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SI 1.125 FIRMAS NO SUPONEN UN BUEN PUÑADO DE CONSENSO, QUE ALGUIEN ME REDEFINA CONSENSO

JESÚS SERRANO: «SI 1.125 FIRMAS NO SUPONEN UN BUEN PUÑADO DE CONSENSO, QUE ALGUIEN ME REDEFINA CONSENSO»

Vivimos en una casa que está situada en una calle. Ahí: vivimos. Yo vivo en la calle Holanda que, como otros nombres de calles de Baena es bastante anodino, pues meramente cumple con una función de etiqueta clasificatoria para indicar una dirección.

Las calles son las páginas de un libro de historia. Rotularlas con nombres significativos para sus vecinos es dar a conocer y reconocer su patrimonio. El callejero de un pueblo, como todo lo que hacemos, está hecho a imagen y semejanza y refleja lo que somos.
A veces los gobernantes tienen el irreprimible impulso de dejar huella sobre el patrimonio y lo modifican: se reconstruye más que se restaura, se cambian esculturas, nombres de calles, etc. ¿Con criterio, con consenso?

El consenso y la razón a la par constituyen rara avis, y más en la actualidad. Si 1.125 firmas no suponen un buen puñado de consenso, que alguien me redefina “consenso”. Rotular una calle con el nombre de Alfonso Torrico Lomeña, un Hijo Predilecto de Baena con méritos más notables que notorios, porque fue un humilde empedernido, es más que razonable. No se conoce de él otra faceta que trascienda ámbito personal que el haber ayudado a sus ciudadanos y a su pueblo. Lo hizo en vida, pero también lo hizo tras haber fallecido: con la venta de su libro póstumo Baena durante la segunda república. Sus ayuntamientos el Grupo Cultural Amador de los Ríos recaudó más de 6.500 euros que, con el permiso y beneplácito de la familia del autor, se donaron íntegramente al Convento de Madre de Dios.

Desde 2011 se adquirió un compromiso verbal desde el Ayuntamiento de Baena con el Grupo Amador de los Ríos. Seguimos a la espera de su cumplimiento.

JESÚS L. SERRANO REYES ES DIRECTOR DE LA FUNDACIÓN CENTRO DE DOCUMENTACIÓN JUAN ALFONSO DE BAENA

Seguimos recopilando apoyos para que se rotule una calle a Alfonso Torrico Lomeña. Los que queráis sumaros podéis hacerlo enviando vuestro texto al correo fmexposito@ono.com o a esta pagina de facebook.

J Serrano

–APOYOS A LA CALLE DE ALFONSO TORRICO LOMEÑA—

RODRÍGUEZ ALCAIDE: «ES ACERBO COMÚN LA INGENTE LABOR DE SOLIDARIDAD QUE DON ALFONSO DESARROLLÓ POR BAENA» 

Las calles se denominaban antiguamente para ser identificadas, mediante toponímicos, hitos que en ellas se encontraban, personas que en ellas vivían. Más tarde se identificaron acudiendo a acontecimientos notables y a resaltar el nombre de personas relevantes no ligadas a la ciudad. El nombre de alguna persona insigne se ha venido utilizando para nominar calles antiguas, que aún conservan la vieja denominación de modo paralelo para testimonio de la propia historia de esa calle. Así, Plaza Vieja devino en Francisco Valverde y Perales y calle Llana en Amador de los Ríos, que son ejemplos de esta aseveración. Muchas veces se acude a elegir nombres de personas que no tuvieron nada que ver con la ciudad o pueblo en el que esa calle se encuentra y se olvida recordar a un ciudadano que desarrolló una gran labor por el interés común de la ciudadanía.
Abogo para que una singular calle de Baena sea redenominada Alfonso Torrico Lomeña, pues es acerbo común la ingente labor de solidaridad que Don Alfonso desarrolló para muchos baenenses y cuánto aportó a la agilización de algunos proyectos de interés para el pueblo que dependían del gobierno de Madrid. Alfonso Torrico Lomeña debe ser históricamente rememorado intitulando una calle, que, a la par de singular para conservar su vieja denominación, reciba la de esta persona que silenciosamente ejerció la solidaridad con sus paisanos. El viejo nombre de la calle debe conservarse en una artística cerámica que rece así:»antigua calle de…,». Como ejemplo se podría grabar «antigua plaza vieja, antigua calle Llana, antigua calle Mesones» a las ahora dignamente intituladas Francisco Valverde y Perales o Amador de los Ríos.
Atentamente espero sea atendido este ruego por el ayuntamiento pleno de Baena.

JOSÉ JAVIER RODRÍGUEZ ALCAIDE ES CATEDRÁTICO EMÉRITO DE LA UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA E HIJO PREDILECTO DE BAENA

Seguimos recopilando apoyos para que se rotule una calle a Alfonso Torrico Lomeña. Los que queráis sumaros podéis hacerlo enviando vuestro texto al correo fmexposito@ono.com o a esta pagina de facebook.

R Alcaide

JOSÉ-MARÍA CASADO RAIGÓN: «APOYO QUE SE ROTULE UNA CALLE A NUESTRO ILUSTRE PAISANO ALFONSO TORRICO»

Comenzamos a publicar los textos de apoyo para que se rotule una calle a Alfonso Torrico Lomeña. Los que queráis sumaros podéis hacerlo enviando vuestro texto al correo fmexposito@ono.com o a esta pagina de facebook.
Iniciamos la petición con las palabras de José-María Casado Raigón, decano del Colegio de Economistas de Córdoba:

«Aunque ya lo hice en fechas anteriores con motivo de la llamada que entonces se hizo, me sumo también ahora a la feliz y justa iniciativa y apoyo de tan merecido reconocimiento a nuestro ilustre paisano con la rotulación de la calle que reconozca su labor.
Como baenense, que tuvo la fortuna de conocerlo personalmente, estoy convencido del acierto de la iniciativa.
Confío en que el Excmo. Ayuntamiento corrobore y dé, definitivamente, forma a nuestra petición y la de tan numeroso grupo de baenenses».

JM Casado

LA CALLE DE ALFONSO TORRICO: EL ESPERADO COMPROMISO

Hace tres años, 1.125 baenenses firmaron una petición para que el Ayuntamiento de Baena rotulara una calle al hijo predilecto de Baena Alfonso Torrico Lomeña. Tres años después, confiamosque el Ayuntamiento asuma el compromiso de su exalcaldesa, que aseguró al Grupo Cultural Amador de los Ríos que antes de que finalizara el año 2013 o principios de 2014 el ilustre baenense tendría en el callejero su nombre, reconociendo así su meritoria labor durante su vida y la defensa que hizo de nuestro municipio desde las distintas responsabilidades que asumió. 

La exalcaldesa de Baena y ahora consejera de Medio Ambiente, María Jesús Serrano, confirmó el 23 de abril al Grupo Amador de los Ríos que durante este año o los primeros meses de 2014 se procedería a la rotulación. Como recogimos entonces, “la vía que llevará el nombre de este baenense, sencillo y humilde, luchador por proyectos que impulsaron la localidad que le vio nacer, se situará en un lugar de Baena «digno para su figura y memoria», según indicó la alcaldesa.
Confiamos en que el nuevo alcalde, Jesús Rojano Aguilera, dé respuesta a esta petición detrás de la que están baenenses de todas las clases sociales y de todos los grupos políticos.
Esa petición que hizo el grupo en representación de 1.125 firmantes, que se habían recopilado desde 2010, se presentó a finales de abril de 2011 y decía lo siguiente:

“Sr. Alcalde Presidente del Excmo. Ayuntamiento de Baena:
La Asociación Grupo Cultural Amador de los Ríos, entidad inscrita por la Delegación Provincial de Justicia y Administración Pública de Córdoba en el Registro de Asociaciones de Andalucía con el número 7.067, aprobó en asamblea general del 28 de diciembre de 2008 iniciar la recogida de firmas para que se rotulara una calle que reconociera la trayectoria de Alfonso Torrico Lomeña. En el año 1973, más de dos mil personas pidieron el nombramiento de DON ALFONSO TORRICO LOMEÑA como Hijo Predilecto de Baena para que se reconocieran sus esfuerzos al respaldar muchas demandas de la localidad y promocionar laboralmente a numerosos paisanos. Tras obtener todos los permisos, el Pleno Municipal aprobó, definitivamente, el 29 de octubre de 1973 su nombramiento como Hijo Predilecto. Este baenense ejemplar, que había nacido en 1927 y falleció el 27 de abril de 2008, fue calificado entonces como un “hombre sencillo, leal, sincero, cordial, con extraordinario don de gentes y gran capacidad de relación, siempre estuvo, con absoluto desprendimiento, (…), al servicio de Baena, y de los baenenses…”. Su nombramiento y trayectoria posterior reafirmaron estos calificativos.
El Grupo Cultural Amador de los Ríos ha venido trabajando desde hace tres años en las gestiones para que se rotule una calle que recuerde la figura de DON ALFONSO TORRICO LOMEÑA, que durante su actividad laboral contribuyó a la reversión al Ayuntamiento de una parcela de más de 10.000 metros cuadrados de terreno, donde se construyeron cien viviendas. Además, su influencia familiar, al estar casado con la hermana de la madre general de la Congregación de las Hijas del Patrocinio de María, ayudó a que se construyera en Baena el colegio de enseñanza media del Espíritu Santo. A esto se unieron las gestiones con la Diputación de Córdoba para la repoblación de las laderas de Baena y su “permanente” colaboración con la localidad. Junto a estas iniciativas, hay que resaltar su calidad humana, su sencillez, modestia y compromiso con Baena. Recientemente, el Grupo Cultural Amador de los Ríos ha presentado la edición del libro Baena durante la Segunda República. Sus Ayuntamientos, escrito por Alfonso Torrico Lomeña y que es la publicación más completa sobre este periodo histórico, fruto de numerosos años de investigación.
Por todo ello, numerosas personas han autorizado con sus firmas los pliegos que se adjuntan, mostrando sus deseos para que DON ALFONSO TORRICO LOMEÑA sea distinguido con la rotulación de una calle que lleve su nombre. Con tal fin, como secretario del Grupo Cultural Amador de los Ríos, y con el visto bueno del presidente y vicepresidente de la asociación, el Grupo Cultural Amador de los Ríos suplica a V.S. se digne admitir este escrito, con los referidos pliegos de firmas, y dé cuenta del mismo al Excmo. Ayuntamiento Pleno, a los pertinentes fines.
Baena, a veintinueve de abril de dos mil once.
Firmado: Jesús L. Serrano, Francisco Expósito y Manuel Piedrahita”.

Calle A Torrico

A PROPÓSITO DE TODOS LOS SANTOS.

UN BANDO DE HACE 83 AÑOS PROHÍBE QUE SE BEBA EN EL CEMENTERIO DE BAENA
En el primer tercio del siglo XX se planteaban problemas por el polvo que había en las calles, se multaba a los dueños de los burros que no se ataban, había ya accidentes por el exceso de velocidad de algunos vehículos o se lamentaba que muchos baenenses se fueran a beber al cementerio, perturbando el descanso eterno de sus moradores. Por este último motivo dictó Toribio de Prado Padillo un bando el 28 de octubre de 1930 en el que se tomaban medidas por los excesos que se solían cometer con motivo del día de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos. El texto advertía de que el sagrado recinto estaba abierto para las personas que fueran a rezar, colocar luces y adornar las lápidas y sepulturas. Por el contrario, dejaba claramente delimitado lo que no se podía hacer: “Queda absolutamente prohibido la entrada en dicho cementerio de cuantas personas no concurran con el fin de los dispuesto en la anterior disposición y aquéllas se guardará de no proferir palabras o verificar acto alguno que sea irrespetuoso para el sitio donde se encuentra, no permitiéndose la venta de bebidas, licores ni comidas, y menos, que los vendedores de cualquier producto se sitúen en el mismo o en sus inmediaciones, pregonando sus artículos”.

El bando decía lo siguiente:
“Bando. D. Toribio de Prado Padillo, Alcalde Presidente del Ilustre Ayuntamiento de esta Ciudad.
Hace saber: Que con motivo de la celebración de los próximos días de Todos los Santos y Fieles Difuntos, teniendo en cuenta la antigua costumbre en esta localidad, vengo en dictar lo siguiente, a lo que ha de subordinarse la entrada y estancia en el Cementerio de Nuestra Señora del Buen Suceso de esta población.
1ª Se permitirá la entrada de personas en el sagrado recinto, siempre que éstas vayan con el fin de rezar, colocar luces y adornar las lápidas y sepulturas, con coronas o flores, guardando en todo ello las debidas formas de respeto y consideración.
2ª Queda absolutamente prohibido la entrada en dicho cementerio de cuantas personas no concurran con el fin de los dispuesto en la anterior disposición y aquéllas se guardará de no proferir palabras o verificar acto alguno que sea irrespetuoso para el sitio donde se encuentra, no permitiéndose la venta de bebidas, licores ni comidas, y menos, que los vendedores de cualquier producto se sitúen en el mismo o en sus inmediaciones, pregonando sus artículos.
Durante la noche, el indicado campo santo quedará completamente solo y no se permitirán la estancia de persona alguna, cualquier que sea el objeto que pretenda.
Los infractores de estos preceptos serán severamente castigados y puestos a disposición de las autoridades judiciales, si el hecho a ello hubiese lugar, esperando del culto vecindario no dará lugar a la adopción de medida alguna coercitiva, quedando encargados del más exacto cumplimiento de este Bando los agentes de mi autoridad, que me darán cuenta de cualquier infracción que se cometa.
Baena, 28 de octubre de 1930. Toribio de Prado”.

Comentario: F. Expósito.
Fotografía: Imagen tomada ayer en el cementerio de Baena.

Cementerio

DOMINGO DE HENARES: 25 AÑOS COMO SANTO

El pontificado de Juan Pablo II tuvo para Baena una especial importancia por el protagonismo que alcanzaron dos de sus hijos en los últimos veinte años. El Papa polaco canonizó en 1988 al dominico baenense Fray Domingo de Henares en una ceremonia que congregó a numerosos baenenses en la plaza de San Pedro de Roma, pero también nombró cardenal a Julián Herranz Casado en 2003, como hemos visto en alguna información publicada con anterioridad en esta página.

Con motivo de la santificación de Domingo de Henares, doscientos baenenses se desplazaron a Roma en cuatro autobuses para asistir al acto que se celebró el 19 de junio de 1988.

Santo Domingo de Henares fue un dominico que en el siglo XIX propagó la fe católica en Vietnam y que murió martirizado junto a otros 117 cristianos en la antigua Tonkín. Había nacido en Baena el 19 de diciembre de 1766, por lo que en 2016 se celebra el 250 aniversario de su nacimiento, y murió el 25 de junio de 1838. El Papa León XIII lo beatificó el 27 de mayo de 1900 junto a otros 64 mártires.

Domingo de Henares fue bautizado en la iglesia de San Bartolomé de Baena el 21 de diciembre de 1766 y el 30 de agosto de 1783 tomó el hábito dominico. El fraile baenense fue asignado a las misiones, llegando a Filipinas el 9 de julio de 1786. A finales de 1789 se ordenó presbítero, siendo destinado a las misiones de Tonkín. Consagrado como obispo el 9 de enero de 1802, fue detenido el 9 de junio de 1838 y sentenciado a muerte. A la una de la tarde del 25 de junio de 1838 fue decapitado.

Comentario: F. Expósito.
Foto: Algunos de los baenenses que se desplazaron a Roma. Juan Torrico Lomeña incluyó esta fotografía en su libro ‘Crónicas de mi pueblo. Baena’, publicado por Gráficas Cañete en 1997.

25 años como santo

EL ORIGEN DEL PARQUE DE BAENA

Os incluimos, a continuación, el inicio del nuevo artículo de Francisco Expósito en ‘Cancionero’, en el que analiza el origen del parque de Baena. El autor agradece a María Luisa Vílchez y María Victoria Ruiz de Prado su colaboración para la elaboración de este texto.

EL GRAN PARQUE DE BAENA
«Hay que ir al Parque, al magnífico y suntuoso parque. Los baenenses estamos orgullosos de nuestro paseo que no tiene similar por los alrededores y tenemos que enseñarlo al visitante. Tiene reminiscencias de bosque de Bolonia y para nosotros el encanto de un jardín de las Tullerías”. La descripción aparece en una revista de feria de 1931 en un artículo en el que se hace un recorrido por la localidad. Unos años antes, con motivo de la inauguración de la estación del tren en 1918, el corresponsal del Diario de Córdoba resaltó los avances que se habían producido en este periodo en Baena, entre los que no duda en destacar el nuevo parque de la localidad: “Y voy a terminar: de cinco años a esta parte, hase progresado en Baena más que en cien años anteriores. El Parque, la caseta de la Juventud, el acerado de importantes vías, la subida del agua y el ferrocarril lo atestiguan. Los métodos de cultivo son modernos; la producción, comparada con la de hace veinte años, superiorísima; el decidido empeño de avanzar y avanzar en mejoras, siéntase más cada día, socialmente”.

Dentro de pocos años se celebrará el centenario del impulso definitivo de esta gran zona de Baena que se ha convertido en uno de los recintos más bellos de la provincia por la riqueza de su arboleda. Pero, ¿cuándo se creó este espacio verde de Baena? Es difícil buscar una fecha, pues el origen del paseo del “Hoyo de la Dehesilla” no aparece recogido como tal hasta 1917, cuando en un inventario municipal se hace una descripción del mismo: “Hoyo de la Dehesilla, hoy avenida de Cervantes, donde se encuentra enclavado el parque o paseo público, con una extensión superficial de 2 hectáreas y 31 áreas y 99 centiáreas. Linda por el Sur con la carretera Baena-Albendín, por el Norte con las llamadas Casas de Vela, hoy Avda. de Cervantes y C/Silos, por el Este con el camino de circunvalación y por el Oeste con el camino de circunvalación C/Avda. de Cervantes”. La placa colocada en la fachada principal del recinto sitúa este origen sobre 1916, reconociéndose la figura de su fundador: “A la memoria del ilustre patricio baenense fundador de este parque público D. Ramón Santaella Ariza. La ciudad le rinde este homenaje. 1916”.

No obstante, tenemos que irnos a la sesión municipal del 23 de marzo de 1917. Entonces se describe la petición de la Junta de Iniciativas de hacer un parque municipal y público en el lugar conocido como Hoyo de la Dehesilla, en el mismo terreno que dedica el Ayuntamiento a la Fiesta del Árbol. Para ello, contempla la traída de agua que permitirá en poco tiempo el impulso de este parque como sitio de “esparcimiento y recreo, y pulmón higiénico de Baena, hoy día tan necesario por el número de población que reúne y por la escasez de plazas y paseos”. La Junta de Iniciativas requirió al Ayuntamiento que permitiera canalizar el agua desde la Fuente de Baena hasta el depósito que hay en el Palacio del Duque y de allí al Hoyo de la Dehesilla. Según se recoge, en el futuro parque se instalaría una fuente comunal para el abastecimiento y riego, mientras que por las calles por donde pasara la tubería de conducción se colocarían bocas para el riego de las calles. “Este agua sería siempre para este uso y no se podría vender ni ceder a particulares por ser bien comunal”, indicaba la solicitud. Tras acometerse esta actuación, la Junta de Iniciativas cedería gratuitamente al Ayuntamiento todo el parque y sus instalaciones, “para que este se haga cargo de él a perpetuidad de su conservación y sean de su cuenta en lo sucesivo los gastos que ocurran tanto de su mantenimiento como del perfeccionamiento de sus instalaciones”.

(CONTINÚA EN CANCIONERO)

Parque Baena

UN FRAGMENTO DE LA NOVELA ‘COMO POSOS DE CAFÉ’, DE LA ESCRITORA ISABEL MORALES TRILLO

El 30 de enero de 2010, el Grupo Cultural Amador de los Ríos presentó el libro ‘Como posos de café’, de Isabel Morales Trillo, una interesante incursión en los años de la guerra en Baena y en la posguerra. Isabel Morales, descendiente de baenenses, nos muestra el viaje interior de una mujer desde el pozo oscuro de la Guerra Civil hasta nuevos horizontes de esperanza y libertad. Editada por Onagro Ediciones, el acto tuvo lugar en el viejo instituto Luis Carrillo de Sotomayor. 
Os dejamos con un fragmento de esta bella novela que nos retrotrae a otros tiempos en Baena:

“DESDE el cementerio se ve cómo cae Baena en una cascada. En lo más alto, la silueta de la torre de Santa María la Mayor y la estructura abalconada del Arco de la Villa que pertenece al convento de Madre de Dios. Desde el cementerio, si se mira hacia el este al amanecer, el cerro cubierto de casas queda en sombra, recortado a contra luz. Las fachadas no parecen blancas sino gris perla, de un gris azulado y limpio. ¿Cómo iba yo a pensar entonces que aquella imagen de mi pueblo se quedaría como una fotografía intacta en el recuerdo? Si miré hacia atrás, fue porque salimos familias enteras entre dos luces hacia la campiña. Y a golpes secos se oían tiros desde la lejanía, como petardos de feria: sordos. Invisibles. Huíamos todos. Hombres y mujeres y niños. Subíamos la loma la mañana del cinco de agosto. Huíamos como una manada de animales asustados. Corriendo un poco, a veces, cuando sentíamos silbar las balas. Las balas también silbaban como tabarros que volaran sobre nosotros. Los hatos de ropa sobre la espalda. Miguel a horcajadas sobre un borriquillo que le dejaron a mi padre, con su pierna escayolada y algunos archiperres. Gritaba, arre, arre. Hacia la huerta de la Castreña nos dirigíamos. Una casona amplia tenía la Castreña en su huerta cerca del río. Casi parecía que nos íbamos unos días de vacaciones, igual que otros veranos escapando del calor seco. Pero en esta ocasión medio pueblo escapó de los disparos, incluso, de la muerte. Algunos sin saber hacia dónde, sin conocer el destino de aquella larga caminata (…).

Ni siquiera sabría contar exactamente cuántos vivimos allí el verano de mil novecientos treinta y seis. Si dijera que lo recuerdo todo, mentiría. La memoria se compone de piezas sueltas, como fragmentos de un rompecabezas en donde uno va colocando imágenes, escenas, frases y conversaciones que se quedaron grabadas sin conocer el porqué y, en ocasiones, tampoco cuándo o, incluso, a qué lugar pertenecen.
La memoria conserva agujeros negros como pozos profundos de agua. Yo me asomo a uno de ellos queriendo distinguir los reflejos del fondo. Que deje a los muertos tranquilos bajo tierra. Hay quien prefiere el olvido. Pero el olvido jamás remedió ninguna herida. Que entierre todo aquello, me dicen, que deje al tiempo borrar los horrores de la guerra. Sin embargo, yo todavía siento un escozor y un desasosiego en el alma, como si me echaran un chorro de alcohol sobre una brecha. Las señales que nos han marcado la vida a la gente de mi época, a los más viejos y, sobre todo, a los más niños. ¿Cómo podría abandonar la memoria a la deriva? En el huerto de la Castreña, durante aquellas tardes largas de verano, pensaba por qué Dios permitía que sucedieran aquellas cosas (…).

Foto: F. Expósito.
Nota: En la imagen, la autora del libro, Isabel Morales (izquierda), junto a las personas que participaron en la presentación de la publicación.

Como posos de cafe

EL DESCUBRIMIENTO DE LA CABEZA DEL EMPERADOR AUGUSTO EN TORREPAREDONES

Continuamos con los breves relatos del arqueólogo municipal José Antonio Morena sobre los descubrimientos de Torreparedones. En esta ocasión nos cuenta el descubrimiento de la magnífica cabeza de Augusto encontrada a finales de 2011 en la curia del yacimiento arqueológico:

“En la sala de reuniones del senado local de la colonia Virtus Iulia Ituci encontramos este impresionante busto de mármol blanco que representa a César Augusto cuando este ya había muerto (año 14 d.C.). Sobre la cabeza porta la doble corona, la cívica de hojas de encina con betollas y la radiada metálica que indica su divinización por parte del senado de Roma. Pero un detalle más hace de este retrato un ejemplar único en el todo el Imperio, un orificio que presenta sobre la frente y que servía para colocar una estrella que el profesor Carlos Márquez identifica con el sidus Iulium, el cometa que surgió en el cielo de Roma en el mes de julio del año 44 a.C. como símbolo del ascenso al cielo del alma de Julio César, su padre adoptivo. En definitiva, una pieza excepcional que, muy probablemente, pertenezca a alguna de las estatuas sedentes que aparecieron días después en el mismo lugar”.

El descubrimiento fue recogido por los diarios provinciales, pero también por los de tirada nacional. Incluimos a continuación el inicio del reportaje que publicó Manuel Albert el 12 de diciembre de 2011 en ‘El País’, titulado “La corona cívica de Augusto”:

“Un día cualquiera de un veterano legionario romano en la Hispania del siglo I. El militar retirado reside en una coqueta colonia de la Bética, con privilegiadas vistas a la campiña. Corduba, la capital, no cae demasiado lejos a caballo. Pero no hay necesidad de ir. En la pequeña ciudad en la que vive, de 10 hectáreas, no le falta de nada. Es casi como una Roma en miniatura. Nuestro hombre pasea por el decumanos (calle principal) rumbo al macella (mercado), hace un alto en el foro para disfrutar de las magníficas esculturas de mármol, se asoma a la basílica y discute en la puerta de la curia diversos asuntos. Al fondo del edificio público, vislumbra otra estatua. Descansa en un nicho. Se fija en su cabeza, tocada con una corona de hojas de roble y encina. Es Augusto, el primer emperador romano, al que ya todos rinden culto.
Viajamos 2.000 años adelante. La colonia romana se ha convertido en el yacimiento arqueológico de Torreparedones, a 20 kilómetros de Baena (Córdoba). Dentro de lo que una vez fue el edificio donde se legislaba la ciudad (la curia), los historiadores encuentran una bella cabeza de mármol blanco. Luce idéntico ornamento vegetal al que llamó la atención de nuestro viejo legionario hace 20 siglos. Y es que se trata del mismo retrato de Augusto. Su hallazgo, hace unas semanas, supone el último de los tesoros encontrados por los arqueólogos en esta mina histórica llamada Torreparedones (…).
Si quiere leer el artículo completo, le incluimos su enlace:

http://elpais.com/diario/2011/12/12/andalucia/1323645732_850215.html

Cabeza E Augusto

JULIÁN HERRANZ: DIEZ AÑOS DE LA PROCLAMACIÓN DEL CUARTO CARDENAL CORDOBÉS DE LA HISTORIA

Hoy se cumple el décimo aniversario de la proclamación como cardenal de Julián Herranz, diez años en los que el veterano purpurado ha seguido trabajando en la curia sin descanso. Herranz se convirtió en el cuarto cardenal nacido en la provincia de Córdoba y el primero en 249 años. Hay que remontarse a 1754 para encontrar otro purpurado cordobés. En aquella ocasión fue nombrado el montillano Luis Antonio Fernández de Córdoba Portocarrero Guzmán y Aguilar.
Durante esta década como purpurado, visitó Baena en dos ocasiones para recibir el nombramiento de hijo predilecto (junio de 2004) y para impartir una conferencia y recibir la distinción de hermano mayor honorario de la Ilustre Archicofradía de la Veracruz (mayo de 2010). Era el regreso de Herranz a Baena, el municipio del que se marchó muy pronto. “Salí de Baena cuando era aún muy pequeño. No tengo, pues, muchos recuerdos pero los que conservo están llenos del candor de la infancia. Son recuerdos de un niño que abre sus ojos ante un mundo, en una tierra además como la andaluza Baena, llena de luz y de vida. Los recuerdos de un hogar y de una tierra cristianas que son ciertamente estupendos”, decía Herranz.
Amigo de Jose María Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, Julián Herranz ha sido uno de los cordobeses que ha llegado más alto en la Iglesia católica al asumir grandes cotas de responsabilidad durante décadas. El cardenal baenense es considerado como uno de los mayores expertos en Derecho Canónico, por lo que no sorprendió nada cuando el Papa Benedicto XVI lo nombró en 2012 para presidir la comisión encargada de investigar las filtraciones de documentos secretos y que comprometieron al Estado vaticano. Las conclusiones que elaboraron los cardenales Herranz, Salvatore De Giorgi y Jozef Tomko, tras interrogar a una treintena de personas del Vaticano, condujeron, según indicaron algunos medios de comunicación, a la renuncia de Benedicto XVI, un hecho que no se producía desde 1415. Sea mayor o menor la influencia del informe que elaboró Herranz y los otros dos compañeros de comisión, lo que sucedió después trajo un nuevo aire a la Iglesia con la llegada del Papa Francisco.

Reproducimos a continuación un breve fragmento de algunos de los recuerdos del cardenal baenense de aquel día de su proclamación, que se recogería en su libro “En las afueras de Jericó”:

“Baena, la histórica y querida ciudad cordobesa donde nací y fue bautizado –en la iglesia de Santa María la Mayor, mezquita en la época musulmana y, antes aún, templo cristiano visigótico-, quedaba muy al sur, demasiado alejada. No así los parajes de seis años después: Madrid y, durante la guerra civil, Cañamares (…).
Sí, ese niño al que todavía veo correteando por Baena y Cañamares viviría veintidós años, durante su juventud y su madurez, junto a un santo: Josemaría Escrivá; cuarenta y un años en total junto a su primer sucesor, Álvaro del Portillo, que murió igualmente con fama de santidad; y medio siglo junto a su segundo sucesor, Javier Echevarría, prelado del Opus Dei en estos momentos (…).

La púrpura más hermosa
Cinco meses después del viaje de Juan Pablo II a España, en el Consistorio del 21 de octubre de 2003, fui creado cardenal junto a otros 29 eclesiásticos de veintidós naciones de los cinco continentes. Representó un gesto de benevolencia del Vicario de Cristo, con el que –más que a mi persona- quiso honrar a la ley eclesiástica de la que me ocupo, a España, mi patria de origen, y al Opus Dei, la institución a la que debo mi encuentro decisivo con Cristo (…).
El Consistorio público comenzó a las 10.30 de la mañana con el canto de entrada Catabo Domino in vita mea (…). El Papa, que fue acogido con un fuerte aplauso, tomó asiento en la Cátedra, delante del altar (…).
A la izquierda del altar, junto al Cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, se encontraban las delegaciones oficiales de once naciones y las familias de los neocardenales. Me sentí bien acompañado por los de este sector, no sólo por los queridos miembros del Opus Dei y de mi familia de sangre, sino además por los alcaldes, representantes y amigos de dos pueblos españoles ligados a mi historia personal: Baena y Cañamares (…).
Después de imponerme la birreta, Juan Pablo II me entregó la Bula de mi nombramiento como cardenal, en la que se me asignaba como diaconía la basílica de San Eugenio. Y acto seguido, en el momento en que intercambiábamos el abrazo de paz, sentí el fuerte impulso interior de decirle:
-Gracias, Santo Padre, por la confianza que me demuestra y, más aún, por el ejemplo de fidelidad a Cristo que nos da”.

Comentario y foto: F. Expósito.
Nota: En la foto se observa al cardenal Herranz durante su visita a la iglesia de San Bartolomé en 2010.

Cardenal Herranz

LOS AÑOS DE LA CONSAGRACIÓN DE VELÁZQUEZ A TRAVÉS DE SUS CUADROS A LA FAMILIA REAL ESPAÑOLA

A través de una treintena de obras, la exposición «Velázquez: y la familia de Felipe IV» pretende introducir al espectador en dos temas profundamente interrelacionados. Por un lado, la actividad como retratista desarrollada por Velázquez en los once últimos años de su carrera, y la continuación de esa labor por sus sucesores Juan Bautista Martínez del Mazo y Juan Carreño durante las décadas de 1660 y 1670. Siendo una exposición sobre retratistas cortesanos, también lo es sobre la familia real. De hecho, en 26 de esos treinta cuadros se representa al rey, a su mujer o a sus hijos, cuyas peripecias personales tuvieron una repercusión europea, pues afectaban al equilibrio de fuerzas del continente. La exposición invita a reflexionar, así, no sólo sobre uno de los momentos más brillantes y con mayor personalidad de la carrera de Velázquez y de la historia del retrato cortesano español, sino también sobre cómo este tipo de pinturas se convirtieron en instrumentos de intercambio diplomático, y cómo reflejaban las expectativas que en toda Europa se tejieron en torno al devenir de la familia real.
La exposición estará abierta en el Museo del Prado hasta el 9 de febrero. Os insertamos el enlace a un vídeo preparado por la pinacoteca nacional:
http://www.museodelprado.es/exposiciones/info/en-el-museo/velazquez-y-la-familia-de-felipe-iv/video/

También os incluimos el enlace para conocer todo sobre esta gran muestra del universal pintor español:http://www.museodelprado.es/exposiciones/info/en-el-museo/velazquez-y-la-familia-de-felipe-iv

Meninas

POEMA DE JOSÉ JAVIER RODRÍGUEZ ALCAIDE SOBRE SUS RECUERDOS DE LA TORRE DE LA IGLESIA DE SAN BARTOLOMÉ

VENCEJOS DE MI INFANCIA

Torre de San Bartolomé,
torre de alta mirada,
que no llega al cielo
de luceras estrelladas
Subí escalón a escalón
con mis miedos, asombrado,
a la espera de encontrarme
al negro vencejo, adormilado.
No se le oía chillar
a coro de falsa rabia
en el hueco de su ventana
pero hablar, sí que hablaba.
¡Qué soledad la de la torre
y la de sus campanas
cuando el toque las desgarra!
Tras el toque, los vencejos
saltan desesperados a volar,
sin dirección con chillidos
por palabras.
Escapan de sus miradas
deprisa, chillan, revolotean,
no se miran, no se abrazan.
Se alejan, alocados,
de las campanas.

José Javier Rodríguez Alcaide,
Hijo Predilecto de Baena

NOTA: La imagen es una fotografía de 1948 de la fachada de la iglesia de San Bartolomé.

Torre S Bartolome