Recuerdo a Paco López

Numerosos amigos se han unido en el recuerdo a Paco López. Más de un centenar de personas han accedido al texto en el que se comunicaba su fallecimiento. El Grupo Cultural Amador de los Ríos lo recuerda también a través del elogio que preparó la Primera Cuadrilla de Judíos de la Cola Negra por su nombramiento como cofrade ejemplar de la Semana Santa de 2009.

«Elogio a Francisco López Tarifa, cofrade ejemplar de la Semana Santa de 2009

FRANCISCO EXPÓSITO
Hace ahora cinco años la Asociación Cultural de la Primera Cuadrilla de Judíos de la Cola Negra inició el nombramiento de cofrades ejemplares de nuestra Semana Santa. El objetivo con el que surgía esta iniciativa era reconocer la trayectoria de personas que dedicaron su tiempo a proteger nuestras tradiciones y fomentar el clima de entendimiento entre hermandades o cofradías. Desde entonces, cada año se ha distinguido el buen hacer de un hermano vinculado a hermandades de la cola negra (años impares) o de la cola blanca (años pares). Por el teatro Liceo han pasado personas que se han caracterizado por su fervor cofrade, como Antonio Rojano, Rafael Cruz, Alfredo Osuna o Antonio Gómez Mérida, pero también por las enseñanzas y la defensa de las tradiciones que han definido sus trayectorias.
En esta ocasión, la asociación cultural aprobó el pasado 19 de octubre de 2008 reconocer la trayectoria de Francisco López Tarifa, un veterano cofrade que ha desarrollado importantes cargos en nuestra Semana Santa y que se ha caracterizado por sus vínculos cristianos, pero también por su defensa de la tradición semanasantera. Paco López nació en Baena el 12 de febrero de 1936 en el seno de una familia muy vinculada a la cola negra. Eso le llevó, siendo muy niño, a colgarse los arreos y el casco vestido de cola negra, aunque, no por ello, llegó a desfilar en la hermandad de San Juan, perteneciente a la cofradía del Dulce Nombre de Jesús.
Nuestro cofrade ejemplar conoció las dificultades por las que pasaron las hermandades y cofradías en la posguerra o el fuerte impacto que tuvo en nuestra Semana Santa la marcha de baenenses a otras ciudades para buscar trabajo. A pesar de estos años de la emigración, a finales de los años cincuenta y en los sesenta se produjo la incorporación de nuevas hermandades y cofradías. En una de las hermandades que se crearon entonces, concretamente en 1959, figura Francisco López como uno de los hermanos fundadores. Nos estamos refiriendo a la hermandad de tambor ronco de San Juan, perteneciente a la cofradía de Jesús Nazareno, que en este año está conmemorando su medio siglo de existencia. Durante su pertenencia a esta hermandad pudo observar el rápido crecimiento que se produjo en los populares ‘pimientos morrones’ hasta configurarse en una de las más pujantes de Baena.
Pero nuestro homenajeado hoy consolidó una profunda devoción cofrade que ha mantenido durante todos estos años. Así, hasta 1968 también perteneció a la segunda cuadrilla de Hermanos de Jesús, Andas y Palio.
Su entrada en la hermandad matriz de los Nazarenos no se produjo hasta 1980, cuando ya tenía 44 años. Su incorporación a la directiva de la cofradía del Viernes Santo tuvo lugar de la mano de Juan José Rabadán Navas, que lo eligió para ocupar el cargo de secretario en 1999. Durante este mandato se produjeron algunos de los acontecimientos más destacados de la cofradía, destacando sobre todo la elaboración y aprobación del nuevo marco normativo, ya adaptado al estatuto marco, que se ha convertido en el más revolucionario de la cofradía creada en 1589. Así, a raíz de este cambio, por primera vez en más de cuatro siglos se aprueba una convocatoria general para elegir el cargo de hermano mayor, sin que tuviera que pertenecer, obligatoriamente, a la hermandad de Nazarenos.
Francisco López, tras el mandato de Juan José Rabadán, se presentó a hermano mayor, logrando más votos que los conseguidos por el otro candidato, Sergio Pérez. Nuestro cofrade ejemplar ocupó el cargo hasta el año 2008. Finalizado su mandato se presentó a la reelección, aunque el otro candidato, Javier Muñoz, recibió mayor número de respaldos. López ocupa desde 2006 el cargo de hermano mayor de la hermandad de Nazarenos.
La Asociación Cultural de la Primera Cuadrilla de Judíos de la Cola Negra ha reconocido en su trayectoria varios aspectos, entre los que destacan el compromiso con nuestra Semana Santa desde que era niño, el talante constructivo que siempre ha tratado de transmitir en su trayectoria cofradiera o el carácter dialogante que ha mostrado en los distintos asuntos que ha tenido que abordar.
Por todo ello, Francisco López Tarifa asume ahora el cargo de Cofrade Ejemplar de la Semana Santa de 2009. Enhorabuena».

Belén Solidario

El pasado día 7 se inauguró y abrió al público, en el Colegio de la Milagrosa, calle Gondomar nº 4, de Córdoba, un Belén que he tenido el placer de montar y que estará abierto al público todos los días (lunes a sábados, de 19 a 21 horas y domingos y festivos, de 12 a 14 horas), hasta el 4 de enero.

Aprovechando el céntrico lugar donde está instalado y el atractivo que supone una obra en la que se trata de fingir dar vida a elementos estáticos y despertar con su estructura algún sentimiento o ilusión, se le ha ofrecido a la Obra Social de los PP Trinitarios de Córdoba para destinar a su comedor social las aportaciones voluntarias que hagan los visitantes.

  J Antonio Esquinas

 

Brisas

SE HABLA MUY MAL

M.Piedrahita

Me ha parecido muy  actual el adjetivo zarrapastroso utilizado por el director del Instituto Cervantes, Víctor García dela Concha, para definir lo descuidado que se habla o se escribe. Se presentaba  “El libro del español correcto. Claves para hablar y escribir bien en español”. “¿Será  guai ese libro como regalo de Navidad?  preguntará la ingenua o el ingenuo acostumbrado/a  al lenguaje sincopado de los móviles. Ya me imagino lo que dirá tanto locutor de medios audiovisuales futboleros, apegados a la “bola”, al “están especulando” y al “pressing”. O a  “la moral del equipo es  muy alta”. Recuerdo que en la  antigua Escuela de Periodismo, un profesor que impartía religión ironizaba con eso de la moral futbolística. Lo dije no hace mucho en esta columna .Para hablar bien y de forma correcta, hay que leer. Se sabe si una persona lee o no lee, oyéndola hablar y, no digamos, viendo cómo escribe. El premio que recientemente le han dado a Jesús Hermida, colega entrañable en aquel equipo de corresponsales procedentes del periodismo impreso, es muy merecido pese a lo tardío. Antes que aparecer en pantalla, practicamos la escritura en reportajes, artículos, críticas de cine y leíamos literatura permitida o prohibida. El Diario Pueblo, para los que tuvimos la suerte de formar parte de aquel equipo tan variopinto, fue una escuela de periodismo. Decía Hermida en una entrevista reciente que a él no le gustaban cosas que ahora se hacen en televisión. Opino lo mismo. Hace falta un tratado con este título: “El libro de la realización correcta en los telediarios”. Es zarrapastrosa.

El día 8 de diciembre falleció Francisco López Tarifa, «Paco López» para todos. Junto a una larga trayectoria como cofrade en la Semana Santa de Baena, en la que fue Hermano Mayor de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Paco finalizó su vida siendo presidente de los Amigos del Arte, la sociedad que impulsó tanto la cultura de la localidad. Con Paco López se marcha un gran cofrade, pero también un gran baenense,  guarda de nuestras tradiciones y de nuestra cultura.
La foto la hizo Francisco Expósito el pasado mes de septiembre para un trabajo publicado en el periódico Cancionero. Paco sujeta una caricatura del primer presidente de los Amigos del Arte, Ramón Santaella, en la puerta de la Sociedad.

«El gato de la Duquesa»

Arriba, en la cima de la colina frente a la montaña de la sudbética, la construcción medieval casi mitológica para toda Baena; las torres adivinadas, las almenas y atalayas, las barbacanas insinuadas, los balconcillos suspendidos sobre el Marbella, donde en su pequeño lago un día soñado, se deslizaban los cisnes. Al viento, ondeando el pendón por bandera del Señor de Baena, Conde de Cabra y Duque de Sessa y la Señora de la Casa bordando tras la celosía que da al sol naciente de primavera. Así lo soñaba yo, cuando caminaba hacia la calle Alta y de allí ala Cava Alta para ver tan magníficas piedras.  En mis sueños aparecía el jardín del palacio ducal; palmeras erguidas con hojas, para de ellas hacer escobas-barredoras de pasillos de piedra; magnolios en flor, que alcanzan hasta las almenas; mimosas que se agitan en el estanque de palacio como gorriones en sus ramas y el convento adosado y anexo al palacio y al castillo. En mis sueños entraba a palacio por unos escalones muy elevados y de allí, aun gran salón, alumbrado por latón lampero.

En el patio de armas del castillo se veían las alcarrazas para recoger de la lluvia el agua y en el convento capillas semicirculares donde se ubican las tumbas de los Fernández Aguilar. Estaba tan familiarizado en mi niñez con los tambores de Baena que soñaba oír tamboriles en el gran solar de ceremonias con su gangoso sonar junto al caramillo y a un a danzarina cubierta de velos y uñas de color almagra.

Lo que más me asustaba en mi sueño era el gato que la Señora Duquesa siempre tenía a sus pies cuando se sentaba a bordar en el salón de ceremonias.

Un gato de ojos inmensos, de pupilas dilatadas que me escudriñaba y vigilaba; gato inquisidor y maléfico de orejas puntiagudas, de bigotes angulosos, que me enseñaba sus uñas cuando intentaba acercarme ala gran Duquesa. Refunfuñaba y arqueaba su lomo para así liquidar mi sueño y el sudor bañaba mi nuca tras mi entrada sin permiso en palacio.

Recuerdo que al despertar una corriente de aire estaba haciendo temblar las llamas de los velones en el Salón palaciego. Soñaba con Madre de Dios y oía música de armonio en el ceremonial de las monjas del convento y divisaba el féretro del Señor de Baena recubierto de paño de terciopelo negro con franjas doradas sobre catafalco en el centro del altar mayor. Ya la señora enlutada, su rostro cubierto de velo negro, imaginándola Ofelia, Circe, Melusina, Morgana y como hada de mi cuento; dama encorvada, rostro señorial que implora, mirada nublada de lágrimas; señora que quedaba vacía, desvaída por los años y la obediencia al Duque y dueño muerto.

Aquella ciudad en mis sueños fue villa solemne y majestuosa por los siglos de poder y de vigor de la Casa del Duque de Sessa. Columnas en el palacio, monumental escalinata, altos muros en su convento anexo, fuerza y perennidad en sus murallas y riqueza proveniente de los molinos del Duque. Sonaban las campanas de Santa María la Mayor, los baenenses esperando en la explanada de la iglesia fortaleza y el Señor Duque saliendo en su féretro negro camino del cementerio de Convento, acompañado de fúnebres cánticos de sus fámulos. Y la señora, tras el féretro, acompañada de su gato negro.

¿Cuando se reconstruya el castillo aparecerá aquel juez y gato negro?

 

José Javier Rodríguez Alcaide

Catedrático Emérito

Universidad de Córdoba

Artículo de José Javier Rodríguez Alcaide

DE MI PUEBLO SUS HUERTAS

Había llegado el mes de marzo y empezaban a alargarse los días; los cortados de la carretera empezaban a verdear en sus alcaparras. Cuando se acercaba el crepúsculo el barrio de San Francisco empezaba a animarse pues subían los hortelanos hacia el pueblo y su plaza vieja; se animaba la puerta Córdoba con un poco de movimiento y de vida; las cabras venían ahítas de comer las primeras verderas y en las casa se quemaba en sus cocinas parte de la poda de ramones secos. Todavía quedaba algo de claridad en el azud del río Marbella.

La primavera volvía a mi infancia gélida, vacilante y casi furtiva, todavía sin mucho color pero llena de júbilo; cada día que pasaba riadas de luz se desplomaban del cielo sobre la cortada del Tinte y ya en Abril mantos floridos de deslumbrantes colores de manzanillones blancos y amarillos revoloteaban sobre la languidez de la cuesta pina que iba de la iglesia de San Francisco al comienzo dela Calle Córdoba.

Me alegraba que se acabara el melancólico encanto del invierno cuando en el horizonte acechaban hermosos destellos y crepúsculos vespertinos que todavía no se atrevían a iluminar con su rotundidad mi blanco pueblo. Yo contaba las estaciones como se hacía en el pueblo. Tiempo de matanza, tiempo de lechugas, tiempo de espigadero y era; tiempo de golondrinas, tiempo de tambores, tiempo de holganza; tiempo de candelas, de pajares y de berenjenas en las huertas.

Y en marzo, Semana Santa, en que la tristeza descendía sobre mi tierra pues Dios moría cada año de veras; se velaban los altares de color morado y la amarga pena se mezclaba con la extinción de cirios de olor a cera. Yo me llenaba de infinita tristeza la noche del Viernes Santo y en el Jueves de antes una procesión de mantillas negras llevaban el luto a mi acera.

Se callaban de San Bartolomé las campanas y yo bajaba el Viernes santo a San Francisco con mis zapatos nuevos. Sin embargo, el lunes de Resurrección, cuando la primavera irrumpía en las huertas, la fiesta de la lechuga me alegraba en la mañana abrileña. Veía, cuando bajaba al Marbella, que el murmullo renacía pues volvía la vida a la huerta; salían hormigas aladas y abejas desplegando en sus arrugadas alas la alegría de la primavera en Baena. Repicaban las campanas de Pascua en San Francisco y le contestaban los de San Bartolomé tan cerca; las de mi parroquia sonaban como si tuvieran grietas. Y ya al final de abril la estación anunciaba su tibieza con la danza de mosquitos que ascendían de las huertas. No hay nada tan delicioso como la luz de Abril posándose en sus riberas.

José Javier Rodríguez Alcaide

Catedrático Emérito

Universidad de Córdoba

«Economistas en el Tiempo»

 Ramón Tamames ha presentado esta tarde el libro Economistas en el Tiempo del que es autor José-María Casado Raigón, Catedrático de Economía Política y Hacienda Pública, editado por Aranzadi-Thomson Reuters.

 El libro dijo Tamames está muy bien estructurado, es atemporal y pasa a ser una referencia indiscutible para conocer la evolución del pensamiento económico español y el proceso seguido en la aparición de los estudios de Ciencias Económicas en nuestro país.

Destaca la aportación de seis grandes Economistas españoles desde la postguerra civil hasta hoy, entre los que se encuentra el propio profesor Tamames. Los otros son José-Luis Sampedro, Juan Velarde, Fabián Estapé, Manuel Varela y José Barea.

A lo largo de sus cuatrocientos setenta y nueve páginas el libro hace un recorrido por el tiempo pasado, reciente, presente y futuro. En el tiempo pasado describe las principales escuelas del pensamiento económico español y la evolución de la figura del Economista en España. En el tiempo reciente destaca las entrevistas largas y entrañables a los seis grandes Economistas españoles de posguerra vivos, antes referidos. En el tiempo presente destaca cómo se estructuran y organizan los Economistas españoles, y tienen lugar sus relaciones internacionales en un mundo globalizado.

Finalmente, en el tiempo futuro el libro explica el proceso de unificación llevado a cabo por los Economistas y Titulares Mercantiles para el conjunto del Estado español.

Se hace una exhaustiva referencia, en el apartado de Economistas en negro sobre blanco, a la literatura económica más reciente, destacando las revistas de interés sobre temas económicos, e importantes libros que avalan la consistencia de la ciencia económica y la profesión de Economista.

Tamames en su presentación añadió que el libro está escrito con un excelente vocabulario y una exquisita galanura, que atrae al lector tanto por su contenido, como por la forma en que se presenta. Su lectura recuerda la trayectoria académica y profesional del autor y sirve de modelo -añadió- por un estudio serio y detallado de nuestro pensamiento económico pasado y presente.

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