EL DESCUBRIMIENTO DE LA CABEZA DEL EMPERADOR AUGUSTO EN TORREPAREDONES

Continuamos con los breves relatos del arqueólogo municipal José Antonio Morena sobre los descubrimientos de Torreparedones. En esta ocasión nos cuenta el descubrimiento de la magnífica cabeza de Augusto encontrada a finales de 2011 en la curia del yacimiento arqueológico:

“En la sala de reuniones del senado local de la colonia Virtus Iulia Ituci encontramos este impresionante busto de mármol blanco que representa a César Augusto cuando este ya había muerto (año 14 d.C.). Sobre la cabeza porta la doble corona, la cívica de hojas de encina con betollas y la radiada metálica que indica su divinización por parte del senado de Roma. Pero un detalle más hace de este retrato un ejemplar único en el todo el Imperio, un orificio que presenta sobre la frente y que servía para colocar una estrella que el profesor Carlos Márquez identifica con el sidus Iulium, el cometa que surgió en el cielo de Roma en el mes de julio del año 44 a.C. como símbolo del ascenso al cielo del alma de Julio César, su padre adoptivo. En definitiva, una pieza excepcional que, muy probablemente, pertenezca a alguna de las estatuas sedentes que aparecieron días después en el mismo lugar”.

El descubrimiento fue recogido por los diarios provinciales, pero también por los de tirada nacional. Incluimos a continuación el inicio del reportaje que publicó Manuel Albert el 12 de diciembre de 2011 en ‘El País’, titulado “La corona cívica de Augusto”:

“Un día cualquiera de un veterano legionario romano en la Hispania del siglo I. El militar retirado reside en una coqueta colonia de la Bética, con privilegiadas vistas a la campiña. Corduba, la capital, no cae demasiado lejos a caballo. Pero no hay necesidad de ir. En la pequeña ciudad en la que vive, de 10 hectáreas, no le falta de nada. Es casi como una Roma en miniatura. Nuestro hombre pasea por el decumanos (calle principal) rumbo al macella (mercado), hace un alto en el foro para disfrutar de las magníficas esculturas de mármol, se asoma a la basílica y discute en la puerta de la curia diversos asuntos. Al fondo del edificio público, vislumbra otra estatua. Descansa en un nicho. Se fija en su cabeza, tocada con una corona de hojas de roble y encina. Es Augusto, el primer emperador romano, al que ya todos rinden culto.
Viajamos 2.000 años adelante. La colonia romana se ha convertido en el yacimiento arqueológico de Torreparedones, a 20 kilómetros de Baena (Córdoba). Dentro de lo que una vez fue el edificio donde se legislaba la ciudad (la curia), los historiadores encuentran una bella cabeza de mármol blanco. Luce idéntico ornamento vegetal al que llamó la atención de nuestro viejo legionario hace 20 siglos. Y es que se trata del mismo retrato de Augusto. Su hallazgo, hace unas semanas, supone el último de los tesoros encontrados por los arqueólogos en esta mina histórica llamada Torreparedones (…).
Si quiere leer el artículo completo, le incluimos su enlace:

http://elpais.com/diario/2011/12/12/andalucia/1323645732_850215.html

Cabeza E Augusto

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