EL MÍERCOLES DE CENIZA COMIENZA UNA DE LAS PRINCIPALES TRADICIONES DE LA CUARESMA
FRANCISCO EXPÓSITO (*)
Durante todo el año el sentir cofrade se manifiesta en las numerosas actividades que organizan las hermandades y cofradías. Algunas de ellas celebran actos concretos en honor de sus titulares, como sucede con la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que celebra una procesión el 14 de septiembre, junto con otros actos de culto, y la hermandad de la Virgen de las Angustias, que procesiona a su imagen el tercer sábado del mismo mes. No obstante, el anuncio de que faltan pocas semanas para el inicio de la Semana Santa se refleja a partir del Miércoles de Ceniza con la organización de los habituales misereres. A partir de este día, y ya todos los viernes de Cuaresma, los judíos de la cola negra desfilan hasta la iglesia de San Francisco, donde tiene lugar una función religiosa en la que se interpreta el popular miserere baenense. A medida que se acercan los días semanasanteros, otras hermandades se irán incorporando a los desfiles hasta el mismo Martes Santo, cuando tiene lugar el último de los organizados.
Pero, ¿qué son los misereres y cuándo surgieron?
En sentido estricto, los misereres son actos penitenciales de arrepentimiento, que se realizaban para alcanzar la reconciliación con Dios tras haber pecado. Su origen se encuentra en el Salmo 51 que dedica David a Dios en señal de arrepentimiento tras haber pecado con la mujer de Urías, Betsabé.
En la Semana Santa de Baena, los misereres se han convertido en actos penitenciales que realizan las cofradías en sus iglesias durante la Cuaresma, en los que tras un desfile se celebra una Santa Misa y se suele cantar, con música original de Baena, un texto que reproduce el Salmo 51, junto con el Stabat Mater. Este acto tiene lugar tras la celebración de la función religiosa.
El origen de los misereres en Baena se remonta a fechas anteriores al siglo XVIII. Ya en 1743 doña Elena de Mesa establece en el convento de San Francisco, mediante una dotación económica, la obligación de cantar la comunidad franciscana el miserere a la imagen de Jesús Nazareno todos los viernes de Cuaresma.
La quinta cuadrilla de judíos de la cola negra, reorganizada por José Gan, recuperó los misereres en 1927, al acordar la celebración de un miserere a Nuestro Padre Jesús Nazareno en San Francisco el viernes último del quinario. Este acto se completará con la aportación de una limosna al asilo el mismo día. Ese año ascendió la limosna a 65,5 pesetas, que se realizaron a través del envío de 100 kilos de bacalao.
La constancia de Gan, uno de los grandes valedores de la Semana Santa actual, se mantuvo en los difíciles años de la guerra al organizar en contra de lo prohibido un miserere en San Francisco en la noche del Jueves Santo. Entonces no importó el color de la cola, pues participaron cofrades blancos y negros. El éxito que alcanzó el miserere organizado por la cuadrilla de Gan queda reflejado a través de diversos medios locales de información, como sucedió con el periódico ‘Nuevas’, que tituló el día 8 de abril de 1935 de la siguiente manera: “El miserere de la 5ª cuadrilla resultó imponente’. Según se relataba este periódico, el aspecto que presentaba la iglesia de San Francisco “era grandioso”, pues era imposible que cupieran más fieles. A lo largo del recorrido, las calles presentaban el aspecto de un día de procesión. El desfile, narra el redactor de ‘Nuevas’, se desarrolló con gran entusiasmo y animación. Estas son las palabras con las que describió el inicio del recorrido el periódico local: “Minutos después de las nueve de la noche, la comitiva se puso en marcha. Abrían calle los redoblantes y el estandarte. A continuación, en dos ordenadas e interminables filas, los cofrades, todos ellos luciendo en la solapa el número 5, insignia de la cuadrilla. Seguían, también en ordenadas filas, los invitados, y cerraba esta parte de la comitiva la presidencia formada por el hermano mayor de la cofradía, don José Baena Rojano, cuadrillero don José Gan Roldán y demás personalidades y elementos de la directiva. Seguían los trompeteros y, por último, cerrando el cortejo, la Banda Municipal dirigida por el maestro Díaz, que interpretaba animadas composiciones”.
El itinerario de este miserere fue el siguiente: Ruiz Frías, Juan Rabadán, plaza de la República (actual Plaza de la Constitución), calle José de las Morenas (Mesones en la actualidad), San Bartolomé, Puerta de Córdoba y San Francisco. El regreso se realizó por las calles Puerta de Córdoba, Amador de los Ríos y Ruiz Frías.
Al parecer, en los primeros años de celebración en este siglo el miserere se integraba de redoblantes de judíos vestidos de paisano y antorchas de brea delante del estandarte, correspondiéndole cada viernes a una cuadrilla hacer el miserere. En la actualidad, los misereres se inician el Miércoles de Ceniza con el miserere organizado por la hermandad del Cristo de los Azotes. A partir del Miércoles de Ceniza se generalizan los misereres todos los viernes de la Cuaresma.
El último miserere se desarrolla el Martes Santo, cuando las hermandades de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Huerto y San Diego, junto con la turba de judíos de la cola blanca, participan en el miserere celebrado en la iglesia de San Francisco. Al día siguiente, Miércoles Santo, se inician los recorridos procesionales de la Semana Santa, después del organizado el Domingo de Ramos.
(*) Texto extraído del libro “Semana Santa de Baena. Historia de una devoción popular”, publicado en 1999.