HOY EN DIARIO CÓRDOBA.
UNA MEDIDA QUE DIGNIFICA EL ACEITE
Hoy entra en vigor la prohibición para garantizar la calidad y el origen del producto que se dispensa. Los consumidores piden más medidas contra el fraude, mientras que la hostelería rechaza el decreto.
FRANCISCO EXPOSITO (DIARIO CÓRDOBA). 01/03/2014
Si usted se acerca hoy a un bar o a un restaurante y le sirven el aceite de oliva en un envase rellenable podrá denunciar la situación al incumplirse el real decreto aprobado por el Consejo de Ministros del 15 de noviembre que impide que desde el 1 de marzo se puedan utilizar aceiteras en el canal Horeca (hostelería, restauración y servicio de cátering). Tras muchos años reclamando la medida, el sector productor ha encontrado respuesta a una petición que busca un mayor control en el aceite de oliva que se dispensa a los clientes, aunque, como muchas leyes, también tiene una interpretación que puede permitir saltarse la norma. Así, un establecimiento podrá seguir utilizando este tipo de envases rellenables si añade al aceite condimentos como ajos, guindillas o hierbas aromáticas, tratándose entonces de un preparado o aderezo y no de aceite de oliva virgen extra.
Aunque en la Unión Europea se frenó la generalización de la prohibición, España se suma ahora a otros dos países (Italia y Portugal) en los que se impide el uso de aceiteras rellenables, una decisión con la que el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente pretende mejorar la imagen del aceite de oliva, además de garantizar la calidad e informar mejor al consumidor sobre las características de un pilar fundamental de la dieta mediterránea. En Córdoba, la segunda provincia con mayor producción mundial de aceite de oliva, la medida ha encontrado respaldo mayoritario entre los productores, pero también en administraciones como la Junta de Andalucía o la Diputación de Córdoba. Sin embargo, no ha recibido el apoyo de la hostelería, que estima que la medida incrementará el valor del producto un 30%. Así lo denunció ayer el presidente de Hostecor, Antonio Palacios, que afirmó que será el empresario el que soporte este aumento de coste. Además, estima que en Andalucía, donde se producen los mejores aceites, el empresariado se preocupa de buscar esta calidad. «Habría que haber estudiado otras alternativas, como hacer un seguimiento a los aceites que se dispensan y, si no son de calidad, que se imponga una sanción», dijo.
LOS CONSUMIDORES La federación de consumidores Facua considera que la prohibición es insuficiente para evitar el fraude que se produce por parte del sector envasador. «Ahora sabremos qué aceite ponemos en la tostada y seguiremos sin saber con qué aceite nos sirven el montadito o se ha cocinado un guiso», asegura Francisco Martínez Claus, presidente de Facua Córdoba. Martínez Claus piensa que se ha apuntado al «eslabón más débil de la cadena», mientras que exige que se persiga el fraude, que se conozcan las empresas que cometen irregularidades con el aceite y se sancionen.
El sector productor recibió con gran satisfacción la entrada en vigor del decreto tras la moratoria de dos meses que se dio para aplicarse completamente. El presidente del Comité Consultivo de Aceite de Oliva y Aceituna de la Unión Europea (UE) y responsable sectorial de Cooperativas Agroalimentarias, el cordobés Rafael Sánchez de Puerta, calificó de «fantástica» la actuación. «Llevábamos tiempo trabajando en esta norma y nuestra pretensión era que fuera europea, pero como no se consiguió en Bruselas, el ministro se comprometió en España», señaló el también director gerente de Faeca Andalucía. Respecto al sobrecoste que puede implicar para los hosteleros, el dirigente de las cooperativas estima que será «insignificante», ya que el incremento puede situarse, según dijo, en un céntimo de euro por ración. «El beneficio es mayor porque el empresario está pensando en el consumidor y en dignificar la imagen del producto», precisó.
Por su parte, el presidente de la denominación de origen Baena, el empresario olivarero Francisco Núñez de Prado, manifestó que el decreto busca «concienciar» y «defender un producto que hay que distinguirlo y rescatarlo ante el posible fraude».
FOTO: Extracción del aceite de oliva en la cooperativa Germán Baena de Baena.
