En el siguiente enlace, correspondiente al Museo de Artes y Costumbres Populares de Málaga, existe una gran sala (Los barros) en la que se encuentran obras del artista baenense:
http://www.museoartespopulares.com/fplano.htmlComentario: F. Expósito.
Tal día como hoy de 1966 fallecía el periodista Fernando Vázquez Ocaña tras 26 años en su exilio mexicano. Considerado como uno de los grandes periodistas cordobeses de la primera mitad del siglo XX, fue destacado escritor y poeta del que han quedado muy pocas composiciones. Con motivo de esta efemérides, recuperamos una de sus olvidadas poesías publicadas en 1928 en el Diario Liberal. El poeta cuenta una aventura amorosa de su juventud en Baena, con un estilo grácil, bajo las influencias de la poesía de la generación del 27, cuando aún no se hablaba de generación.
ROMANCE DE LA SEÑORA DE TRASCASTILLO
A Eduardo Baro, maestro y amigo
Que a mí me quería por niño
la señora, la señora
aquella del Trascastillo.
era una palma real
y su palabra era un libro:
-Niño, tus quince años son
como catorce potrillos,
y yo les paso las manos
igual que si fueran míos.
El quince, vivo y valiente,
el quince es un lebral fino.
Yo no sé si te quería,
señora del Trascastillo,
pero sueños que ensoñaba
olían como tú a membrillo.
Porque me dio un reloj de hombre
con su cadena de arillos,
le merqué medias de seda,
Tejidas con calofríos.
Noche del señor San Juan,
cantaba el campo encendido,
como una fragua de cobre,
llena de flores y gritos.
Vino a mí, torre adornada,
vino a mí Doña Suspiros.
-Medias así solamente
las regalan los maridos.
Luceros quisiera yo
que tus ojos son malignos.
Los montes del Minguillar
bailaban un fandanguillo,
luces de los trenes eran
las cintas de los palillos.
Junto a las cercas nevaban
almas blancas los celindos.
La señora me dio un beso,
dióme un beso y dijo: Niño…
Y el viento de sus temblores
levantó el mar de los míos.
Jaula de carne, sus dedos
a mi cabeza han prendido,
y sus faldas al reclamo
se abrieron de mis sentidos.
Rosas redondas, de luna,
brazos en cruz me ha ofrecido,
y eran pájaros de mar
con el plumón duro y tibio,
Gaviotas en oleaje
las que yo mordía sus picos.
Abejas locas soltabas,
boquita del Trascastillo.
Nochecita sanjuanera,
buen trigo para mis bríos
de molinero de gozos,
gran molienda de suspiros.
Señora, señora seria,
paloma real, voz de libro.
En el vientre de la noche
un gallo seis blancos hizo.
¡Tantos como arrepentida
quedó de llamarme niño!
Ya no tengo quince años,
florecillas de celindo.
Ahora soy hombre formal;
tengo treinta y seis cumplidos.
y he rodado de este mundo,
por todos los caminitos,
caminos donde dejé
señora del Trascastillo,
entre cuerdas de guitarra,
sueños y coplas de vino.
Pero por mi mal quisiera
vivir sobre lo vivido
y que una señora seria
volviera a llamarme niño…
La influencia de poetas como García Lorca aparece en este texto, que luego continuará en poemas publicados durante estas fechas. Estamos ante un periodista que se sentía poeta, que llegó a recopilar una colección de poemas al que puso por título “Sierra Morena”, pero que no se publicó y no se conservó. En su etapa como diputado era habitual que durante las largas sesiones compusiera en los folios del Congreso versos para liberar su creatividad. Pero del verso no se vivía y ante la abundante prole que ya tenía, se multiplicaba para tratar de llevar dinero a casa. Pese a su enorme actividad intelectual, hubo días de escasez como era habitual en muchos periodistas de la época. Un 29 de septiembre de 1966 fallecía Fernando Vázquez Ocaña en México DF.
Comentario: F. Expósito.
En la imagen, un joven Fernando Vázquez Ocaña, junto a su mujer María Jiménez y su primera hija, en una fotografía de los años veinte del pasado siglo.
El 10 de abril de 2010, el Grupo Cultural Amador de los Ríos organizó una conferencia para conmemorar el quinto centenario de la fundación del convento de Madre de Dios. El conferenciante fue Manuel Horcas Gálvez, cronista oficial de Baena. Éste fue uno de los actos que celebró la asociación cultural para remarcar la importancia de esta efemérides, a la que se unió otras iniciativas como la realización de un logo conmemorativo especial, la edición de camisetas para conseguir fondos para el convento o la edición de un libro de Alfonso Torrico Lomeña para recaudar fondos para el templo baenense. A propósito de esta celebración, el Grupo Cultural Amador de los Ríos reivindicó la declaración de la iglesia de Madre de Dios como Bien de Interés Cultural (BIC) por la Junta de Andalucía.
Incluimos a continuación un breve extracto de la magnífica conferencia de Manuel Horcas Gálvez:
“Haciendo uso de ese extraordinario poder que tiene la imaginación para trasladarnos en el tiempo, yo les pido que retrocedan conmigo cinco siglos. Son los albores del XVI. En la villa de Baena hace ya bastantes años que transitan con cierta frecuencia por sus caminos o cruzan sus calles, entrando y saliendo del castillo, nobles de elevada alcurnia acompañados de su séquito, prelados de la Iglesia con su cortejo de clérigos, altos dignatarios del Estado y militares de alta graduación con su tropa, e incluso reyes de Castilla cuando la reciente guerra de Granada.
Es viernes, 7 de noviembre de 1511. No deja de llamar la atención un lucido cortejo que sube por la Calzada que conduce a la Almedina y al palacio. No es muy numeroso, pero sí bastante selecto. Acompañadas del Conde (el tercer conde de Cabra), altos cargos de la orden dominicana y algunos miembros de la nobleza, llegan en varias carrozas las protagonistas, seis monjitas dominicas, alguna casi niña, procedentes del convento de los Ángeles de Jaén. Vienen a poblar el recién creado convento, aunque hasta el momento es poco lo que hay construido de él, pues las obras no avanzan al ritmo que fuera de desear. Es una fundación del tercer Conde de Cabra y su esposa, que figurará bajo la advocación de la Madre de Dios, y de forma más especial, de la Encarnación, aunque esta última nunca se usó (…).
Aunque no sabemos cuándo se gestó la idea de la fundación en la mente Diego Fernández de Córdoba, quinto señor de Baena y tercer conde de Cabra, debió ser consecutiva a la bula pontificia que autorizaba la erección de la capilla mayor de Santa María (1497). Unos meses después, aprovechando una estancia en Baena, y lógicamente alojado en las dependencias del castillo, del padre fray Luis de Torres, provincial de los dominicos de Andalucía, se trataría en conversación el futuro de las hijas de los condes. El 17 de mayo de 1498, el padre Torres otorga una licencia a la priora del convento de Santa María de los Ángeles de Jaén para que reciba en él a las hijas de los condes de Cabra, Diego Fernández de Córdoba y Francisca de Zúñiga y Castañeda. Las monjas así lo aceptaron. Sin embargo, la primera de ellas y la única que profesó, Juana de la Cerda, no entró en el convento hasta los primeros días del año 1507, a causa de su corta edad.
Pero D. Diego, y más probablemente la condesa, quería tener su propio convento en Baena, y para ello se valió de las influencias de su confesor, el P. dominico fr. Domingo Melgarejo, más adelante general de Andalucía, quien obtuvo del papa Julio II la correspondiente bula autorizando la fundación. Con ella se iniciaba realmente el proceso, cuyo aspecto formal queda recogido en tres documentos:
CONDICIONES DE LA FUNDACIÓN
El primer documento data de 1510, y es la escritura de fundación, suscrita de una parte, por el conde y la condesa como fundadores autorizados por el papa, y de la otra, por el padre fray Alonso de Loaysa, vicario provincial de Andalucía, y el padre maestro Funes, provincial de toda España, en representación de la congregación dominicana.
Para el mantenimiento de la comunidad se fija una renta anual, consistente en 30 cahíces de trigo, 100 fanegas de cebada, 60.000 mrs. y 40 @ de aceite, que aportarían los fundadores. Esta renta debía ser fija, de modo que si en algún tiempo y por cualquier medio, dote, herencia o donativo, el convento llegara a ser titular de bienes raíces que produjesen más de esa cantidad, quedaba obligado a venderlos y convertirlos en otros aprovechamientos, generalmente censos o dinero en metálico.
Pareció oportuno, y así quedó acordado, que el número máximo de religiosas había de ser de 35, y sólo se podría exceder este número si se trataba de parienta próxima de los señores de la casa de Córdoba o porque fuese de mucha utilidad para el convento por la cuantía de su dote.
Cubierto este primer trámite, se iniciaban las obras de construcción de la casa en que debían alojarse las primeras monjas, que sería el germen del convento.
En 1511 el padre fray Alonso de Loaysa fue electo provincial de toda España, y como se preveía la pronta separación de la provincia de Andalucía, dio licencia para la creación del convento, aunque aún no estaba construido, para incorporarlo con los demás de la provincia y hacerle partícipe de los bienes espirituales y temporales de ella. Ordenó que las fundadoras viniesen del convento de Nuestra Señora de los Ángeles de Jaén, y que entre ellas estuviese Dª Juana de la Cerda y Santo Domingo, hija del conde, quien desde ese día sería la primera priora.
El segundo documento data de 1515. En relación con lo pactado sobre el número de monjas, le pareció al fundador que mientras se acababa de labrar el convento, éstas no podrían superar el número límite de 12 monjas, que ya se había alcanzado. Por ello el 4 de noviembre de ese año se firma escritura ante Gómez de Santofimia, escribano de Baena. Por ella se establece que al ser la tercera parte de las monjas, la dotación debía quedar también reducida a la tercera parte, fijándose en 100 fs. de trigo, 30 de cebada, 20.000 mrs y 13 @ de aceite. En la escritura se fija sobre qué bienes se habían de cargar los pagos.
En los años siguientes el número de religiosas no dejó de aumentar, hasta el punto de que en 1522 se había llegado ya al completo. Por esa razón la priora y religiosas pidieron al conde que hiciera nueva escritura de la dotación del convento según se acordó en la primera que se hizo. Este tercer documento se firma el 22 de octubre de 1522 ante el escribano Gonzalo de Pareja, acordándose unas cantidades que se pagarían perpetuamente en concepto de dotes y alimentos de las hijas del conde que habían profesado en el convento. Aunque eso no era exactamente lo que pretendían las religiosas, al fin quedó establecido así: 200 fs. de trigo, 130 de cebada, 30 @ de aceite y otras 30 de vino (…).
La alcaldesa de Baena, María Jesús Serrano, ha confirmado al Grupo Cultural Amador de los Ríos que durante este año o los primeros meses de 2014 se procederá a la rotulación de la calle que recordará a Alfonso Torrico Lomeña. La vía que llevará el nombre de este baenense, sencillo y humilde, luchador por proyectos que impulsaron la localidad que le vio nacer, se situará en un lugar de Baena «digno para su figura y memoria», según ha indicado la alcaldesa.
Más de 1.100 firmas solicitaron la rotulación de una calle que reconociera la labor de este hijo predilecto de la ciudad, que también investigó la historia del municipio en el siglo XX.
Precisamente, el Grupo Cultural Amador de los Ríos editó en el año 2011 su libro ‘Baena durante la Segunda República. Sus ayuntamientos’, un documentado trabajo sobre este periodo histórico.
Desde la Asociación Grupo Cultural Amador de los Ríos agradecemos al Ayuntamiento de Baena la sensibilidad por reconocer a uno de sus hombres más generosos y trabajadores. Asimismo, mostramos nuestra gratitud a todos los baenenses que aportaron sus firmas para que se pusiera una calle a Alfonso Torrico.
Protección para reconocer su importancia artística y fondos para evitar el deterioro del patrimonio del convento de Madre de Dios. El Grupo Cultural Amador de los Ríos ha solicitado que se proteja como Bien de Interés Cultural (BIC) la iglesia conventual, pero también que se estudie el estado del templo y se acometan las obras necesarias para evitar un daño irreparable. Estas dos peticiones, cosas de la vida, ya las hacía hace ahora casi 85 años el periodista Fernando Vázquez Ocaña en un artículo que publicaba en el ‘Diario Liberal’ en abril de 1929. Incluimos a continuación un extracto del texto en el que hace referencia a estas dos cuestiones:
“(…) Un poco os inquieta [se refiere a las monjas de clausura del convento de Madre de Dios], es verdad, que las monjitas de abajo, las del Espíritu Santo, hagan sentir su rivalidad. También os inquieta el anuncio de la llegada de los Salesianos, que quieren asimismo poner escuela. ¿Qué será, entonces de vuestra soledad inspirada por el amor de enseñar? No podréis acabar las obras iniciadas en el convento. Hasta la vida mística suele hacerse difícil. Por eso, recordabais la promesa de ciertos señores de Córdoba, que en una visita, reciente, al convento, prometieron dos cosas: que el Estado hiciera monumento nacional ese verdadero monumento de poesía, y que la Diputación concediera una subvención a vuestro pío colegio.
Pero yo soy periodista y voy a recordarles a don Rafael Cruz Conde, alcalde de Córdoba; a don Enrique Romero de Torres, comisario de Bellas Artes, y a don Antonio Castilla Abril, presidente de la Diputación, lo que vuestra comunidad espera de ellos. El anterior gobernador civil, don Antonio Almagro Méndez, se marchó y no pudo intervenir en la realización de la promesa. Pero quedan los otros visitantes, y me consta que sus promesas no son vanas”.
Después llegaría la Guerra Civil y el gran deterioro que sufrió el convento y la iglesia al ser incendiados. No sería hasta finales de los años cincuenta del pasado siglo cuando se emprendió la restauración que permitió abrir al culto de nuevo la iglesia, lo que permitió regresaran las monjas de clausura a Madre de Dios.
Comentario: F. Expósito.
El Grupo Cultural Amador de los Ríos, ante el deterioro que se ha producido en los últimos años en la iglesia de Madre de Dios, ha mostrado su preocupación ante el riesgo de derrumbe que presenta su cúpula ante la próxima llegada de las lluvias, además del peligro que existe también en el coro del templo de las monjas de clausura dominicas de Baena. Esta situación ha provocado que se suspendan las celebraciones religiosas en el altar mayor, pues las vigas del tejado situadas por encima de la cúpula presentan hundimiento. Como ha podido constatar esta asociación cultural, ha sido necesario apuntalar el techo del coro (ver imagen) ante la posibilidad de que se desprendiera. La comunidad de dominicas regresó a Baena en 1955 tras el grave incendio que afectó al convento. La primera intervención en los tejados se llevó a cabo en 1958 y en 1959 volvió al culto la iglesia. A finales de los años setenta se acometieron otras obras, aunque no contaron con fondos suficientes ante la envergadura de la actuación que se requería.
Desde el Grupo Cultural Amador de los Ríos se ha presentado ante el registro del Ayuntamiento de Baena, con fecha del 3 de septiembre, un escrito en el que se insta al Ayuntamiento que se solicite la declaración de la iglesia como Bien de Interés Cultural para que se reconozca la importancia de este monumento construido en el siglo XVI y que presenta un gran valor artístico, además de histórico. Asimismo, la asociación demanda al Ayuntamiento que promueva las iniciativas necesarias para que se proceda a una actuación de urgencia para evitar que se produzca el hundimiento de la cúpula y pueda dañarse la importante colección de pinturas del altar mayor.
IMPORTANCIA
La iglesia de Madre de Dios es uno de los más tempranos ejemplos de arquitectura renacentista en la provincia de Córdoba. Pese a que la estructura del convento sufrió grandes daños durante la Guerra Civil y se produjeron reformas, la iglesia no ha sido alterada. Las obras de fábrica de la iglesia de Madre de Dios fueron iniciadas sobre 1525 por Hernán Ruiz I, siendo continuadas por su hijo Hernán Ruiz el Joven, dos reconocidos artistas andaluces. La iglesia tiene planta de nave única, crucero y dos capillas adosadas. Está cubierta con una bóveda de cañón con lunetos. Artísticamente, lo más notable es la solución que dio Ruiz el Joven a la capilla mayor, que concluyó en 1539, tras los diseños de Diego de Siloé. Se trata de una bóveda de horno de planta poligonal, cubierta por bandas verticales adornadas con motivos florales, que alternan con hileras de figuras que representan apóstoles, ángeles y querubes. El crucero se separa del cuerpo de la nave por una reja del siglo XVI, que está relacionada con el taller del Maestro Bartolomé. Esta reja se divide en tres cuerpos y está coronada por una crestería vegetal con los escudos de los patronos.
El retablo mayor, realizado en mármol, está formado por banco, cuerpo único y remate en frontón. El espacio central está ocupado por una pintura de temática dominica, de mediados del siglo XVII. Delante se encuentra un templete de metal dorado y mármoles policromados, que se remata con una cúpula. En el cuerpo del retablo destacan una serie de 64 cuadros de estilo diverso, destacando dos de mayor tamaño, con los temas de la Epifanía y la Adoración de los Reyes, que están atribuidos al taller de los Bassano.
VALOR SIMBÓLICO PARA ANDALUCÍA
El valor histórico de la iglesia de Madre de Dios, además de ser un gran ejemplo de templo recuperado tras los daños sufridos durante la Guerra Civil, cuya techumbre fue destruida, radica también en que ha sido reconocido como uno de los primeros lugares en los que se localizó el escudo de los condes de Cabra, fundadores del templo baenense, con las veintidós banderas o estandartes nazaríes ganados a los musulmanes en la batalla de Lucena. Este escudo se encuentra en el altar mayor del convento de Madre de Dios. De las 22 banderas del escudo del conde de Cabra, 18 son verdes y blancas. Este escudo es una de las primeras referencias de la utilización de los colores blanco y verde como símbolo de Andalucía.
Publicamos a continuación el comienzo del nuevo artículo de Francisco Expósito que se publicará en Cancionero a finales de septiembre. Lleva por título “Los poderosos del pueblo”.
“Se convirtieron durante décadas en los señores de Baena, quienes controlaban todo lo que se hacía en la antigua villa, capaces de decidir el futuro de muchas personas indefensas ante el poder de una minoría, no sólo político, sino también económico y social. La llegada del siglo XX refrendó un dominio casi absoluto sobre amplias capas de la sociedad. Quedaba atrás la antigua villa, pero en la ciudad su posición poco cambió. Algunos colectivos y varios intelectuales comenzaron a cuestionar este dominio. La República liberó la expresión, aunque no las ataduras de muchos baenenses que no tenían a quién recurrir para buscar su sustento y el trabajo en el campo se convertía también en una aceptación de una desigualdad. Con el franquismo, el miedo a las represalias devolvió el poder que se había cuestionado sobre todo en los años veinte y en la primera mitad de los treinta. Los poderosos del pueblo, que la mayoría de las ocasiones procedían de familias que habían sustentado su fortuna en las grandes explotaciones que habían heredado, perduraron en la primera mitad del siglo XX en las zonas rurales y Baena no sería ajena a esta situación. Controlaban todo. Impulsaban asociaciones y colectivos, muchas veces para hacer frente a otros surgidos desde las clases populares. Se posicionaron al frente de cofradías en la entonces clasista Semana Santa de la localidad. Eran capaces de eliminar cualquier reacción, ya fuera a través del control de la política local o bien del trabajo que generaban. Marcaban lo que tenían que hacer muchas familias baenenses (…).
Las clases más bajas estaban indefensas, también ante la justicia. A propósito de un incendio del 8 de julio de 1912, cuando mieses y plantaciones de olivos del cortijo de Hornerico se quemaron, fueron detenidos los trabajadores Eduardo Ordóñez Ramos, Antonio Plazas Castro y José Orejuela César. La vista se fijó para el 20 y 21 de febrero de 1914. En una hoja difundida en aquel año, firmada por la Comisión Pro Presos, se denunciaron las irregularidades que se presentaron en el proceso, como que los detenidos fueron apresados el 23 de enero de 1913, seis meses después de producirse los incendios. Aunque inicialmente reconocieron que habían sido los que prendieron fuego ante la Guardia Civil, ante el juez instructor dijeron que las deposiciones eran falsas y que así se manifestaron porque tenían miedo.
La Junta Local de Reformas Sociales, creada en 1903, pudo convertirse en un elemento importante para reducir las dificultades de la población, aunque, como escribirá Rejón Gieb, estuvo “frenada por las manipulaciones de los caciques y propietarios del término, secundados por un grupo de trabajadores, paniaguados de los anteriores”. Ante la reacción popular, una contrarreforma elitista que siempre se imponía. Entre las funciones de esta junta local se encontraba la elección de su representante en la provincial o la designación del presidente de la Junta Municipal del Censo, que podía controlar el voto en la localidad. Además, era la entidad que informaba fuera de la localidad de las estadísticas de huelga, precios, salarios o conflictividad, por lo que tenía el poder de la información. El poder era excesivo.
CONDICIONES DE ESCLAVITUD
La gravedad de la situación en la que se encontraba la mayoría de la población baenense hizo que se impulsaran algunos movimientos contestatarios, aunque los cambios no se produjeron e, incluso, se acentuó el drama de la clase obrera tras la guerra civil. Entre los colectivos que más cuestionaron esta situación estaba un grupo denominado “Los Jóvenes”, que cerca de los años veinte editó críticos manifiestos en hojas volanderas de las que han llegado a nuestros días muy pocas. Una de ellas se publicó en noviembre de 1919 y se titulaba “Al pueblo en general y a la clase capitalista en particular”. El grupo “Los Jóvenes” instaba al pueblo a levantarse ante las condiciones de auténtica esclavitud en las que se encontraba: “Pueblo trabajador, eterno esclavo de tu inconsciencia, una vez más nos dirigimos a ti para decirte que cuándo vas a darte cuenta de que tú y sólo tú eres el eje donde gira todo el engranaje social, que sin tu esfuerzo colectivo la Sociedad no tendría razón de existir (…). Ya es tiempo, pueblo, de que te aprestes a la defensa de tu dignidad de hombre escarnecido, y le digas a los que comercian con tu sudor: basta ya de tanto dolor y miseria, basta ya de sacrificios inútiles, de resignación mal entendida y peor interpretada, ya nos hemos dado cuenta de que somos los únicos que con arreglo a las leyes naturales tenemos derecho al disfrute de todos los goces de la vida, porque con nuestro esfuerzo colectivo contribuimos a crear todo lo que en la sociedad hay de bello y bueno”. El texto responsabilizaba de este estado de las cosas a los patronos, que calificaba de personas “sin conciencia”: “Sois los únicos responsables del estado que tenemos presente, que con vuestros egoísmos injustificados, sois los causantes del malestar que en todas partes se respira, que por vuestra avaricia desenfrenada, vuestra sed de oro y dominación, sois los que a la corta que a la larga nos llevaréis a la desesperación y entonces no habrá tiempo de arrepentirse, porque será llegada la hora de ajustar cuentas, y nos cobraremos con creces de tanta lágrima y dolor como por vuestra culpa ha derramado la humanidad entera” (…)”.
“A medida que la civilización avanza y las poblaciones se modernizan, los testimonios arqueológicos y las memorias históricas van poco a poco desapareciendo, y los monumentos erigidos en pasadas edades son destruidos por la codicia, por el abandono y por la indiferencia; factores todos que, aislada o conjuntamente, salen siempre al encuentro de quien pretenda en nuestros días estudios de cierta naturaleza”
AMADOR DE LOS RÍOS, R.: “El castillo de Pioz en la provincia de Guadalajara”, La Ilustración Española y Americana, nº XXXIX, Madrid, 15 de septiembre de 1899.
“Ya que los escritores catalanes muestran tan natural como ferviente predilección por cuanto pueda atestiguar en algún modo á través de los tiempos la personalidad de Cataluña, no será mucho pedirles fijen su atención alguna vez en otras personalidades que en España existieron, á fin de conocerlas y de no incurrir en errores, que ellos han de ser los primeros en condenar y corregir, procediendo honrada y notablemente, como precedieron sus antepasados en aquellos días azarosos en que, al sacudir la dependencia de los reyes francos, lograron reconstituir un Estado libre, poderoso, lleno de vigor y de vida, que al fin vino a integrar la nacionalidad española”
AMADOR DE LOS RÍOS, R.: “Una escultura de Pedro Millán en Aracena”, IEA, nº XXXV, Madrid, 22 de septiembre de 1898, 170.
La figura de Rodrigo Amador de los Ríos y Fernández de Villalta, hijo de José Amador de los Ríos, es de unas dimensiones que no puede pasar desapercibida para los baenenses. Aunque nacido en Madrid, donde también falleció en mayo de 1917, mantuvo una estrecha vinculación con la villa de Baena y mostró una gran preocupación por la conservación del patrimonio histórico de la localidad. Si Valverde y Perales es el pionero de la arqueología en Baena y uno de los más destacados investigadores de la provincia, en Rodrigo Amador de los Ríos encontramos a uno de los grandes arqueólogos españoles de finales del siglo XIX y principios del XX. Su trayectoria abarca una gran cantidad de facetas investigadoras. Como su tío Demetrio de los Ríos, fue uno de los grandes defensores de la recuperación del yacimiento de Itálica, tras ser designado en 1911 director de los trabajos en el anfiteatro de Itálica.
La importancia de Rodrigo Amador de los Ríos es enorme para la historia y arqueología española, tal y como reconocerá José Antonio Zapata Parra en un artículo que publicó en la revista “ArqueoMurcia”, en julio de 2004. Zapata Parra destacará los siguientes aspectos en Rodrigo:
“a) A nivel arqueológico y epigráfico, su labor en el Museo Arqueológico Nacional, ya sea como ayudante o posteriormente como director, le pondrán en contacto con numerosas piezas arqueológicas que serán estudiadas y publicadas por primera vez. Adquiere piezas y reliquias para el museo y realiza los primeros catálogos del mismo, y sobre todo elabora informes para que numerosos yacimientos y restos arqueológicos de España sean salvados de la destrucción y el abandono. Será uno de los redactores del proyecto de ley en materia arqueológica, que posteriormente será publicado en 1911, y sobre el que se regirá la arqueología del siglo XX hasta su último tercio. En cuanto al
estudio de la epigrafía arábiga, es el primero en realizar una historia de la escritura monumental en España, recogiendo para ello todas las inscripciones existentes y publicándolas en 1883. Es el primero en apuntar la existencia de varios tipos de escritura árabe, no solo la cúfica y la cursiva, sino también la que el denomina mudéjar, así como las variantes de las anteriores y las diferencias locales que existen entre ellas. También es el primero en publicar las inscripciones árabes de Córdoba y Sevilla, así como las contenidas en el Museo Arqueológico Nacional.
b) A nivel histórico, la mayor aportación de nuestro autor es realizar la historia universal de varias provincias a partir de estudios locales. Para ello, Rodrigo Amador de los Ríos estudia todos los escritos que sobre una región existen, para después sintetizar todos los conocimientos adquiridos, que junto a las nuevas noticias y estudios aportados por él, dan lugar a esa historia global con matices de universalidad, que se insertan en la Historia de España. En sus obras el protagonista es el lugar, los monumentos y los acontecimientos.
c) A nivel artístico, su mayor aportación es desarrollar el estilo mudéjar, creado por su padre años antes. A través de diferentes estudios tanto de carácter monumental como arqueológico y epigráfico demuestra la existencia de dicho estilo en ciudades como Sevilla, Córdoba y Toledo. Todos los estudios arqueológicos, históricos y artísticos de nuestro autor tienen como fin el patrimonio y la cultura. Denunciará una y otra vez la venta de reliquias, el abandono de yacimientos arqueológicos y monumentos, la presión urbanística y su influencia en el deterioro del patrimonio; acusará a concejales y ministros, todo cuanto sea necesario para la conservación del monumento y del patrimonio español; y aunque en más de una ocasión su voz no sea escuchada, su lucha y su tesón, lograrán salvar y dar a la ciencia arqueológica y al patrimonio el respeto que merecen, pues las considera como salvadoras de nuestra cultura e identidad”.
A continuación os incluimos el enlace para acceder al artículo completo:
http://www.arqueomurcia.com/revista/n2/pdfs/rodrigoamador.pdf
El Grupo Cultural Amador de los Ríos ha elegido por mayoría de los votos a Miguel Párraga nuevo presidente de la asociación con sede en Baena. Párraga, que sustituye a Francisco Expósito en el cargo, era con anterioridad y es miembro del colectivo desde 2009. El nuevo presidente contará en su junta directiva con Francisco Expósito (vicepresidente), María Victoria Ruiz de Prado (secretaria), Salvador Rodríguez Vigil (tesorero) y los vocales Gabriel Luque, Juan Carlos López y Manuel Cortés.
Párraga, tras agradecer la labor de la anterior directiva, aseguró que pretende continuar con la programación prevista e incrementar la integración de nuevos miembros. Entre las próximas actividades se encuentra la organización de una fotografía de Rafael Ruiz Arjona sobre el casco antiguo de Baena, la conferencia y proyección de la película de Miguel Ángel Entrenas sobre Góngora, además de otras iniciativas contempladas para el nuevo año. En la asamblea se acordó también solicitar la concesión del premio Cervantes al poeta Pablo García Baena, solicitar al Ayuntamiento que se cree una sala de exposiciones permanente, reiterar la importancia de proteger el convento de Madre de Dios y demandar la rotulación de la calle a Alfonso Torrico Lomeña.
El Grupo Cultural Amador de los Ríos inició su andadura en el año 2007 y desde entonces ha organizado alrededor de cincuenta actividades, entre las que se encuentra la edición del libro “Baena, durante la Segunda República. Sus ayuntamientos” (2011), homenaje al pintor Paco Ariza (2012), presentación de publicaciones de otros autores baenenses y numerosas conferencias sobre la historia, la cultura y la economía en Baena, además de reivindicar la importancia de intelectuales como Fernando Vázquez Ocaña o Antonio Bermúdez Cañete.
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