JOSÉ RUIZ SANTAELLA: JUSTO ENTRE LAS NACIONES
NACIDO EN BAENA EN 1904 Y FALLECIDO EN 1997, JOSÉ RUIZ SANTAELLA RECIBIÓ LA DISTINCIÓN DE ‘JUSTO ENTRE LAS NACIONES’ POR PROTEGER Y SALVAR LA VIDA A VARIOS JUDÍOS DURANTE EL HOLOCAUSTO NAZI EN ALEMANIA. COMO INVESTIGADOR DEL SECTOR AGRARIO RECIBIÓ DISTINTOS RECONOCIMIENTOS, CONVIRTIÉNDOSE EN EL PRIMER DIRECTOR DE LA ESCUELA DE AGRÓNOMOS DE CÓRDOBA.
F. EXPÓSITO (*)
“Nací el día 4 de octubre de 1904 en Baena, provincia de Córdoba, y pertenezco a familia de labradores”. Así inicia José Ruiz Santaella un currículo elaborado en primera persona en septiembre de 1974. Este currículo personal aborda la faceta profesional de este ilustre baenense del siglo XX. Ruiz Santaella sintetiza en nueve páginas su trabajo investigador y de formación agronómica, sus viajes por distintos países para conocer la producción agrícola más avanzada de Europa y Estados Unidos y, tras una gran experiencia y doctorarse en Ciencias Naturales en Alemania (1934) y como ingeniero agrónomo en Madrid (1961), regresar a Córdoba y dirigir la Estación de los Grandes Regadíos, la Residencia de Alumnos del Instituto Nacional Agronómico, germen de la Escuela Técnica de Ingenieros Agrónomos de Córdoba, al frente de la que estuvo a partir de 1964.
Con más de 80 publicaciones, entre libros, conferencias, artículos e informes especializados, José Ruiz Santaella fue condecorado con la Encomienda de la Orden Civil del Mérito Agrícola (1949), fue nombrado oficial de la Orden Holandesa de Oranges–Nassau (1965), recibió la Encomienda de Alfonso X el Sabio (1975) y la Gran Cruz de la Orden Civil del Mérito Agrícola (1976), además de ser académico correspondiente de la Real Academia de Córdoba. Precisamente, el Ayuntamiento de Baena reconoció esta faceta investigadora con el mayor reconocimiento de la localidad. En una sesión extraordinaria celebrada el 15 de julio de 1955, siendo alcalde José Trujillo de los Ríos, fue nombrado hijo predilecto José Ruiz Santaella. El acta de nombramiento recoge así sus méritos: “Con motivo de haberse dado cuenta de la solicitud que suscriben D. José Alcalá Santaella, doctor en Medicina y jefe de la Hermandad Sindical de Labradores; don Andrés de Prado Santaella, ingeniero agrónomo; don José Santaella Ariza, concejal del M.I. Ayuntamiento de esta ciudad y D. José Eguílaz Ariza, abogado fiscal de la audiencia territorial de Sevilla, interesando que por el Pleno municipal se nombre Hijo Predilecto de la Muy Ilustre Ciudad de Baena al Istmo. Sr. D. José Ruiz Santaella, honra y orgullo de los baenenses, prestigio nacional del cuerpo de ingenieros agrónomos; el Pleno Municipal, atendiendo a los revelantes méritos personales y profesionales del propuesto Iltmo. Sr. D. José Ruiz Santaella, acuerda de conformidad a lo solicitado, nombrando a dicho interesado Hijo Predilecto de esta Ciudad…”.
Pero en la figura de Ruiz Santaella también se encuentra la labor humanitaria de un baenense que durante la larga noche del holocausto nazi se convirtió en uno de los héroes españoles que arriesgaron su vida para salvar al pueblo judío. El Ministerio de Asuntos Exteriores recoge en su página web un capítulo especial dedicado a los diplomáticos españoles durante el holocausto. Desde su puesto como agregado de la Embajada de España en Alemania desde el 5 de septiembre de 1942, el artículo resalta de Ruiz Santaella que “arriesgó su vida en numerosas ocasiones para salvar a judíos perseguidos. Su heroica actividad humanitaria le valió el nombramiento de Justo entre las Naciones concedida por el Museo del Holocausto Yad Vashem”.
Ruiz Santaella y su esposa Carmen Schrader recordaban hace unos años aquellos momentos de penumbra. Tres mujeres judías llamaron a la puerta de su casa para pedirles asilo y así poder salvar sus vidas. Durante meses las tres judías, Ruth Arndt, su madre Lina Arndt y Gertrude Neumann, vivieron en la casa de la familia Ruiz en la más absoluta reserva, sin que nadie supiera de la procedencia de aquellas personas.
Cuando pudieron emigrar a Estados Unidos, dieron a conocer al gobierno de Israel la labor humanitaria que habían realizado José Ruiz Santaella y Carmen Schrader, llegando a poner en peligro a su propia familia. El pueblo de Israel reconoció su obra con la concesión del título de ‘Justo entre las Naciones’, título que se concede desde 1963 por parte de una comisión encabezada por la Corte Suprema de Israel tras un meticuloso estudio de los casos que se presentan y con la exigencia de que haya evidencias de los supervivientes. Ruiz Santaella fue invitado a conocer Israel, aunque los problemas políticos de la zona imposibilitaron su viaje. Sí estuvieron su hija Teresa y su nieta, que plantaron un olivo de Baena al final de la avenida del Holocausto y se hicieron una foto junto a la placa que homenajea a este baenense ilustre y a su esposa.
El diario ‘El País’ publicaba en mayo de 2005 un reportaje sobre el ilustre baenense a través de los testimonios de su esposa, Carmen Schrader, en el que rememoraba lo sucedido en Alemania. Carmen se había casado en febrero de 1936 en Alemania, aunque pronto se trasladaría a Valladolid con Ruiz Santaella. Fue en 1942 cuando surgió la posibilidad de regresar a Alemania al quedar vacante la plaza de agregado de Agricultura en la embajada española en Berlín. Carmen mostró sus deseos de regresar a Alemania tras siete años sin ver a su familia. Así fue como Ruiz Santaella optó al puesto de agregado en la embajada y consiguió la plaza.
Sin embargo, el retorno no fue fácil, pues la familia Ruiz Schrader tenía ya tres hijas pequeñas y Alemania estaba inmersa ya en la II Guerra Mundial. Así comienza la labor humanitaria del diplomático Ruiz Santaella, a pesar de que era sabedor del riesgo en el que ponía su vida y la de toda su familia. Primero ocultó a una costurera judía, llamada Gertrud Neumann, y después a Ruth Arndt y a su madre Lina. Su marido también logró refugiarse en el sótano de una antigua paciente, aunque no tenía nada para comer. Así fue como el ingeniero baenense hizo habitual, cada vez que podía desplazarse, la visita al marido de Lina para llevarle alimentos.
Esos momentos son narrados por el periodista Manuel Planelles en su reportaje de ‘El País’: “Desde abril a septiembre de 1944, las tres mujeres judías estuvieron escondidas en la casa del matrimonio Ruiz. Carmen dice que no pasó miedo, pero sí recuerda como cada vez que alguien llamaba a la puerta se tenían que ocultar. “Venía el cartero y se metían en los armarios, debajo de las camas… A finales de 1944, José fue destinado a Suiza. “Yo quería llevarme a Ruth escondida en el remolque, pero era muy peligroso”. Ruth y su familia se quedaron en Alemania, pero, al poco tiempo, consiguieron salir clandestinamente del país rumbo a EEUU, donde la antigua niñera vive todavía. Toda su familia consiguió salvar la vida”.
Recuerdo hace unos años cuando intenté entrevistarme con él, aunque ya se encontraba muy enfermo y no fue posible. José Ruiz Santaella, que fue el 19 de 21 hermanos de una familia labriega baenense, falleció el 14 de noviembre de 1997. El periódico ‘Cancionero’ recogía la noticia en su número de diciembre de aquel año. Ruiz Santaella recibió sepultura el 16 de noviembre en el cementerio de Baena.
(*) Texto extraído del libro ‘Personajes baenenses del siglo XX’.