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SALÓN DE LECTURA. JOSÉ ANTONIO SANTANO

EL LUGAR DE LA PALABRA
El libro que comentamos en esta ocasión es una obra ensayística, que bajo el título de El lugar de la palabra y autoría de Elisa Martín Ortega nos propone un estudio sobre Cábala y poesía contemporánea. Novedosa propuesta de Elisa Martín, quien nos adentra en esas a través, fundamentalmente, de tres autores de la literatura universal: José Ángel Valente, Jorge Luis Borges y Juan Gelman, así como la poeta judeoespañola Clarisse Nicoïdski. Cábala y poesía en la mirada atenta de esta investigadora, con cuyo trabajo disfrutará, con toda seguridad, todo lector que se precie. Un estudio profundo y estimulante, abierto a múltiples reflexiones sobre la cábala y su incidencia en la poesía contemporánea. Ya desde la introducción se nos advierte: <<La Cábala y la poesía constituyen, en un sentido estricto, universos paralelos. No se enfrentan ni compiten en saber o en belleza porque su razón de existir y sus propios fines son distantes, diversos>>.
En cuanto al primero de los bloques estudiados, la interpretación, Borges se siente atraído por la Cábala en <<la idea de que el mundo es un simple sistema de símbolos; que el mundo entero, incluidas las estrellas, simboliza la escritura secreta de Dios>>. El camino de la interpretación queda expedito, y así queda escrito: <<En sus versos, el poeta intenta llevar a cabo un trabajo de interpretación del mundo, atendiendo a los murmullos, los sonidos y las luces, tratando de revelar su significado oculto>>. Para todo este trabajo se toma como fuente el texto más importante de la Cábala, el Sefer ha-Zohar (Libro del Esplendor), escrita en Castilla allá por el siglo XIII. Gelman dijo: <<dar con la palabra que calla lo que dice>>. La palabras esconden el misterio de lo cotidiano, y Gelman lo sabe bien, porque bucea en cada una de esas palabras que usamos diariamente con la intención de crear otras nuevas; interpreta así el mundo y nos revela otro diferente y diverso. José Ángel Valente, por su parte escribe: <<Y en el espacio de la creación no hay nada (para que algo pueda ser creado). La creación de la nada es el principio absoluto de toda creación>>. El poeta gallego <<reconoció, en una entrevista, la correspondencia entre las ideas de la Cábala de Safed y su propia poética>>. Escribe la autora de este texto que las relaciones entre Cábala y poesía son antiguas y se producen en ambas direcciones, remontándose a los orígenes de la doctrina. En otro orden de cosas la Cábala y la infancia mantienen una relación significativa. La infancia, entendida como ese espacio o territorio previo al lenguaje. <<La niñez, como silencio, es el territorio de lo inefable>>, nos indica Martín Ortega; de ahí que el poeta siempre aspire a reencontrarla, redescubrirla, motivo fundamental de la poesía de Gelman. Para Anidjar, la Cábala no es solo literatura, pero también es literatura. Podría decirse, como conclusión respecto a la interpretación que, <<según la Cábala y la tradición judía general, nos es un juego, sino una actitud fundadora, el principal motor del pensamiento>>.
Una segunda parte nos habla del exilio. Para Bloom, <<la Cábala nació, a finales del siglo XII, como respuesta al exilio y el desconsuelo. La idea del exilio está patente en la poesía de Valente: << […] Nacieron / con los ojos azules de distancia / en la nostalgia / de Separad>> Así, pues, se puede considerar que << lo que define a un judío sefardí no es la pertenencia a Separad sino la nostalgia de Separad>>. Tanto Gelman como Valente incidirán repetidamente sobre la idea del exilio. Este último llegará a decir: <<El acto creador supone un movimiento exílico, una retracción, una distancia y, en la praxis humana, una retirada de los honores y, ciertamente, del territorio impuro del poder>>. María Zambrano también nos ofrece su pensamiento sobre la figura del exiliado: <<El exiliado posee una extraña armonía, pertenece al lugar de nadire, y explora su condición intentando llevarla hasta sus últimas consecuencias: sosteniéndose sobre el hilo que lleva de la vida a la muerte>>. Deduce la autora del ensayo que <<la figura del exiliado se acerca a una concepción mística; tiene que ver con la poesía y con el misterio: refleja un deseo de adentrarse en lo desconocido, yendo más allá de sí, despojándose del propio yo>>. Gelman es un claro ejemplo: <<El exilio modificó todo en mí>>. Su poesía se sitúa al filo de la vida y la muerte en situaciones extremas. Sin embargo, Gelman arremete contra lo que él llama <<profesionales del exilio>>. Para el exiliado la lengua materna supondrá una nueva patria. Con toda probabilidad el exiliado aturdido por la pérdida de su tierra, buscará refugio en la palabra. De tal manera que <<las palabras han de estar en el límite, traspasarlo quizá; y la vez seguir siendo comprensibles. Tienen que poseer la fuerza del llanto o el grito sin perder el sentido de la lengua>>.
Otra de las cuestiones que se plantean en el texto tiene que ver con las teorías místicas del lenguaje:<<Qué es esa dimensión secreta de la lengua, sobre cuya existencia están de acuerdo desde siempre todos los místicos…? Toma importancia aquí la palabra, lo que nos hace recordar a Antonio Machado cuando dijo: <<La poesía es palabra esencial en el tiempo>>. En otro sentido, Valente, al referirse a la lengua castellana dice: <<La lengua es bella y ancha y honda. Es un gran don. Ha tenido muy ricas expresiones en lo moderno. Desde ellas, a mí me ha gustado navegar su caudaloso río, aguas arriba, hacia la lengua del siglo XVI: Juan de Valdés, Fray Luis de León, Juan de la Cruz. Esa es la matriz que nos une al español de América y al español de la diáspora sefardí. Yo tengo un sentimiento muy vivo de la unidad de la lengua, que aloja una riquísima diversidad>>. Otra concepción del lenguaje nos muestra Gelman cuando escribe: <<Mora en la sombra la palabra que te nombraría. Cuanto te nombre, serás sombra. Crepitarás en la boca que te perdió para tenerte>>. Para Borges, <<la poesía, finalmente, sería un intento de vuelta a ese lenguaje mágico; una búsqueda de los nombres secretos a través de las palabras comunes>>.
Respecto a La palabra y el cuerpo, Elisa Martín incide en <<el lenguaje como experiencia primera y última>>. Asimismo, se nos dice: <<La escritura ocupa, al igual que la voz, un lugar trascendental en el pensamiento cabalístico>>. Se dirá, refiriéndose a la poesía de Clarisse Nicoïdski <<que está atravesada por la experiencia del cuerpo que se abre como revelación, y ofrece sus pliegues y escondrijos para cobijar las palabras (Lus ojus, las manus, la boca, constituyen un motivo de predilección en su obra)>>.
El resultado final es, pues, tan variado como doctrinas y textos han sido, desde los cabalísticos hasta las obras de Gelman, Valente, Borges y Nicoïdski; así se insiste <<en la idea compartida de que tanto las palabras como el mundo son universos interpretables>>. Sin embargo, será la experiencia de la muerte la que nos muestre a cada poeta en su esencia. En Gelman, cuando dice: <<muertos que habla y que me hablan […] como palabras / como sombras apalabrándose a la muerte>>; en Valente cuando escribe: <<Ni la palabra ni el silencio. Nada pudo servirme para que tú vivieras>> y en Borges: <<Solo el que ha muerto es nuestro, solo es nuestro lo que perdimos […] No hay otros paraísos que los paraísos perdidos>>.
El lugar de la palabra es, sin duda alguna, un ensayo extraordinario, una oportunidad que nos ofrece su autora, Elisa Martín Ortega, para adentrarnos en el mundo de la Cábala y la poesía contemporánea, para profundizar en el verdadero valor de las palabras.

FICHA DEL LIBRO
Título: El lugar de la palabra
Autor: Elisa Martín Ortega
Ediciones Cálamo (Palencia, 2013)
19 euros

LA AUTORA
ELISA MARTÍN ORTEGA (Valladolid, 1980) es investigadora, poeta y traductora. Ha trabajado en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en un proyecto dedicado al estudio de la lengua, la literatura y la cultura de los judíos sefardíes. Es autora de los poemarios Corazón huido (Birmingham, 2003) y Ensueño (Visor, 2009). Ha traducido y comentado el Cantar de los cantares. Colabora habitualmente en el diario El Norte de Castilla.

El lugar de la palabra

FRANCISCO GONZÁLEZ PÉREZ: EL FOTÓGRAFO DE LA DIVERSIDAD

La trayectoria de Francisco González Pérez (Córdoba, 1960) es amplia. Enamorado de la belleza de lo cotidiano, como asegura, ha sabido captar con su cámara los valores de la condición humana. Jefe de fotografía en ‘Diario Córdoba’, inició su andadura profesional en 1981 en ‘La Voz de Córdoba’, siendo corresponsal de ‘El País’ y ‘Abc’ en Córdoba. Sus obras se han expuesto en un buen número de países en exposiciones monográficas y proyecciones audiovisuales, como España, Alemania, Albania, Brasil, Chile, Ecuador, Estados Unidos, Marruecos, Panamá, Reino Unido y Rusia. 
En estos años ha recibido importantes premios, como el Hueman International Photography Award (Canada), el Newspaper Awars a la mejor página de diseño de fotografía, 2005 o el Premio Andalucía de Periodismo, 1995, entre otros.
Sus trabajos fotográficos se han recogido en numerosas obras editoriales españolas y de Israel. Sus innumerables viajes detrás de la mejor imagen (ha visitado más de 30 países de los cinco continentes) le han permitido publicar cinco libros de autor: “Arquitectos de Unidad”, Centro Andaluz de la Fotografía (CAF), 2001; “Mujeres del mundo, retratos del alma”, Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) y Arca Editorial, 2003; “El Camino del Sol”, Ministerio de Cultura de España, 2005; “La Reina del Carmelo”, Arca Editorial, 2006; “Córdoba Espacio Urbano, Unidad y Diversidad”, Instituto Cervantes de Moscú, 2008 y ¨Paseo Interior”, Diputación Provincial de Córdoba, 2011.
En la actualidad trabaja junto a la cineasta iraní, Sholeh Hejazi, en el proyecto “Paisaje Humano”, con el que pretenden confeccionar un retrato de la humanidad que se enfrenta a los retos del siglo XXI.
En esta galería de imágenes mostramos una selección de fotografías de una visita al Valle del Nilo, de Egipto.
Su obra se puede consultar en facebook:
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LA ERMITA DE LAS VÍRGENES DE TORREPAREDONES: COMENTARIO DE JOSÉ ANTONIO MORENA

Incluimos a continuación el interesante comentario del arqueólogo municipal de Baena, José Antonio Morena, sobre la ermita de las Vírgenes, de Torreparedones, en el que analiza la importancia que ha supuesto constatar su existencia.

«El descubrimiento de la antigua Ermita de las Vírgenes en el yacimiento de Torreparedones supone un hito importante para el parque arqueológico. Se trata de una construcción muy pequeña que se levantó sobre un importante edificio de época romana. En 1644 el caballero veinticuatro de Córdoba Andrés de Morales y Padilla visitó el sitio de Castro el Viejo (Torreparedones) y describió la Ermita de las Vírgenes Nunilo y Alodia con su retablo donde estaban pintadas dichas santas junto a Nuestra Señora y su martirio según lo describió Eulogio de Córdoba en el año 851. En 1772 la ermita ya estaba en ruinas como dice Sánchez de Feria. Algunos datos aportados por la excavación, que dirige Javier Ariza con el taller de empleo de Baena, apuntan a que ya estaba en pie a comienzos del siglo XVI. Se ignora su fecha de construcción y si, efectivamente, en aquel lugar murieron aquellas desdichadas hermanas, aunque no debe descartarse.

En la foto se aprecia parte de la techumbre caída sobre el suelo».

Ermita de las Virgenes

LOS RECUERDOS DE LA INFANCIA, DE RODRÍGUEZ ALCAIDE

José Javier Rodríguez Alcaide, hijo predilecto de Baena y catedrático emérito de la Universidad de Córdoba, nos ha remitido el siguiente poema sobre su memoria de la infancia en Baena, que pasamos a incluir:

RECUERDOS DE MI INFANCIA
Es saludable recordar
y no olvidar
Porque el olvido
son las sombras grises del pasado
Yo prefiero rememorar
los olores del alba
en Baena en su Semana Santa
Porque el olvido
son los rostros disueltos sin sentido
Yo disfruto al reflejarme
en las caras, cuando niños,
de mis amigos
Porque el olvido
son cadáveres inevitables
de nuestro destino
Yo he decidido escribir
breves relatos de mi infancia
en Baena
Porque el olvido no tiene júbilo ni asombro
ni grito
Yo recuerdo los aromas
de las huertas del Marbella
en primavera.

Rodriguez Alcaide

EL APELLIDO ‘DE LOS RÍOS’ EN BAENA

El baenense José Cortés de los Ríos ha elaborado un interesante documento en el que recoge las distintas líneas genealógicas del apellido “DE LOS RÍOS” en Baena desde el siglo XV. José Amador de los Ríos, que aparece en la segunda página del archivo adjunto, nació en 1818 y sus hermanos fueron Diego (1816) y Demetrio (1927). Sus padres, José María de los Ríos Serrano y María del Carmen Serrano. El primer “De los Ríos” documentado por José Cortés lo encontramos en la ‘Historia de la Villa de Baena’, de Valverde y Perales, con el nombre de D. Martín de los Ríos, en la página 473 de este libro. Este testimonio escrito de la existencia en Baena del apellido de los Ríos se remonta al año 1.448.  Desde este año hasta el 1.600, que data el primer libro de empadronamiento, hay un gran vacío.

Incluimos, a continuación, el archivo elaborado por José Cortés.

LOS DE LOS RIOS EN BAENA

CUADRO AMADOR CUADRADO

SANTA MARÍA LA MAYOR. ESPACIOS DE UN TEMPLO RECUPERADO

Hace una década, el 28 de marzo de 2003, se inauguró la restauración de la iglesia de Santa María la Mayor, uno de los proyectos más esperados por la sociedad baenense tras los grandes daños que sufrió el templo con la guerra civil. La constancia de Virgilio Olmo, cura del templo baenense, hizo posible su recuperación, junto a las importantes gestiones del ayuntamiento presidido por Luis Moreno. Atrás quedaba el desánimo de muchos baenenses durante décadas. En 2001, Virgilio Olmo ya veía cerca el final de la restauración. Sus palabras no pueden encerrar más felicidad: “La obra de la iglesia mayor va adelante. Ya la torre hermosa está desafiando al que se ponga enfrente. He sufrido tanto dentro de esta iglesia monumental estando en ruinas disimuladas y he disfrutado como loco cerrando las puertas y oyendo música clásica y gregoriana. Aquello me relajaba y me animaba, pero cuando tenía una visita de eclesiásticos y después de dos horas dentro no hacían ni siquiera alusión a su belleza, a su grandiosidad, a su soberbia estructural, yo y mi torre y mi alma quedábamos desconcertados, destrozados, desencantados y nos decíamos cosas y llorábamos al desconsuelo. Si Dios me tiene aquí gozaré en grande porque he sufrido mucho viéndola olvidada, abandonada, menospreciada”. La culminación de la obra le colmó.
Las bellas imágenes que publicamos en esta galería son realidad de una restauración que reinterpretó los espacios y las formas del templo, pero que mantuvo su esencia y aportó nuevos atractivos arquitectónicos. Santa María la Mayor volvió a nacer en belleza.Comentario: F. Expósito.

SEÑAS DE IDENTIDAD. EL RECETARIO DE BAENA, POR JOSÉ ANTONIO SANTANO.

A partir de este mes recogeremos en esta página los artículos publicados por el escritor baenense José Antonio Santano en el periódico ‘Cancionero’. En su número de octubre, su habitual sección «La cortaera» analiza la importancia del libro ‘El recetario de Baena’, publicado por María Victoria Ruiz de Prado, para la cultura baenense. Reproducimos el texto íntegro:

SEÑAS DE IDENTIDAD. EL RECETARIO DE BAENA
Viene siendo la cortaera esa cesta especial elaborada con ramas de olivo que recoge las vivencias de personajes ficticios o reales que su autor selecciona cuidadosamente para entregarlos finalmente a sus lectores. En esta ocasión la cortaera recoge un bello y excepcional fruto: un libro. Una primera sensación indescriptible se produce cada vez que un libro aparece ante mis ojos, un escalofrío recorre mi cuerpo de pies a cabeza, detener la vista en su cubierta es suficiente para provocarme una mágica perturbación, un deseo incontenible de apresarlo entre las manos y acariciar su sedosa piel; y a él, todo entero me entrego, con los cinco sentidos. No otra cosa ha sucedido con ‘El recetario de Baena. La cocina tradicional del aceite de oliva’, de María Victoria Ruiz de Prado. Ciertamente, este libro requiere un tratamiento distinto al literario, por alejarse su temática del hecho literario, pero no por ello menos apasionado e intenso.

‘El recetario de Baena’ es una vuelta a los orígenes, al pasado, <<pero sin añoranzas exageradas>>, como dice en el prólogo del libro el periodista Manuel Piedrahita. En los orígenes –los nuestros- se hallan muchas de las claves ineludibles para comprender nuestro presente y conformar el futuro. En este recetario late la sabiduría popular, el ingenio, la vida misma. Para quienes tuvimos la suerte de nacer en Baena hace ya algunos años, este recetario nos devuelve a ese noble y frondoso bosque de la infancia; los que tuvieron la dicha de nacer en años más recientes o lo hicieron en otros lugares de Andalucía, este recetario viene a ser un descubrimiento necesario, que les transportará a ese espacio mágico de los fogones, donde la amalgama de frutas, hortalizas, legumbres, carnes y pescados, y el esencial e imprescindible aceite de oliva extra –ambrosía de los dioses-, deleitarán los paladares más refinados. Una pequeña muestra de lo dicho puede apreciarse en las elegantes y exquisitas ilustraciones de la portada y contraportada del libro. Por esta y otras razones que más adelante se indicarán, este recetario no es uno más de los muchos que se editan, no. ‘El recetario de Baena’ conjuga tradición (oral y escrita, legado de abuela de la autora, Ascensión Santaella), sabiduría popular (elaboración de guisos o pucheros), amén de un léxico culinario autóctono que recupera su brío para conocimiento de las actuales y futuras generaciones (“hoyo”, pipirrana, picaíllo, habicholillas esparragás, pajaritos de la huerta, ajopastor, gachas, remojón, carnerote, maimones; restregar, etc.) o foráneo, como en el caso de la receta norteña “Porrusalda”, de Zugarramurdi, tierra de brujas y aquelarres.

María Victoria Ruiz de Prado es autora y editora a la vez. Como autora ha sabido seleccionar y compilar recetas antiguas, en muchos casos desaparecidas o inexistentes en las mesas baenenses, pero que con su trabajo y esfuerzo recuperamos hoy, hecho que justifica sobradamente esta publicación. El germen u origen va a ser, fundamentalmente, el hallazgo de los cuadernos de recetas de su abuela Ascensión, cuyo contenido incluía también remedios domésticos, así como otras recetas añadidas o recordadas por otras banenenses. Pero, además, no olvidemos que el libro es un merecido homenaje a la mujer. Como editora, Ruiz de Prado, aporta una sensibilidad especial para la composición y el diseño. El cuidado y mimo con el que ha sido tratado este libro es patente, no solo en las ilustraciones, en la distribución del espacio, también en los mínimos detalles (véase el colofón).

El arte culinario y las ediciones de libros referentes a esta temática, ganan y se enriquecen con esta libro, no quepa la menor duda, porque en él, no sólo hallaremos una receta, sino “la receta” que buscábamos y descubrimos en su esencia, con el objetivo primordial de vencer a los nuevos y erróneos hábitos alimenticios. La razón principal que hace de este recetario gastronómico un libro distinto es su concepción en sí, su filosofía y el deseo de restituir la enriquecedora experiencia culinaria de nuestros antepasados, y el elemento que aglutina todo ese bagaje, el aceite de oliva extra, también llamado oro líquido, ese que se extrae de las aceitunas que crecen en las ramas de nuestros olivos milenarios, obsequio de la diosa Palas Atenea.

Cuando se hojea este libro uno tiene la sensación de trasladarse a un tiempo pretérito. Es esa mudanza a los sabores de antiguo lo que hace a este libro ser extraordinario, fuera de lo común, original. Y hay más, con él, con ‘El recetario de Baena’, podremos también convertirnos en los cocinillas que alguna vez hemos deseado ser. Las sencillas recetas seleccionadas por su autora, María Victoria Ruiz de Prado, son el acicate para disponer los fogones y enfrentarnos a elaborarlas, sabiendo que de antemano nos presta su ayuda el mejor aceite del mundo: el aceite de Baena. No estaría de más que los restauradores baenenses tomaran como guía este recetario, y a partir de él y usando los productos de nuestra tierra, elaborar los mejores platos en unos casos, o innovar en otros que así se estimara necesario. Con todo, no creo equivocarme si afirmo que ‘El recetario de Baena’ es una obra necesaria en todas las cocinas-bibliotecas de los hogares baenenses.

(Periódico «Cancionero», octubre de 2013).

El recetario de Baena

LOS JUDÍOS Y LA CREACIÓN LITERARIA, ARTÍCULO DE JOSÉ ANTONIO SANTANO PUBLICADO EN EL ‘DIARIO DE ALMERÍA’

El escritor baenense José Antonio Santanó publicó el pasado 6 de octubre en el ‘Diario de Almería’, una crítica del libro «Los judíosde España», de José Amador de los Ríos, editado por Urgoiti Editores, con prólogo de Nitai Shinan.
Incluimos, a continuación, el interesante artículo de José Antonio:

LOS JUDÍOS Y LA CREACIÓN LITERARIA
A veces ocurre que un libro es capaz de hacerte levitar por el espacio de un tiempo pretérito y desconocido, y admirar con pasión cada uno de los descubrimientos existentes en sus páginas sin que nada ni nadie te importe, sólo el bosque de su tinta estampada en el papel que la acoge y abriga. Es la imaginación –recreación- lo que fundamenta la mudanza de un lado a otro del conocimiento o la erudición; basta la voluntad y el deseo de bucear en el pasado de la historia –nuestra historia- para sentir ese escalofrío que nos contagia la lectura en sí misma. Y algo de esto sucede cuando tienes entre tus manos la reciente edición de un clásico de la historia de España, tal es, Los judíos de España. Estudios históricos, políticos y literarios, del polígrafo baenense José Amador de los Ríos (Baena, 1818-Sevilla, 1878). Precede al texto de Amador, un extraordinario estudio preliminar de Nitai Shinan (Jerusalén, 1971), doctor en historia judía en la Universidad Hebrea de Jerusalén, miembro de la Sociedad de Estudios Sefardíes y de la Asociación Israelí de Historia, así como premio Samuel Toledano 2012 por su libro en hebreo Víctimas o verdugos: los judíos en la historiografía española durante los años 1759-1898.

Tres aspectos cabría destacar de esta obra. Por una parte, y como se ha dicho anteriormente, el extraordinario estudio preliminar de Shinan, en el cual hallaremos lo que a su juicio son las claves de este libro, Los judíos de España, perteneciente a la colección Grandes Obras, que con tanto acierto reedita Urgoiti Editores. Con el título genérico Ingratitud y fanatismo; razón de Estado y deber cultural. José Amador de los Ríos y la elaboración del discurso moderado sobre el pasado judío de España, Nitai Shinan desgrana los Estudios de Amador de los Ríos, publicados allá por el año 1848, y que servirían como base de toda la historiografía posterior. Divide este trabajo Shinan en seis grandes bloques: Antecedentes: La Ilustración y la historia de los judíos; De verdugos y víctimas. El primer liberalismo y la reevaluación de la historia de los judíos en España; José Amador de los Ríos, vida y obra; Estudios históricos, políticos y literarios sobre los judíos de España: Motivaciones, ausencias y contenidos; La recepción de la obra y, por último, Los Estudios y la Historia: ¿continuación o cambio? La importancia de los Estudios de Amador de los Ríos estriba en que fue «el primer intento de transmitir a la España liberal de mediados del siglo XIX (…) una historia de su ignorada o despreciada minoría medieval, historia que confrontó a veces los fantasmas de su pasado, pero sin romper completamente con sus tradiciones y puntos de vista, algunos de los cuales estaban todavía vigentes en pleno siglo XIX». Destaca de Amador que «nunca fue un hombre político, prefiriendo por lo general dedicarse a sus tareas de enseñanza e investigación». En el aspecto crítico Shinan se refiere al título del libro de Amador como «poco preciso», pues «su primer ensayo político es una descripción detallada de su historia (de los judíos) en Castilla, no en la totalidad de España, pues se silencia su papel tanto los reinos periféricos como en la España árabe. Una excepción notable correspondería al relato de la disputa de Tolosa. Respecto al segundo ensayo de Amador sobre los «Escritores rabínico-españoles», Nitai Shinan mantiene la crítica por entender que existe una preponderancia castellana a partir del s. XIII, siendo los anteriores mencionados eruditos de la España árabe. Para el apartado referente a los «Escritores judíos posteriores a la expulsión de España», Shinan considera que Amador «queda lejos de abarcar toda la literatura de los exiliados y sus descendientes», analizando así las creaciones literarias de los conversos y de los judíos españoles y portugueses residentes en las grandes comunidades sefardíes de Europa occidental, siglos XVI al XVIII. Lamenta Nitai Shinan que Amador profundizara poco en figuras del judaísmo español como Rabbi Asher ben Yehial o RabbiSelemoh ben Abraham ben Adereth, si bien merece su atención Maimónides, al que dedica cuatro páginas. No obstante, hay que decir que el conocimiento del hebreo por parte de Amador de los Ríos era muy escaso, consecuencia de los frecuentes errores gramaticales contenidos en la obra. Otras muchas cuestiones se plantean en el estudio preliminar de Shinan y que debido a la limitación de espacio no podemos señalar aquí. Sin embargo, podemos afirmar que el doctor Nitai Shinan no deja ninguno de los aspectos a resaltar de la obra de Amador de los Ríos, incluido el que dedica a la continuación de los Estudios en otro de título Historia social, política y religiosa de los judíos de España y Portugal, recogida en tres volúmenes, y en que se atisban algunos cambios de opinión respecto al primero, al entender Amador que <<los Reyes Católicos deberían haber elevado la propuesta –de expulsión de los judíos- a las Cortes de Castilla y Aragón, que representaban a la nación, para darle autoridad y prestigio que por su magnitud demandaba>>. El segundo aspecto significativo de los Estudios de Amador, es la obra en sí en su edición de 1848, publicada en Madrid, en la Imprenta de D. Manuel Díaz y Comp., única disponible. Para esta edición se han seguido los criterios filológicos actuales, se han corregido numeroso términos en lengua hebrea (dado el desconocimiento del hebreo de Amador) y se ha incorporado un índice onomástico, cuestión que nos lleva al tercer y último aspecto a destacar: la edición en sí misma, al cuidado con el que los editores han tratado esta importante obra del autor baenense. En este sentido no cabe sino felicitar a Urgoiti Editores por el trabajo realizado, que viene a confirmar que hay quienes, como ellos, tienen claro cuál ha de ser el objeto y objetivo principal de la labor editorial. Como colofón a esta magnífica obra, es de justicia mencionar al judío converso y autor de uno de los cancioneros más importantes para la historia literaria española y universal, nos referimos a Juan Alfonso de Baena, paisano de Amador de los Ríos y a quien éste dedica en sus Estudios el capítulo X. Del propio Juan Alfonso de Baena recogemos su definición de la poesía y de las cualidades que debe tener quien la cultive: «El arte de la poetría e gaya ciencia es una escriptura e composición muy sotil e bien graciosa. E es dulc e muy agradable a todos los oponientes e respondientes Della e componedores e oyentes […] E finalmente que sea noble, fidcalgo e cortés e mesurado e gentil e gracioso e polido e donoso e que tenga miel e azúcar e sal e aire e donaire en su razonar».

Esta nueva edición de «Los judíos de España. Estudios históricos, políticos y literarios», de José Amador de los Ríos, al cuidado de Urgoiti Editores, con estudio preliminar de Nitai Shinan no es un libro más, sino una gran obra que resalta «la importancia de conocer la historia de los judíos para comprender la historia de España y de su creación literaria». Seguro de que este libro no dejará indiferente a quien decida abordar su lectura, es ineludible su recomendación más fervorosa, pues solo podemos avanzar hacia el futuro si conocemos bien nuestro pasado.

Los Judios y la creacion liter

SANTA MARÍA LA MAYOR: AÑO 1916

La fotografía firmada por Castellá en la revista ‘Estampa’ en 1916 es historia de hace casi un siglo. El barroquismo ornamental de la iglesia de Santa María la Mayor, que pervivió hasta julio de 1936, es maravilloso. Quizás un poco cargado, pero da muestras de la grandiosidad de la que fue llamada “Catedral de la Campiña”. Existen muy pocas imágenes de este periodo, algunas localizadas en el archivo de la fundación del polémico empresario Juan March.

La iglesia mayor de Baena sufrió más que ninguna (tampoco hay que olvidar Santa Marina) las sinrazones del hombre, los excesivos intereses creados y los odios que fueron engendrando los cambios que deseaba una mayoría de la población frente al inmovilismo que se quería mantener. Todos perdimos.

Santa María la Mayor tuvo que esperar muchas décadas para reinterpretarse. Los daños habían sido excesivos. A pesar de esto, la nueva Iglesia Mayor quedará siempre como símbolo de lo que nunca debió ocurrir. Monumento para el recuerdo de los baenenses. Lugar para la memoria histórica.

Comentario: F. Expósito.

Iglesia Mayor 1916

BAENENSES ASESINADOS EN CAMPOS DE CONCENTRACIÓN NAZI

Antonio Navarro Ortiz (en la foto) tenía 46 años cuando fue asesinado en el campo de concentración nazi de Gusen, el 20 de junio de 1941. Allí había sido trasladado el 17 de febrero de ese año. Los tres hermanos Albendín Navarro acabaron su vida en el campo de Gusen. Miguel tenía 31 años; Rafael contaba con 39 y Santiago era el menor, con 26. Los tres hermanos baenenses murieron en sólo diez días. El primero, Miguel, falleció en Gusen el 15 de enero de 1942. Santiago moriría cinco días después y Rafael, el 25 de enero. Son cuatro ejemplos, no los únicos, de la tragedia que siguió a la guerra (in)civil española.
El historiador Arcángel Bedmar continúa con sus trabajos sobre la historia de la Guerra Civil y la posguerra en Baena. Tras sus profundos análisis de lo sucedido en la Guerra Civil, ahora aporta nuevos hallazgos sobre los baenenses que murieron en campos de concentración nazi, fundamentalmente Gussen y Mauthausen. El drama de estos paisanos que huyeron del franquismo fue tremendo. Apresados por los nazis, fueron enviados a campos de exterminio en los que se ha contabilizado, hasta el momento, la muerte de 15 baenenses, con lo que Baena es el segundo municipio, tras Posadas, del que se tiene constancia de más víctimas.
Os incluimos el enlace con el listado de todos los fallecidos publicados por Arcángel Bedmar:
http://arcangelbedmar.files.wordpress.com/2013/09/baenenses-asesinados-en-mauthausen.pdf

A continuación publicamos el inicio del interesante texto de Arcángel Bedmar:

“Si la vida resultó un drama para los republicanos que se quedaron en España al finalizar la guerra civil, los que se exiliaron también sufrieron múltiples penalidades y miles de ellos perdieron la vida en los campos nazis. En febrero de 1939, la caída de Cataluña en manos de las tropas franquistas originó la trágica desbandada de unos 500.000 civiles y militares que atravesaron la frontera con Francia. Desarmados y vigilados por gendarmes y tropas coloniales, los refugiados españoles fueron hacinados en campos de concentración (Argelès-sur-Mer, Saint Cipryen, Barcarès, etc.) situados en las playas o en recintos improvisados, sin lugares de cobijo y rodeados de alambradas. En los meses siguientes y en 1940, de manera voluntaria o forzada, volvieron a España alrededor de la mitad de estos exiliados. Si eran antiguos combatientes del Ejército republicano, pasaron en su mayoría por el Depósito de Prisioneros de Guerra de Reus (Tarragona) para ser clasificados y, en consecuencia, liberados o reenviados a otros centros de internamiento. Entre los que retornaron se encontraban bastantes vecinos de Baena (Francisco Horcas Montes, Rafael Jiménez Horcas, Rafael Pavón Pérez, Juan Mármol Caderas, etc.) y Albendín (José Espartero Dorado, Domingo Pavón Pulido, etc.). Este último, teniente del Ejército republicano, había permanecido en Francia hasta diciembre de 1940, residiendo a sólo unos kilómetros de donde se encontraba su mujer, Concepción García, y su hija pequeña, sin que ninguno supiera el paradero del otro hasta que él se puso en contacto con su familia de Albendín a través de una carta poco antes de volver a España.
El Gobierno francés ofreció a los antiguos combatientes republicanos que permanecieron en su territorio enrolarse en la Legión Extranjera, en Batallones de Marcha (tropas auxiliares del ejército galo) o en las Compañías de Trabajadores Extranjeros, unidades militarizadas de unos 250 hombres mandadas por oficiales franceses en las que se debían encuadrar obligatoriamente todos los varones de entre 20 y 48 años. Las compañías acogieron a unos 80.000 españoles, de los que 12.000 quedaron situados en la zona de la línea defensiva Maginot, en la frontera con Alemania, que pronto se convertiría en frente de guerra.
En mayo de 1940, el ejército alemán invadió Francia y miles de exiliados republicanos alistados en las Compañías de Trabajadores Extranjeros cayeron prisioneros. Se les encerró en recintos provisionales y, tras largas marchas a pie o en distintos medios de transporte, fueron internados en los stalags o campos de prisioneros de guerra, situados por toda Alemania, bajo el control de la Gestapo (policía militar). Desde agosto de 1940 estos españoles serían custodiados por las tropas de las SS y conducidos a campos de concentración. (…)”.

El texto íntegro se puede consultar en el blog del historiador:
http://arcangelbedmar.com/

Comentario: F. Expósito.
Fotografía: Blog de Arcángel Bedmar.

Baenenses

BAENA EN FERIA. LAS FIESTAS DE 1979 CON NUEVO ALCALDE

Mucha actividad deportiva, con competiciones de futbito, tenis, ajedrez o tenis de mesa, pero también tiradas de pichón, que tenían un gran seguimiento entre los baenenses. En la feria de 1979, recién llegado a la alcaldía Carlos Arenas, el programa de fiestas era modesto, pero conseguía atraer a todos los baenenses. En el programa de actos se anunciaban cuatro casetas: Municipal, Juventud Baenense, Círculo de la Amistad y la del Club Junip, impulsada por una asociación que movilizó a gran número de personas en aquellos años finales de la dictadura y en los comienzos de la democracia. En estas casetas se celebraban actuaciones durante todos los días y para la noche del sábado, a partir de las 0.00 horas, el Gran Cotillón era la culminación de unos días de enorme diversión.

En el programa aparecía también que durante la feria “se lucirá alumbrado extraordinario” y el parque atracciones se instalaría “en los lugares de costumbre”. No faltaba tampoco la exposición de maquinaria agrícola, que se situaba entre el parque y la avenida de Cervantes (junto a la caseta de transformación).
El programa recibió el visto bueno del alcalde, Carlos Arenas Blanca, el presidente de la comisión de festejos, Francisco Trujillo López y el secretario, Luis Peinado de Gracia.

¡FELIZ FERIA A TODOS LOS BAENENSES!

Comentario: F. Expósito.

Feria Baena