GABRIEL MORENO, UN ARTISTA CON PROYECCIÓN INTERNACIONAL

La trayectoria de Gabriel Moreno como pintor e ilustrador no ha dejado de crecer con el paso de los años, hasta ser considerado uno de los veinte nuevos talentos de la ilustración a nivel mundial por la revista londinense ‘Computers Arts’. Gabriel Moreno (Baena, 1973), es licenciado en Bellas Artes y ha trabajado en diferentes estudios de diseño y agencias de publicidad en Andalucía, hasta que se implantó definitivamente en Madrid. Este artista baenense ha realizado proyectos para las grandes agencias nacionales, pero también sus trabajos han saltado la frontera al colaborar con Naciones Unidas o ser requerido por Nike. En agosto de 2012, una ilustración suya fue portada de la revista Los Ángeles Times Magazine, lo que impulsó aún más su trayectoria.
En España ha colaborado con distintas publicaciones nacionales, como el periódico ‘El País’, además de acometer anuncios para empresas como Telefónica, Fiat o Seat. “Dicen que la creación plástica funciona como terapia, esa sensualidad, esa belleza, es algo que como he dicho me llega al estómago, casi hace daño…también es una forma de poseerla, de hacerla en cierta forma mía”, afirmaba Gabriel en una entrevista en Criterión (http://www.criteriondg.info/wordpress/articulos/unas-palabras-con-gabriel-moreno/).

Atrás quedan sus años en el colegio, donde no dejaba de garabatear, como recuerda: “Desde que en el colegio me echaban de clase por pintarrajear las mesas decidí estudiar algo donde me dejasen dibujar…”.
Sin duda, nos encontramos con el artista baenense con mayor proyección internacional, tal y como podemos descubrir en sus numerosos trabajos publicados en su blog (gabrielmoreno.com) o en su página profesional de Facebook (https://www.facebook.com/GabrielMorenoIllustrations).

Comentario: F. Expósito.

LA GUERRA CIVIL EN BAENA, POR ARCÁNGEL BEDMAR

El historiador Arcángel Bedmar administra un interesante blog (http://arcangelbedmar.wordpress.com/) en el que ha incluido algunas de sus investigaciones sobre la guerra civil en Baena. Bajo la entrada «Hechos y perspectiva histórica de la guerra civil en Baena», Bedmar aporta en una reciente entrada nuevos testimonios tras la publicación de su libro «Baena. Roja y negra», que presentó en Baena el Grupo Amador de los Ríos. Bedmar es el investigador que ha estudiado con más profundidad lo sucedido en Baena durante ese periodo.

Incluimos a continuación el texto íntegro con las nuevas aportaciones que hace Arcángel Bedmar sobre la historia de la guerra civil en Baena:

El 28 de julio de 1936 se produjo en Baena uno de los hechos más trágicos de la guerra civil en la provincia de Córdoba, con cientos de víctimas. La entrada de una columna militar sublevada, al mando del coronel Eduardo Sáenz de Buruaga, originó una matanza en las calles y en el Paseo que tuvo como respuesta el asesinato de los presos que los republicanos mantenían como rehenes en el convento de San Francisco. En noviembre de 2008 publiqué un libro, ya agotado, que se centraba en estos hechos: Baena roja y negra. Guerra civil y represión (1936-1943). Para comprender lo que narro a continuación es necesaria su lectura previa o al menos del texto de la conferencia que pronuncié el 8 de marzo de 2012, en las II Jornadas “Historia de Baena y su entorno” organizadas por el CEP Priego-Montilla, titulada “Hechos y perspectiva histórica de la guerra civil en Baena”, que reproduzco aquí en formato pdf:

http://arcangelbedmar.files.wordpress.com/2013/07/conferencia-baena-2012.pdf

Uno de los objetivos de cualquier dictadura es la manipulación del pasado en beneficio de sus propios intereses. En consecuencia, la dictadura franquista nos transmitió una historia de la guerra civil en la que se aireaban los crímenes republicanos y se silenciaba la represión cometida por sus adeptos. La ocultación de la violencia de los golpistas y el expurgue y destrucción que sufrieron muchos archivos de documentos “comprometedores” obligan, por tanto, a utilizar el testimonio oral como una de las fuentes primarias para reconstruir aquellos terribles años. Los testimonios de los testigos, de las víctimas y de sus descendientes nos han permitido acercarnos a bastantes manifestaciones de la represión (detenciones, abusos sexuales, suicidios, condiciones carcelarias, expolio de bienes, torturas y un largo etcétera) que no aparecen en los documentos escritos. Con frecuencia, los testimonios orales que llegan a un investigador se producen después de que el libro se haya publicado, así que no pueden ser incluidos en él hasta futuras ediciones. Tras la publicación del libro de Baena recibí múltiples testimonios a través, fundamentalmente, de mensajes de correo electrónico. Por desgracia, un problema informático motivó que perdiera una buena parte, y además la dirección de contacto de correo electrónico que aparece en el libro no funciona porque el servidor ya no existe (la actual es arcangelbedmar@hotmail.com). Aun así, pude conservar algunos de ellos.

Antonio Ramírez de las Morenas, como víctima y testigo de los hechos que narraba en el libro, me envió desde Barcelona un largo testimonio, muy valioso y detallado, una auténtica joya para un historiador. Siendo niño presenció, junto a su hermano Rafael y a su madre, cómo los falangistas y la Guardia Civil entraron en su domicilio en Baena y al ver dos retratos de los militares Fermín Galán y García Hernández (fusilados por su implicación en la intentona republicana de 1930) obligaron a la dueña de la casa, su abuela, que estaba semiparalítica, a que se los comiera. Me informó también de que la edad de su padre José Ramírez Melendo, cuyo retrato aparece en mi libro, cuando fue asesinado el 28 de julio en el Paseo era de 44 años y no de 54, con lo que existe una equivocación en el Registro Civil. Además, su tío Francisco de las Morenas Molina murió fusilado el 28 o 29 de julio y no aparece inscrito en el Registro Civil, al igual que ocurre con su primo Antonio de las Morenas Lara, fallecido en el frente. Otro tío, hermano de su padre, Andrés Ramírez Melendo, de 41 años, era cabo de la guardia municipal. Al encontrarse enfermo, no se reintegró al servicio hasta el día 31. Al presentarse, el teniente Pascual Sánchez Ramírez le ordenó que volviera a su casa y se pusiera el uniforme. Cuando regresó, le pegó un tiro sin mediar palabra (de acuerdo con el testimonio que le trasmitió a su viuda José Ávalo, testigo del hecho, que no pudo hacer nada para evitar su muerte). Su tía Victoria de las Morenas Molina sufrió escarnio público, pues le raparon el pelo y la obligaron a tomar aceite de ricino. Su delito había sido enarbolar la bandera republicana en una manifestación tras la victoria del Frente Popular en las elecciones. Antes, le habían fusilado el 29 de julio de 1936 a su hijo Francisco Pérez de las Morenas, de 26 años, tampoco inscrito en el Registro Civil.

La madre de nuestro informante, Carmen de las Morenas Molina, tras el asesinato de su marido José Rodríguez Melendo, quedó al cuidado de sus tres hijos menores (los dos mayores, Vicente y Francisco Rodríguez de las Morenas huyeron a zona republicana y se alistaron como soldados). Para poder subsistir, trabajó de limpiadora por la mañana en el café El Ideal, donde iban los piquetes después de los fusilamientos a emborracharse y escenificar lo que acababan de ejecutar. La dueña del bar, al percatarse de la situación, se apiadó de ella y cuando llegaban los matarifes la entraba a las estancias interiores. Cuando terminó la guerra, regresaron sus dos hijos mayores, Vicente y Francisco. Vicente estuvo preso en un campo de concentración en Alicante. Francisco regresó con una herida de bala en la cabeza. Las curas las recibió en su casa, pues un practicante amigo, por temor a que lo detuvieran, le recomendó que no fuera a la Casa de Socorro. Había huido de Baena el 18 de julio, tras haber estado buscando en el cementerio el cuerpo de su padre entre la pila de cadáveres carbonizados y recibir la noticia de que habían matado a toda su familia. Tenía 14 años en 1936, así que mintió sobre su edad para conseguir servir en el cuerpo de carabineros de la República. Antonio Ramírez de las Morenas señaló también que a pesar de que yo recojo en el libro un informe del comandante militar que calificaba la escuela del maestro Pavón Gónzález como “anti-patriota y anti-religiosa e inmoral”, este maestro era “muy querido y preciado entre los jóvenes de Baena, se dedicaba a enseñar a leer y escribir y las cuatro reglas lo más correctamente posible. Las clases las daba en su casa a última hora de la tarde para que pudieran asistir los jóvenes después de su jornada laboral, y por lo visto su labor fue muy efectiva”. En contraposición me cita al maestro Fernando de la Torre, apodado “El Carlista”, que sacó a los niños a la calle para pedir el fusilamiento del líder anarquista José Joaquín Gómez Tienda “El Transío”, que fue ejecutado en junio de 1939.

Mariano Ortega Bazuelo, bisnieto del fusilado Antonio Bazuelo Alarcón, a través del testimonio que a lo largo de su vida le legó su tía abuela Rosario Vallejo Amo, realiza unas aportaciones muy interesantes sobre la muerte de su bisabuela Rafaela Amo Arrabal (madre de Rosario) y de varios de sus familiares. Vivían en una calle que desembocaba en la calle Tinte desde la calle Cantarerías de la Fuente de Baena. Era la primera zona por la que entraron las tropas de la columna del coronel Sáenz de Buruaga. Al escuchar los disparos huyeron a resguardarse en una casa de la calle Llaneta. En el camino hacia la casa mataron a Félix Vallejo Amo, hijo de Rafaela, y junto a un pairón cercano a la calle Llaneta a la propia Rafaela Amo, que llevaba en brazos a su hija menor de tan solo unos meses, Concha. A la casa consiguieron llegar el marido de Rafaela (Manuel Vallejo), la hija mayor, Rosario, de 20 años, que llevaba en sus brazos a otra hermana de cerca de dos años, y el resto de los hermanos (menos uno, Manolo). Estuvieron todos refugiados durante unas horas, hasta que amainaron los disparos. Entonces pudieron salir y rescatar a Concha, que se encontraba en el suelo al lado del cadáver de su madre y que a consecuencia de la caída quedó sorda de un oído. Vovieron a refugiarse en la casa de la calle Llaneta, pero las otras personas que estaban allí escondidas temían que los lloros continuos de la niña los delatara a todos, por lo que tuvieron que regresar de nuevo a su casa. Allí habían quedado los padres de Manuel Vallejo, que al ser ancianos no habían podido huir y se habían escondido en una cueva al final del patio, donde los hallaron muertos de un tiro en la cabeza. La casa se la encontraron saqueada.

A otro hijo de Rafaela, Manolo Vallejo Amo, lo apresaron aquel día, al igual que a otros cientos de vecinos. Su hermana Rosario se dirigió pidió ayuda al señorito con el que trabajaba de criada para que intercediera por él. Se dirigieron a la cárcel y al que sacaron fue a su tío Francisco Vallejo Amo, de iguales apellidos. Ella tuvo que decir que él no era a quien buscaban. Liberaron entonces al hermano, al que le dieron el pañuelo sellado que lo avalaba. A lo largo de su vida, Rosario “se justificaba una y otra vez al contarlo con lágrimas en los ojos, pues tuvo que condenar a su tío para salvar a su hermano, pero no podía hacer otra cosa, el señorito sólo había intercedido por uno”. A este Francisco Vallejo Amo lo cito en mi libro como hijo de Rafaela, aunque en realidad era hermano de su marido. Para colmo de males, también cayó asesinado un hermano de Rafaela, José. Aquel día, 28 de julio, el cadáver de Rafaela lo retiraron del medio de la calle “como si fuera un perro” y allí permaneció hasta que lo llevaron al cementerio.

José Alba Gálvez, desde Vélez Málaga, me mandó copia de unos documentos relativos al proceso judicial de su padre, José Alba Rosales, fallecido en 1987. Está incluido en la lista de las 206 personas de las que, según la correspondencia municipal, a partir de 1938 los jueces militares solicitaron informes. Esta circunstancia se producía, generalmente, cuando los afectados permanecían encarcelados, pero al no tener la certeza absoluta de que lo estuvieran decidí crear esta lista aparte, distinta de la de prisioneros. En su carta, José Alba Gálvez me señala que la historia de su padre en su casa era un “tema tabú”, “del que no se hablaba”, hasta la aprobación de la Ley 37/1984, que reconocía derechos y servicios prestados a quienes durante la guerra civil habían sido miembros de las fuerzas armadas republicanas. Con el testimonio de su padre y la búsqueda de documentación supieron que había sido militante de la CNT, soldado republicano desde agosto de 1936 y miembro del XIV Cuerpo del Ejército Guerrillero, conocido popularmente como “Niños de la Noche”. En el segundo semestre de 1938 ingresó en la Escuela Popular de Guerra de Paterna y alcanzó el grado de teniente. Prestó servicios a partir de entonces en Valencia, y una de sus últimas misiones fue escoltar al Gobierno hasta Cartagena para exiliarse. Al acabar la guerra lo encarcelaron en Valencia, pero pudo huir y regresó a Baena andando o como polizón en trenes. Intentó pasar desapercibido hasta que lo detuvo la Guardia Civil debido a una posible delación de un excompañero de Valenzuela. Tras ser juzgado, lo condenaron en octubre de 1939 a reclusión perpetua, una pena conmutada por 20 años de reclusión en 1943, y fue indultado en marzo de 1948. Durante esos años sufrió prisión en Castro del Río, Córdoba, El Puerto de Santa María, Barbastro y en un destacamento penal en Noales (Huesca), de donde salió en libertad condicional en julio de 1943.

Manuel Padillo Moreno, residente en Valencia, me llamó para contarme que también entre la lista de las 206 personas de las que los jueces pedían informes aparecían su padre Mariano Padillo Pavón y su tío Miguel, pero la burocracia franquista erró en su edad y en su identificación, ya que los denomina Juan y Francisco. Mariano, de 26 años, huyó de Baena con su mujer, sus tres hijos, su madre y sus hermanos y se refugió en Castro del Río. Junto a sus hermanos Miguel y José, todos anarquistas, se alistó en el Ejército republicano (otro hermano, Domingo, aún era muy pequeño). Mariano cayó preso de los franquistas y lo internaron en el campo de concentración de prisioneros de guerra de Miranda de Ebro (Burgos), de donde consiguió escapar y reintegrarse en las filas republicanas. Tras la huida, volvió a encontrarse con su familia, a la que trasladó a Valencia y luego a Alcoy (Alicante). Cuando a finales de enero de 1939 se produjo la caída de Barcelona y la consiguiente desbanda hacia Francia de cientos de miles de personas, Mariano cruzó la frontera y fue internado en un campo de concentración, mientras su hermano José, con el que había compartido unidad militar, decidió quedarse en España (fue fusilado en Baena el 22 de junio de 1939). El Gobierno francés ofreció a los antiguos combatientes republicanos que permanecieron en Francia enrolarse en Batallones de Marcha (tropas auxiliares del ejército galo), en las Compañías de Trabajadores Extranjeros –unidades militarizadas de unos 250 hombres mandadas por oficiales franceses– en las que se debían encuadrar obligatoriamente todos los varones de entre 20 y 48 años y que llegaron a acoger a 80.000 españoles, o en la Legión Extranjera, que es donde se alista Mariano. Fue trasladado a Casablanca (Maruecos) y luchó a favor de los aliados durante la II Guerra Mundial. Al acabar la guerra, permaneció en el exilio en Francia toda su vida.

Miguel Ángel Lara, desde L´Hospitalet de Llobregat (Barcelona) me envió, junto a un mensaje animoso y cordial, la foto de su abuelo, el campesino Miguel González Jiménez, fusilado el 26 de agosto de 1939 en Baena. Me informó también de que su viuda, María Moyano Luque, falleció a los pocos meses por la explosión de una mina en el campo.

Desde Madrid, una extensa y emotiva carta de Mari Carmen Priego Benito, llena de sentimientos y recuerdos, me permitió conocer los detalles de la vida de los familiares de su abuelo, Felipe Priego Jiménez “El Pecadero” (págs. 355-356), de 29 años y de ideología socialista, tras su fusilamiento el 22 de junio de 1939 en Baena. Su viuda, Guadalupe Valenzuela García, sufrió el expolio de sus bienes (dinero, joyas, cubertería de plata), pues era una familia acomodada. Murió en 1945, y los tres hijos huérfanos (Cecilia, Manuel y Ana) hubieron de quedar al cargo de sus tíos en una época de calamidades y miserias.

El profesor de la Universidad de Córdoba José Javier Rodríguez Alcaide, además de escribirme unas reflexiones muy interesantes sobre los recuerdos y la historia, me informó de un bombardeo, del que hasta entonces no teníamos noticias, que debió ocurrir sobre el 4 de octubre de 1937 y que afectó a la cárcel de la Plaza Vieja (hoy Francisco Salto) y a algunas casas de la calle Tinte. Asimismo, corrigió el segunda apellido de su madre, la maestra María Alcaide Pedrajas (pág. 98), a quien la documentación que consulté cita como Pedrazas.

En el libro cometí un error imperdonable en la identificación de una persona que aparece en la fotografía como asistente a la misa celebrada en Baena el 20 de noviembre de 1974 en “sufragio de José Antonio y de los Caídos por Dios y por España”. Fernando Campos Cisneros, en una amable llamada telefónica, me advirtió que él no salía en esa fotografía. Además, la parroquia que aparece es la de Nuestra Señora de Guadalupe, no Santa María la Mayor.

Tras la edición de mi libro de Baena, otras publicaciones históricas han aportado nuevos datos que han completado la información sobre la guerra y la represión en el pueblo. Por ejemplo, en el libro La depuración de la enseñanza pública cordobesa a raíz de la guerra civil (http://www.editorialelparamo.com/tienda/memoria-historica/35-depuracion-de-la-ensenanza-publica-a-raiz-de-la-guerra-civil.html), su autor Manuel Morente Díaz señala que de los 814 maestros que había en activo en la provincia de Córdoba, 205 sufrieron imputación de diversos cargos por la Comisión Depuradora del Magisterio Nacional y 143 resultaron definitivamente sancionados. Entre ellos se encontraba Carmen Morales Durán (pág. 382), sometida a expediente depurador por “tener tendencia política izquierdista” y sancionada con traslado fuera de la localidad de Cabra. Para ello, la Comisión depuradora tuvo muy en cuenta, aunque no lo explicitó en los cargos, que su esposo (al que no se cita y que pudiera ser Antonio de los Ríos Urbano) había sido alcalde socialista de Baena.

Un libro fundamental para completar la historia de Baena ha sido Trabajadores andaluces muertos y desaparecidos del Ejército Republicano (1936-1939) (http://www.todoslosnombres.org/php/generica.php?enlace=muestranoticia&idnoticia=2356), de José Mª García Márquez. Gracias a él he podido ampliar la relación de los 20 soldados republicanos de Baena fallecidos en los frentes de guerra, que se recogía en el anexo 12 de mi libro y que en su momento advertí que era una cifra mínima debido a las dificultades que las familias tenían para inscribirlos en el Registro Civil. La nueva lista con 39 soldados fallecidos, 11 desaparecidos y 11 incapacitados se puede consultar en este archivo en formato pdf:

http://arcangelbedmar.files.wordpress.com/2013/07/soldados-republicanos-baena.pdf

Otro libro de José Mª García Márquez, Las víctimas de la represión militar en la provincia de Sevilla (1936-1963), en su página 664 nos ha permitido conocer que Cayetano Peña Albendín, un hortelano de 42 años condenado a reclusión perpetua, falleció en la Prisión Provincial de Sevilla el 15 de septiembre de 1941. Se eleva por tanto a 18 los vecinos de Baena muertos en prisiones o batallones de trabajadores.

Siguiendo con el tema de las víctimas mortales, el artículo “Los bombardeos de Baena y Cabra en otoño de 1938”, de Julio R. Fernández García, publicado en la revista de historia y actualidad militar Ares, utiliza nuevas fuentes de investigación militar y hace una aportación muy detallada del bombardeo del 28 de octubre de 1938. [Este artículo se puede descargar desde el portal del Centro de Documentación Juan Alfonso de Baena:
http://www.juanalfonsodebaena.org/uploads/JULIO_FERNANDEZ/Revista_Ares_bombardeos_Baena_y_Cabra_WEB.pdf]

El bombardeo se realizó a las 9.55 horas de la mañana, y no a las 8,30 como indiqué en mi libro. Pero no soy yo quien cometí el error, sino la documentación administrativa franquista que me sirvió de fuente. Los bombardeos republicanos sobre Baena ocasionaron siete víctimas mortales más de las que yo señalé, que fallecieron en el hospital de Agudos de Córdoba y están inscritas en el Registro Civil de la ciudad. Su identidad aparece en la página web La guerra civil en Córdoba, de Patricio Hidalgo Luque. Por el bombardeo del 27 de mayo de 1937 fallecieron en el hospital de Agudos de Córdoba Sierra Romero Mena (de 40 años) y sus hijos Dulcenombre (3 años) y José María (dos meses) Baena Romero; y por el del 28 de octubre de 1938 Francisco López Ortega (35 años), Francisco Ortega Piernagorda (53 años), Antonio Ramos Montes (35 años) y Antonio Fernández Camacho (80 años).

Joaquín Gil Honduvilla, comandante auditor del cuerpo jurídico militar, en su libro Militares y sublevación. Córdoba y provincia 1936 dedica un apartado muy amplio y detallado a la guerra en Baena (págs. 131-164). Aunque me cita en la bibliografía, el autor no tiene en cuenta mis investigaciones a la hora de realizar el seguimiento de los hechos o de contabilizar las víctimas (con lo que sus cifras quedan desfasadas o reproducen los errores que en su momento cometió la burocracia franquista).

El día 31 de julio de 1936 el teniente Pascual Sánchez Ramírez organizó una columna de apoyo con víveres y municiones a la guardia civil de Luque, que se había sublevado el día 18, había apresado a algunos obreros y dominaba la localidad. Sabemos que en Luque el teniente repitió la misma táctica represiva que había usado en Baena. Ordenó sacar a los presos que la Guardia Civil tenía en su poder desde el día 18 y los fusiló en la plaza del pueblo. En la página 20 del libro Memorias de un luqueño. La vida de Ángel Marchena se relata este hecho. Ángel Marchena tenía 11 años entonces. A pesar de su corta edad, había sido apresado en venganza por la huida de su padre a zona republicana y en la cárcel veía como “sacaban gente que no volvía”. La llegada del teniente a la cárcel de Luque, donde él se encontraba prisionero, la narra de la siguiente manera:

“Vimos que entraba el teniente de la Guardia Civil de Baena, Pascual Sánchez creo que se llamaba… y con una pistola ametralladora nos amenazaba gritando que nos iba a matar a todos. Recuerdo que con una voz ronca decía: Esta mañana he matado a doscientos y ahora a los que aquí estáis… Pero gracias a las mujeres de los guardias civiles de Luque que se hincaron de rodillas ante el criminal del teniente nos salvamos… pero aquel asesino había venido a matar y no se conformó, así que ordenó que sacaran a unos pocos. Desde aquella noche volvieron a repetir la operación cada dos o tres semanas y, en cada una de las sacas se llevaban a u ocho o diez personas… No recuerdo los nombres de aquellos hombres, pero todavía hoy tengo muy presentes sus caras”.

Por último, las víctimas ocasionadas por la represión franquista en Baena siguen aumentando debido a la aparición de nuevas fuentes escritas y orales. Para poder conocer la identidad y el número de víctimas de la represión franquista existen muchas lagunas en los registros civiles y otras fuentes de documentación, pues muchos fusilados no se inscribieron nunca por varias razones o se anotaron falseando la causa de la muerte, un fenómeno de ocultación que se dio en toda España y que supuso que en muchas zonas sólo se inscribiera una mínima parte de los asesinados. El libro antes nombrado de Trabajadores andaluces muertos y desaparecidos del Ejército Republicano (1936-1939), de José Mª García Márquez, recoge el nombre de doce varones que fallecieron en Baena en julio y agosto de 1936. Sus nombres son los siguientes: Flores Vidas, José, CNT, 31 años, chófer, 28 de julio; García Díaz, Francisco, CNT, 30 años, jornalero, 8 de agosto; García López, José, UGT, 24 años, campesino, 28 de julio; Jiménez Cubillo, Francisco, PSOE, albañil, 4 de agosto; López Cruz, Antonio, CNT, 24 años, campesino, 5 de agosto; Martínez González, Diego, CNT, campesino, 24 de julio; Pavón Muñoz, Francisco, CNT, 46 años, campesino, 25 de julio; Piernagorda Romero, Joaquín, CNT, zapatero, 18 años, 28 de julio; Raes Diosdado, Juan, CNT, campesino, 5 de agosto; Rosales Ortega, Rafael, CNT, 27 años, campesino, 29 de julio; Tapia Rodríguez, Antonio, CNT, 19 años, campesino, 28 de julio; Vizcaíno Ramos, Eugenio, CNT, 19 años, barbero, 29 de julio.

Los testimonios orales nos han transmitido otros cinco nombres más: Francisco de las Morenas Molina, Joaquín Hornero Muñoz, el labrador Alfredo Cubas, un varón de apellido Vallejo, de más de 60 años, y una mujer de apellido Amo, de más de 60 años. A partir de estos nuevos datos, aportamos a continuación una tabla actualizada de las víctimas de la represión en Baena y una tabla comparativa de víctimas de la represión en la guerra civil española:

http://arcangelbedmar.files.wordpress.com/2013/07/tabla-vc3adctimas-baena.jpg

En su blog, Arcángel Bedmar aporta otros enlaces de interés que incluimos:
http://www.enluque.es/paginas/historia/guerra-civil/tragedia-baena.htm

Arcangel Bedmar

LA PINTURA EN LA CALLE

La exposición «Pigmentos de luz», dirigida por Ramón Torres Piernagorda, reunió en la noche del pasado sábado una muestra pictórica de unas cuarenta obras realizadas por los pintores Antonio Ordóñez, Jesús Santiago, María José Quesada, Guadalupe Caraballo, Ángela Osuna, María del Carmen Baena, Pilar Pulido, Sierra Cortés, Rosa Jiménez, Marian Gómez, María Dolores León-Salas, Josefina de las Morenas y Soco Burrueco. La muestra, como reconoce Torres Piernagorda, «es el fruto del trabajo realizado estos dos últimos años» del taller que ha dirigido. El artista baenense asegura que la finalidad era «hacer llegar al mayor público posible las obras, romper con el espacio expositivo y reutilizar el espacio cotidiano en una sala expositiva». Para ello, según explicó, se creó una iluminación natural a lo largo de la muestra, creando así un lugar agradable para que el visitante disfrutara de las obras y del lugar. «Al exhibir las obras en la calle se demostró el interés y la curiosidad que la gente tiene hacia la pintura, una forma natural y divertida de apreciar y valorar el arte», afirmó Ramón Torres Piernagorda.

La pintura en la calle

ANTONIO GALISTEO, UN BAENENSE UNIDO A LA CÁMARA

Lejos quedan ya sus años en Televisión Baena. Antonio Galisteo decidió un día abandonar Baena para crecer artísticamente y dar respuesta a su gran inquietud intelectual. Este joven baenense ha hecho de la cámara, de vídeo o fotográfica, su modus vivendi, ya sea como realizador, fotógrafo u operador de cámara desde Sevilla, donde se ha instalado. Como asegura en su propia web (http://www.antoniogalisteo.com/), ha trabajado en más de treinta países de cuatro continentes como operador, “retratando la realidad de las zonas más desfavorecidas del planeta, y realizando documentales para televisión en países como: Sri Lanka, Senegal, Palestina, Marruecos, El Salvador, Bolivia, Uganda, Haití y un largo etcétera”.
Uno de los proyectos más ambiciosos lo ha unido a Ángel Tirado en el documental titulado “La soledad del míster”, que muestra el lado más desconocido del entrenador Joaquín Caparrós. Antonio Galisteo es el director de fotografía de este documental que se espera presentar el próximo otoño.

Galisteo ha participado en los spot de Canal Sur animando a la lectura, uno de los cuales se rodó en Baena. A continuación incluimos una serie de fotografías de este proyecto, además de otras imágenes del profesional baenense.

Comentario: F. Expósito.

Clausura Taller de Escritura

El pasado miércoles, día 24, se clausuró el taller de escritura «De pulgas en un tachón»,  en El Arsenal (organización cultural de interferencias creativas, sin ánimo de lucro, en Córdoba, https://www.facebook.com/pages/El-Arsenal). Fue una noche curiosa de letras, entre lecturas, palabras espontáneas y unos platos de textos combinados, entre mil y un espacios con permiso para el juego escrito del lenguaje. Velada encantadora en un ambiente relajado y juvenil pleno de cultura, destacando la fluidez y espontaneidad en la participación de las lecturas. Enhorabuena a su promotora y ponente del taller, Guadalupe Esquinas. así como a todos los participantes y organizadores del evento de El Arsenal.

Taller de escirutra 16 Taller de escritura 4 Taller de escritura 5 Taller de escritura 6 Taller de escritura 10

CANAL SUR ANIMA A LA LECTURA DESDE BAENA

CANAL SUR ANIMA A LA LECTURA DESDE BAENA
El siguiente anuncio de Canal Sur toma como imagen Baena para animar a la lectura. Si no lo habéis visto aún, merece la pena pararse un momento y descubrirlo. Se recurre a nuestro municipio como escenario para difundir la cultura, con imágenes de la biblioteca, Torreparedones, el albergue municipal, la almazara Núñez de Prado o el pantano de Vadomojón.

http://www.youtube.com/watch?v=jRjpyYjeI5c

Canal Sur con Cultura

 

BAENA, LA GRAN DENOMINACIÓN DE ESPAÑA, por Francisco Expósito

El gran trasiego de los últimos meses se ha paralizado en los olivares. De vez en cuando es posible encontrar algún responsable de las labores agrarias de las fincas, solo o acompañado de un trabajador, eliminando las malas hierbas, abundantes tras las copiosas lluvias del pasado invierno. La actividad en los molinos es escasa, exprimida la aceituna hace tiempo. Se acomete alguna reparación o limpieza. La cosecha fue de las más reducidas de la última década, lo que ocasionó una fuerte disminución del empleo, sustento para miles de trabajadores en la denominación de origen de Baena. Tampoco los precios están como esperaban las almazaras del principal distintivo español, pues las tensiones entre oferta y demanda reaparecen periódicamente. El nombre del aceite Baena, cuyo consejo regulador comenzó su andadura hace más de tres décadas, aporta un diferencial que contribuye a mejorar las cotizaciones frente a otras zonas. Hoy son 7.960 oleicultores en la zona y la superficie amparada se extiende sobre 60.000 hectáreas, con lo que se convierte en la tercera denominación más extensa de España al proteger el olivar de Baena, Nueva Carteya, Zuheros, Doña Mencía, Luque, Castro del Río y Cabra. Los últimos datos publicados por el Ministerio de Agricultura posicionan a Baena como el marco más importante de España en producción de virgen extra amparado con datos de la campaña 2010/2011 y la segunda, tras la catalana Garrigues, en volumen de envasado.

Su situación privilegiada entre las mejores comarcas de calidad volvió a consolidarse en la cosecha 2011/2012, cuando alcanzó su máximo histórico de aceite de oliva. Sus 19 industrias inscritas produjeron 57.184 toneladas de virgen extra, que alcanzaron en el mercado un valor de 120 millones a un precio medio de 2,10 euros por kilogramo. Esta cotización mejoró hasta los 2,79 euros en el envasado, pese a que en España el valor se mantuvo durante gran parte de la campaña por debajo de los dos euros por kilo en el virgen extra. Durante la campaña 2011/2012 el aceite envasado por las almazaras inscritas en la denominación de origen ascendió a 3.680 toneladas, una cifra ligeramente inferior a las 3.721 del ejercicio anterior. El principal destino de la calidad sigue siendo el mercado nacional, que acaparó 2.400 toneladas, seguido de los países de la Unión Europea (700) y del resto del mundo (580).

Para consolidarse como la denominación de origen con mayor peso en el panorama andaluz y nacional, Baena ha seguido una larga trayectoria que se ha sustentado en decisiones que han acentuado la calidad en los niveles más elevados, pero también que le han llevado a duplicar su superficie con las incorporaciones de los dos últimos municipios (Castro y Cabra) en 2000 y 2003. Resulta curioso recordar, ahora que las dudas envuelven el futuro del sector tras la reforma de la Política Agraria Común (PAC), que otra incertidumbre europea también estuvo en los inicios del movimiento impulsor de la denominación de Baena. En aquellas fechas, allá por los años setenta, los olivareros de Baena se movilizaron ante los temores que generaba el inicio de las negociaciones para la incorporación de España a la Comunidad Europea. Entonces no se hablaba aún de envasar el aceite en botellas de vidrio o latas de 5 litros, sino que la mayoría se vendía en grandes barricas de 25 o 50 litros o a granel a empresas como Carbonell, que adquiría en la comarca una parte importante del aceite que luego envasaba con su reconocida marca. El baenense José Javier Rodríguez Alcaide ocupaba entonces el cargo de secretario general técnico del Ministerio de Agricultura. Rodríguez Alcaide fue decisivo en esos momentos iniciales para el reconocimiento de la denominación.

El proyecto de Baena trataba de unir la calidad del aceite con la promoción para conseguir que el valor añadido del producto se quedara en la zona. Un objetivo sencillo, pero no fácil, para lo que había que aprovechar las puertas que abría ser reconocidos como denominación de origen. Si a finales de los sesenta y principios de los setenta ya se había intentado, quedando el proyecto olvidado, en 1978 ya existía un movimiento asociativo que no tendría freno. En esos meses se celebraron multitud de reuniones en las que se explicaron los requisitos, las exigencias de calidad y control de todos los procesos productivos. Las cámaras agrarias, los ayuntamientos y las hermandades de labradores y ganaderos respaldaron unánimemente la iniciativa. En esos debates había que decidir también el marco de producción. Junto a Baena, Zuheros, Luque, Doña Mencía y Nueva Carteya se unieron desde el principio, mientras que Castro del Río y Priego se incorporarían después al proceso, aunque ninguno de los dos municipios entraron. En Castro se quiso incluir la zona de La Mata, aunque al final no existió acuerdo entre los productores por la dificultad que entrañaba diferenciar la aceituna de un olivar de este paraje de Castro de otro del mismo municipio y por la influencia que tenía la empresa Carbonell. Las divergencias por el nombre con el que se conocería la futura denominación separó a Priego del proyecto, que años después impulsó su propia zona de calidad. El largo trabajo de movilización y concienciación de los olivareros se vería reconocido finalmente en marzo de 1981. El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó una orden del Ministerio de Agricultura en la que se concedía una declaración provisional. Entonces se eligieron a los representantes del consejo regulador. El primer presidente fue Julio Berbel, entonces delegado provincial de Agricultura. Después siguieron Cristóbal Lovera, Agustín López Ontiveros y Francisco Núñez de Prado.

Pero quedaba aún mucho por andar. Había que elaborar el reglamento del consejo regulador y era necesario crear una envasadora para comercializar los aceites amparados. En 1982 se constituyó Aceites de Oliva Vírgenes de Baena (Abasa) como envasadora de la denominación de origen. Integrada por las cooperativas y el resto de industriales de la zona, eligió como primer presidente a José Javier Rodríguez Alcaide. Abasa situó los aceites de la comarca cordobesa entre los más reconocidos. La Casa Real era una habitual consumidora de sus vírgenes extra, que llegaron a los mejores establecimientos de todo el país.

Sin embargo, su brillante andadura se vio truncada por la competencia que surgió con el registro de nuevas envasadoras y la pérdida de confianza de los accionistas. Eso provocó a finales de 2000 la entrada de la familia Coricelli en Abasa, que alquiló sus instalaciones y, posteriormente, adquirió las acciones. El 26 de octubre de 1987 fue aprobado definitivamente el reglamento. En 1988 se creó el panel de catadores y emprendió acciones promocionales dirigidas a periodistas y críticos gastronómicos que conocieron la diferencialidad del producto elaborado en la comarca. El consejo adoptó la estructura y los procedimientos de los organismos de certificación establecidos por la UE, implantando la norma de calidad EN-45011. El aceite de la zona era ya conocido como uno de los mejores del mundo entre los críticos. Carbonell recurría a los judíos de Baena para anunciar su mejor zumo de la aceituna. Incluso, una de las campañas de promoción llevó el aceite de Baena al museo Thyssen en octubre de 2000. Allí se entregaron los premios de la bienal de pintura convocada por la denominación. En diciembre de 2000 se produjo la entrada de Castro y en diciembre de 2003 la de Cabra. La nueva sede, en la antigua Casa del Monte de Baena, se inauguró en 2004. Hoy, Baena es reconocida en todo el mundo por la calidad de sus vírgenes extra tras un trabajo encomiable de su consejo regulador y la preocupación de sus agricultores e industrias por seguir creciendo para consolidarse en lo más alto de las denominaciones españolas. Eso, sin embargo, no oculta retos pendientes en el sector productor como alcanzar la dimensión adecuada para competir en un mercado que exige cada vez más tamaño.

Denominacion Baena

BAENA, BAJO LA CÁMARA DE MANUEL PRIEGO

“Empecé en la fotografía cuando se digitalizó. Antes no podía porque tenía que poner grandes a mis hijas”. Las palabras de Manuel Priego Rodríguez es la de muchos baenenses que han encontrado en este arte el canal para transmitir la sensibilidad que llevan dentro, pero que no podían desarrollar sus inquietudes hasta que la digitalización socializó la fotografía. Desde hace meses seguimos la trayectoria de Manuel, que sigue aportando bellas imágenes de Baena a todos los que nos sentimos seguidores de las luces y los colores, pero también del instante que sabe captar con su cámara digital. En su perfil de Facebook no puede ser más claro cuando afirma que estudió en la “Universidad de la vida misma”. Agradecemos desde el Grupo Cultural Amador de los Ríos estas imágenes que hemos incorporado a nuestra página.

UN EMOTIVO ARTÍCULO A JESÚS NAZARENO DE 1926

Este bello artículo que incluimos se publicó en febrero de 1926 en la revista ‘Andalucía Ilustrada’, en la que era redactor jefe el baenense Fernando Vázquez Ocaña. El texto, que bien puede ser obra del propio Vázquez Ocaña, es una emotiva descripción del sentimiento de los baenenses hacia la imagen de Jesús Nazareno. La fotografía, que tampoco viene firmada, podría ser de Fernando Horcas, que era el fotógrafo de la publicación cordobesa en Baena. Os dejamos con este bello artículo y la imagen que lo ilustraba.

NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO
Si queréis ver a un pueblo encendido de fe y de ternura ante una imagen, id a Baena por Semana Santa.

Los baenenses, esos días de ejercicios expiatorios, sacan a su Padre, el divino Jesús Nazareno, para que bendiga a la ciudad. Y cuando aparece la sobrehumana cabeza a la puerta de San Francisco, la iglesia de las monjas humildes y los viejecitos sus hijos, cuando asoma la testa espectral y bellísima, labrada por algún iluminado de Italia, se produce en la multitud un susurro inefable, música de preces y de súplicas que parece el sollozo de un niño arrepentido.

Es un momento que nunca se olvida. Toda la noche del Jueves Santo oiréis que los tambores tocan a funeral. Antes del alba la gente se dirige a la empinada calle de San Francisco, que como la de la Puerta de Córdoba y todas las que de aquella parte suben desde el Marbella a la Plaza Vieja, son un hormiguero. Los nazarenos de la cofradía de la excelsa imagen, con sus túnicas y cucuruchos morados y sus cruces negras, desfilan silenciosos hacia la iglesia, constituyendo a la luz lívida de la madrugada, una fuerte nota patética. Llegan también los trajecillos morados como llaman a los adeptos de otra hermandad.

Poco a poco va clareando. Los mejores redoblantes hacen reír a sus cajas en el interior del templo y de vez en cuando resuena como un desafío el tararí floreado de los trompeteros. El artista halla, sin esfuerzo, una intensa sugestión de populacho que preparara un sacrificio. El matiz más difundido es el morado de las cofradías, violentamente interrumpido aquí y acullá por el rojo de los judíos de la turba tamborilera. Bullicio plástico. La constricción florece sutilmente en aquel ambiente de fariseísmo.

De pronto, todo queda suspenso. Hasta la luz recién nacida. Es que sale Nuestro Padre Jesús Nazareno. ¿Por qué el corazón late dulcemente? La sublime cara, destacándose del fondo obscuro del atrio, refleja una tristeza infinita. Es un Dios noble y melancólico que surge de una cripta. Los ojos, la boca y la celeste frente de la imagen dicen una queja inmensa, una queja inmensa y suave que ningún hombre podrá repetir. Las manos, pálidas y finas, se crispan en la cruz. La grandiosa cabeza mira a la muchedumbre y parece decir: “Es por vosotros”. Y si en aquel instante un observador contemplara a la gente, vería que todos han comprendido, y que están en éxtasis los ojos de hombres, de mujeres, de niños, unidas las almas por un potente sentimiento de adoración. Y brota del pueblo un aroma de primitiva piedad, que hace pensar en la posibilidad de la regeneración humana.

-Nuestro padre -murmurará algún viejo endurecido en la besana.
-¡Pobrecito!, -exclamará una madre.

Y si en aquel momento alguien osara cometer una irreverencia con la sublime escultura sería lapidado. Porque los baenenses, sin que falte uno, forman una muralla de corazones vibrantes cuando se trata de su Padre Jesús Nazareno, el de San Francisco.

En aquella hora de color y espiritualidad nazarenas, el alma de Baena es un lirio. Calle arriba llevan a Nuestro Padre Jesús. Se escucha la armonía augusta del ‘Octava Mater’. Y el sol, como una hostia empapada en sangre divina, envía al pueblo ferviente su comunión.
Cristo sube al Coso a bendecir a Baena.

Art Jesus 1926

RAMÓN TORRES LLEVA LA PINTURA A LA CALLE

El artista baenense Ramón Torres Piernagorda llevará la noche del 27 de julio la pintura a la calle Salvador Muñoz, en la que se presentará una treintena de obras de gran formato. La exposición, titulada “Pigmentos de luz”, ha sido organizada por el pintor Ramón Torres en colaboración con el Ayuntamiento de Baena. 

La decena de artistas que expondrán su obra pictórica en la calle Salvador Muñoz son alumnos del taller del pintor Ramón Torres y representarán desde rincones rurales, figuras humanas y pintura experimental, entre otras.

En la imagen, Ramón Torres en plena confección de un retrato a María Jesús Serrano, alcaldesa de Baena.

Ramon Torres

NUEVAS OBRAS EN TORREPAREDONES

Dos empresas de Baena se encargarán de las nuevas obras que se llevarán a cabo en el yacimiento de Torreparedones. La empresa S.C.A. de Construcción Nuestra Señora de las Angustias ha sido la adjudicataria de las obras de terminación del Centro de Recepción de Visitantes de Torreparedones por un importe de 91.876 euros, sin IVA. Esta actuación permitirá la adecuación del centro para dotarlo de contenido y ponerlo en marcha. Además se urbanizará la plaza anterior al edificio y se realizarán algunos trabajos de instalaciones. 

La otra obra, adjudicada a la empresa Metalhergos S.L., está destinada a cubrir la puerta oriental de Torreparedones y cuenta con un presupuesto de 28.915 euros, sin IVA. Esta intervención está destinada a evitar que la posible acumulación de agua provoque filtraciones y, con ello, posibles deterioros en la cubierta.

La alcaldesa de Baena, María Jesús Serrano, ha indicado que estas dos actuaciones están incluidas en el proyecto Baniana II, confinanciadas por la Unión Europea a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder).

Obras en Torreparedones

BOLETÍN DE INFORMACIÓN MUNICIPAL DE BAENA

El Ayuntamiento de Baena ha publicado un nuevo boletín de información municipal en el que recoge algunos de los acontecimientos que fueron noticia en la localidad, junto a proyectos que se van a poner en marcha. 

La publicación incluye noticias de interés cultural como los trabajos que se vienen desarrollando en el yacimiento de Torreparedones, iniciativas para difundir el patrimonio local, pero también informaciones sobre nuevos equipamientos que se han puesto en marcha como el centro de congresos o proyectos como la central hidroeléctrica del embalse de Vadomojón.

A continuación incluimos el enlace en el que es posible descargarse la revista:

http://www.baena.es/uploads/pdf/BAENA_INFORMACION_JULIO_2013.pdf

Boletin Informacion Municipal