por José Javier Rodríguez Alcaide
Cuán feliz fui, al recordar mi niñez ante mi casa en Baena,
y, ahora, rememoro cuán triste ante ella me vi
aquella tarde de diciembre, bajando desde San Bartolomé,
en la amable compañía de don Manuel Albendín.
Aquella casa, la que fuera mi hogar, como Cáscara la sentí.
Sin saber el nombre ni edad de su actual ocupante
me costó el alma y casi la vida a ella acercarme.
Me hubiera gustado hablar al Fantasma de mi niñez
que siempre, todas las tardes, se placía en visitarme.
Pero se debió marchar por el derribo de biblioteca y zaguán
donde conmigo el Fantasma al escondite jugaba.
Aquella plataforma más que lugar para Tabernáculo
se asemejaba a tierra para de mi niñez su Tumba.
Y me pregunté: ¿serán sus patios traseros Catacumbas?
Nota: La casa donde vivió José Javier Rodríguez Alcaide se encuentra en la Puerta de Córdoba. En la imagen, la Virgen de los Dolores, en el tramo al que hace referencia José Javier.