona, miembro del Grupo Cultural Amador de los Ríos, es la persona que más ha estudiado la relación de la familia de Cervantes con Baena. En su libro ‘Baena. Testimonios de su historia’ remarca que la abuela paterna de Cervantes, Leonor de Torreblanca, era natural de Baena. Además, su abuelo paterno, Juan de Cervantes, fue alcalde mayor de la antigua villa entre 1541 y 1545. Rafael Ruiz concluye que no resulta sorprendente pensar que cuando Cervantes, a finales del siglo XVI, escribe el Quijote, “debe conocer Baena o al menos su historia y personajes”. “Baena, villa del Duque de Sessa quien nombró a su abuelo paterno para el gobierno de ella, donde moraron largos años parte de sus ascendientes, repito debía tener amplias referencias de la villa de Baena, y es lógico que estas referencias no le eran inadvertidas, tal sería así, cuando en sus versos primeros de su inmortal obra, cita al célebre baenense Juan Latino de forma elogiosa, y creemos que lo cita tanto por el prestigio del personaje, como por el conocimiento que puede tener de la villa”, escribe.
RUTA POR EL PATRIMONIO DE BAENA
por José Javier Rodríguez Alcaide
He hecho ese recorrido de la mano de Manuel Horcas por el derecho que tengo de encontrarme conmigo mismo; a soñar despierto. El interés que siento por rememorar mi infancia entre San Francisco y San Bartolomé no es otra cosa que sentir interés por lo que está vivo.
Entrar en San Francisco por lo que fuera su antiguo asilo fue alejarme de lo sensual y situarme entre comunidad mística e individualismo inconsciente. La moderna residencia es legado de aquella piedad del corazón que resplandeciera en la vieja junto al huerto franciscano.
El descenso a San Francisco desde Plaza Vieja se me iba haciendo cada vez más atractivo. Manolo Horcas descubría las raíces de la plaza en una de cuyas casas yo naciera. La expansión de la alta Baena desde aquel majestuoso torreón, cárcel en el día de mi nacimiento, fue deseo de crecer hacia fuera de un pueblo que hizo de la plaza lugar de comercio, de feria. Un resplandor, untuoso como aceite, ascendía desde un reluciente verde del Marbella. El azul del cielo y el blanco colgante de las casas resbalaba a mi paso y se fundían mágicamente. Bajaba y observaba como, uno a uno, iban cayendo velos de mi niñez hasta llegar al recoleto resplandor del Convento.
¡Qué beatitud la de la luz de aquella hora! ¡Qué profunda belleza la del interior del templo! Me dije: ¡Es eso! Esa es la penumbra escondiéndose en el templo, cada vez que de la mano de mi madre entraba yo a rezar ante camarín baleado del Nazareno. San Francisco en mi infancia eran dignidad y serenidad que se resolvían en la alegría de, luego, bajar a las huertas. Dignidad, ratificada, al colocar a Santo Domingo en el altar mayor en el lugar de mayor honor, frente al evangelio como corresponde a buen franciscano que no querella frente a dominico. Gravedad, en modo alguno sombría, escondida en mi niñez tras blanqueados muros que hoy aparecen ornamentados por retratos y pinceles. Piedad intensa y razonable ante el Nazareno, entronizado en barroco retablo en espera de que arreglen su camarín, sin que esta visita precisara de ceremonia solemne. Mi alma soñaba, sentada en un banco del templo, a su manera. Soñaba de nuevo la esperanza, la, paz y la felicidad en San Francisco que antes de yo nacer había sido escenario sangriento.
El calvario de la cuesta alentaba mi corazón desde la Cruz de Jaspe hasta San Bartolomé que no me resultó vía crucis. Mi conciencia estaba alterada como si me encontrará prisionero de mi niñez y de la mano de Domingo Ortiz subiendo con su burro desde las huertas con los ramones de la poda del olivo. Vestido de pantalón corto subí, ahora de hombre, sorteando coches con el sol sobre mi cabeza en una mezcla de emoción y vértigo, de excitación ante la pina calle Puerta Córdoba que tantas veces anduviera.
Por fin, llegué a San Bartolomé. Se abrió puerta y cancel y me aposenté ante el templete y ante dos púlpitos de desigual basamenta. Miré a la bóveda del altar mayor y me fijé en el botón sobre el que había estado cinco siglos colgado el escudo del Señor de Baena, tallado en madera policromada, que me acababan de mostrar en una sala superior de la casa del la Tercia. Mientras mi mirada chocaba con el botón del crucero y bailaba entre escudos Del Señor de Baena, sentí, agitado, latir mi corazón simple y ferviente. Me vi, de nuevo, actuando de solitario monaguillo y haciéndome las mismas preguntas que me hacía de niño, atónito ante idénticos enigmas.
¡Cómo pudo estar aquel escudo nobiliario tantos años escondido sobre la bóveda del templo y ese artesonado central en artesa tantos siglos ocultado!
¿Dónde habían ocultado la puerta para subir a la torre?
Allí, sentado en el banco, mentalmente, peldaño a peldaño, ascendía por la escalera de caracol hasta encontrar la luz azul que brotaba del campanario. Extraña y delicada luz, clara y misteriosamente atractiva. Arriba, entre campañas, el olivar se perdía ante luminosidad tan alta, pues la cegadora monotonía hacia imposible reconocer las formas del terreno tras elevada calima. La infancia se fundía ante mis ojos mientras Manolo Horcas decía palabras sobre cuadros y capillas. Entre sus oratoria yo, desde la torre, veía soledades en los olivos; lejanías y extraños silencios que desde aquella altura se percibían.
¡Los cimientos de la torre se resentían y los maestros de obra colgaron el campanario de andamios y recibieron desde nuevos cimientos torre y escalera!
En ese momento supo resolver el enigma de aquellos pequeños boquetes cuadrados en los que los vencejos cada primavera hacían sus nidos. La voz de mi compañero de estudios en los jesuitas me devolvió a la realidad del lugar y a la razón que me había impulsado a visitar de nuevo el barrio donde nací y viví de niño en mi pueblo.
Me hubiera gustado permanecer en San Bartolomé mucho más tiempo, sentado en aquel banco, para reposar en mis recuerdos, cediendo a la atracción de ellos. Fue tentación grande la de permanecer allí sentado y alejarme del grupo que se había dispersado hacia el principal cancel, el sagrario y hacia la reja del baptisterio. No fue posible y de aquel lugar salí diciendo:
Puerta Córdoba.
Calle empinada,
jalonada por cruz de jaspe,
de piedra.
Continua bajada hacia las huertas
desde la que fuera mi puerta.
(Dedicado a Manuel Horcas Gálvez, Jesús Luis Serrano Reyes y Miguel Párraga)
EL INSULTO FASCISTA
por Manuel Piedrahita
DIARIO CÓRDOBA. 3-V-2014
La habitual perversión del lenguaje se hace evidente con la palabra fascista. Es utilizada con intencionalidad política al margen de su verdadero significado: los fascios de Mussolini procedentes de las fasces de la Roma clásica. Se les ha llamado fascistas a los antiguos trabajadores de Delphi por irrumpir en un mitin en protesta por su situación laboral. Acaba de sufrir idéntico insulto el ministro del Interior, y poco le faltó a la presidenta Susana Díaz de ser tachada de fascista cuando se dijo que era “líder de la derecha más radical”. No es cosa de hoy la devaluación de fascista que en su significado real abarca todas las ideologías autoritarias incluida el nazismo. Un ejemplo lejano lo sufrió en 1936 Antonio Bermúdez Cañete,.natural de Baena y de familia acomodada. Fundó en 1921 el periódico Trabajo y fue un adelantado de su tiempo al defender a los campesinos baenenses frente al caciquismo vigente. Economista por la London School , corresponsal en Alemania de El Debate, se le ha achacado maliciosamente su simpatía por Hitler sin tener en cuenta que en los años fundacionales del nazismo, incluso la prensa inglesa valoraba como positivo al Führer: “Está levantando un valladar cada vez más fuerte contra el bolchevismo”, decía un periódico londinense. Pero en las crónicas de Bermudez Cañete para El Debate, de 1935, no dudó en criticar al “partido racista” y fue expulsado por el mismo Goebbels. En 1936 fue asesinado en Madrid, como diputado de la CEDA, “por fascista”; aunque había sido expulsado de Berlín, precisamente, por ser antifascista.
EL MUSEO CERVANTES, UN PROYECTO QUE SIGUE CRECIENDO CON EL RETO DE CONVERTIR A BAENA EN CIUDAD CERVANTINA
LA ERMITA DE LAS VÍRGENES DE TORREPAREDONES,
por José Antonio Morena
En la foto que ilustra este texto se aprecia bien la construcción religiosa a la derecha, de pequeñas dimensiones, dedicada a las santas mozárabes Nunilo y Alodia que sufrieron el martirio en el año 851 d.C. según relata Eulogio de Córdoba.
El caballero veinticuatro de Córdoba D. Andrés de Morales y Padilla que visitó el lugar en 1644 relata:
“Digo Señor, que a veinte y un dias del mes de Noviembre del año passado de mil y seiscientos y cuarenta y quatro, fuy a visitar la Hermita de las Sanctas Virgenes, y Martires Nunillo y Alodia, y a reconocer el sitio de CASTROVIEJO, y las ruynas de Hvesca y el Rio, ò Arroyo Salado, que todo esta alla junto, incluso en el Cortijo que se llama de las Virgenes de CASTROVIEJO, que es de los Propios desta Ciudad de Cordoba… a 350 passos mios, en la ladera, donde haze algun llano, esta la antiquísima Hermita de las Sanctas Virgenes, y Martires Nunilo y Alodia, hermanas, y sobre el Altar esta pintada Nuestra Señora y al lado derecho Sancta Nunilo, y al izquierdo S. Alodia, con sus nombres escritos, y Palmas de Virgenes, y Coronas de Martires. Y en otro retablo, encima de este, estan pintadas estas Sanctas padeciendo el Martirio, que escribe San Eulogio, y en lo alto de todo, pintada la Nave de la Iglesia, y abaxo de estos Quadros, ay una Inscripcion, que dize assi:
“A gloria de Dios Nuestro Señor, y de las Sanctas Virgenes Nunilo y Alodia, que padecieron Martirio en tiempo del Rey Abhderramen, año de DCCC.XII. Este retablo mando…”.
Y esta borrado, quien lo mandò hazer, y todo el renglón baxo, que no se puede leer. Al poniente de la Hermita està la puerta, y entrada de un sotano ò cueba que entra debaxo de tierra hazia la Hermita, y quien a entrado por alli, dize, que llega hasta debajo de la dicha Hermita, y al parecer, según su fabrica, y fortaleza de gruesas piedras devia de ser carcel debaxo de tierra.
La ermita está construida sobre los restos de un importante edificio romano cuya planta se advierte en la parte de la izquierda de la foto y que, posiblemente, corresponda a las termas.
BAENA DEBE INNOVAR EN COLABORACIÓN
por José Javier Rodríguez Alcaide
Poner BAENA, como marca, en el mercado es algo tan complejo que no se podrá lograr sin el acuerdo entre muchos baenenses, que presiden y dirigen instituciones y empresas. La complejidad que supone conseguir que Baena sea una marca, que añada valor también a quienes no viven en Baena ni son nacidos en nuestro pueblo, es elevada y requiere la colaboración de empresas e instituciones, radicadas en Baena. Colaborar es la forma más inteligente para competir entre pueblos y territorios. No se puede competir sin colaborar.
La forma más simple de colaborar es hacer CO-MARCA, como por ejemplo, Baena Cultura+Denominación de Origen o Denominación de Origen + Cervantes, como lo es Walt Disney + Orlando. También la de colaborar con otras ciudades para crear circuitos arqueológicos como pudiera ser Torreparedones + El Álamo pues seria un modelo creativo común y no una colisión de intereses.
La ciudad en la que sus habitantes no colaboran estará destinada a empobrecerse. La valoración de esta colaboración la harán los extraños a través de la aceptación o rechazo del nombre de Baena como marca. Colaborar se convierte en la forma normal de relacionarse entre las gentes. ABASA fue ejemplo de colaboración arriesgada que potenció la marca BAENA y que no perduró porque sus accionistas no quisieron compartir el valor que esa colaboración añadía a sus negocios específicos.
Conseguir que empresas e instituciones colaboren en pro de la marca BAENA no es tarea fácil pues expandir el credo de la colaboración, como instrumento de innovación y creación de valor requiere mucha convicción y muchísima energía de coordinación. La colaboración en mi pueblo para este propósito debería ser más natural que la competencia pero no todas las mentes están preparadas para entender las ventajas de la co – innovación. Las instituciones que en Baena ya están colaborando para crear la intangible marca tienen que invertir, sobre todo, en crear confianza. El mundo es tan complejo que ningún alcalde, presidente de cooperativa, director de colegio , empresario lo puede abordar en soledad. Sin confianza, nacida de la generosidad, no se podrá entrar en aquella complejidad.
Baena tiene muchos activos invisibles que se deben descubrir en clave de futuro. No tanto lo que el pueblo tiene sino lo que de invisible en ellos hay es lo que debe incitar a colaborar. Pero sin herramientas no se podrá descubrir la invisibilidad de esos activos pues el futuro de Baena es básicamente combinatorio. Combinación de voluntades de los baenenses para conectar personas e instrumentos en un sistema global eficiente ;es decir, recombinación de todo su capital humano.
Colaborar en la innovación mental es la forma más inteligente para competir con otros territorios en un mundo complejo y abierto.
REPORTAJE SOBRE EL VINO CORDOBÉS EN DIARIO CÓRDOBA
MONTILLA-MORILES, PATRIMONIO NATURAL DE LA CAMPIÑA
El paso de los años ha dejado en la comarca cordobesa los mejores caldos. La denominación, pese al arranque de viñedo, tiende hacia la estabilización en la producción y ventas
FRANCISCO EXPÓSITO
No es necesario recurrir a la historia, la literatura o la arqueología para glosar la idiosincrasia de los vinos cordobeses. Cualquier referencia a los caldos de la denominación Montilla-Moriles conducen a la exaltación de un patrimonio único que convierten a la comarca de la Campiña en una zona diferenciada del resto de los pagos vinícolas de España. La elaboración natural de sus vinos, que no incorporan alcohol para obtener su graduación, es una riqueza impagable, inasumible por el resto, aunque aún no ha sido reivindicada suficientemente por las bodegas cordobesas. En Córdoba se elaboran unos caldos que solo necesitan promoción para hacer de su futuro garantía de supervivencia, aunque eso implica también el respaldo institucional al tratarse de un patrimonio único, enraizado en la Campiña y en la historia de muchos pueblos de la provincia. Pese a los cambios de hábito en el consumo, el fino, el vino joven, el PX o el amontillado están recuperando protagonismo al convertirse en sustentadores fundamentales de la dieta mediterránea que tiene en Córdoba a una de las grandes despensas de la calidad de la Unión Europea. En la comida, en las celebraciones populares o cualquier evento social tiene su sitio el vino de Montilla-Moriles, no solo en los 15 municipios que aún mantienen la vid en cultivo, sino también en el resto de la provincia. Solo hay que encontrar el momento y la compañía. El resto vendrá solo o acompañado de la tapa u otra riqueza culinaria.
El vino Montilla-Moriles es un bien muy preciado, sometido en demasiadas ocasiones a políticas erráticas de la Unión Europea que han primado otros cultivos y olvidaron la vid ante el desbordamiento continental de las producciones. En los últimos 35 años no ha dejado de reducirse la superficie. De aquellas 19.458 hectáreas que se alcanzaron en 1978 se ha pasado a 5.244 en el 2013, existiendo ya algunos municipios incluidos en la denominación de origen que figuran sin superficie de producción, como ocurre con Fernán Núñez, Nueva Carteya o Zuheros. En el lado contrario, pese a la drástica reducción del cultivo, se encuentran Montilla, con 2.224 hectáreas, Aguilar (883), Lucena (417), Moriles (350) y Montemayor (339).
La caída de la superficie del viñedo ha coincidido con el incremento de la expansión del olivar, muy primado por la Unión Europea. A esto hay que unir otros factores como el envejecimiento de los viticultores y la falta de renovación ante la incertidumbre en la que se ha visto inmerso el cultivo en las últimas décadas. El número de agricultores vitivinícolas se ha reducido a más de la mitad en las últimas tres décadas al pasar de 5.241 inscritos en 1993 a 2.171 del 2013. Muy lejos queda ya la producción máxima que se alcanzó en 1980, con 1.083.279 hectolitros calificados por el consejo regulador.
En el ejercicio 2012/2013, que se extiende entre el 1 de agosto del 2012 y el 31 de julio del 2013, la producción calificada ascendió a 140.112 hectolitros, de las que 120.444 eran de vino blanco, 8.582 fueron de vino joven, 6.584 mistela y 4.501 PX. A este dato hay que unir 47.161 hectolitros de vino que aún no se había presentado a calificación con fecha de 31 de julio del 2013 y 5.078 hectolitros que se descalificaron. Pese a esta reducción, Montilla-Moriles se mantiene entre los 30 distintivos de calidad con mayor superficie protegida de las 90 denominaciones que se reparten por la geografía española en la actualidad. Además, el número de viticultores está por encima de la media nacional, que se sitúa en 1.528 agricultores por denominación. En la última campaña se contabilizaban 58 bodegas inscritas, una cifra que no ha dejado de caer. De estas 58 bodegas, 45 son embotelladoras. Esta cifra de empresas se ha reducido a la mitad de las que había en la campaña 2002/2003.
VALOR ECONÓMICO
El valor económico de la campaña 2012/2013 ascendió a 34,5 millones de euros, de los que 31,9 correspondieron al mercado nacional. En España se vendieron 106.768 hectolitros de vino blanco y 59.652 de vino de licor. Por lo que se refiere al mercado internacional, los ingresos ascendieron a 2,62 millones de euros. Al término de la pasada campaña había en bodega 344.226 hectolitros, de los que 264.553 eran de vino de licor y 79.673 eran caldos blancos.
Montilla-Moriles es una de las zonas en las que tiene más importancia el mercado interior, ya que absorbe el 91% del total de la producción, mientras que la media nacional refleja que solo el 54% de los vinos con denominación de origen no salen de las fronteras españolas. Los principales destinos de los caldos cordobeses exportados en la campaña 2012/2013 fueron Holanda, que absorbió 4.919 hectolitros; Reino Unido, con 4.183 y República Checa, con 3.142. Otros países que también destacaron en la importación de vinos fueron Alemania (529 hectolitros), Bélgica (838) y Dinamarca (365).
El envasado a granel sigue teniendo un peso demasiado importante en la denominación de origen, sobre todo en el caso de la exportación. Así, este tipo de venta representa el 63,3% del total. Durante el año 2012, las empresas de Montilla-Moriles envasaron 10.258.341 litros, a los que hay que unir 4.592.862 de caldo embotellado y 4.447.271 vendido a granel. Incrementar las ventas de vinos embotellado es un reto aún pendiente en la zona.
Nota: El gráfico ha sido realizado por Ramón Azañón, infografista de Diario Córdoba y uno de los grandes diseñadores de Andalucía. Ramón Azañón es también un magnífico fotógrafo, especializado en el mundo ecuestre, consiguiendo hace unos años el Premio Mezquita de Fotografía.