A-MAR-ES DE OLIVOS,
por Jesús Luis Serrano Reyes
Desde el olivo, Baena.
Aceite, savia hecha de historia,
raíz profunda, cuna de futuro,
horizonte verde, verde de esperanza.
SALUD-O
La mirada MAR-eada de verde,
en el horizonte embriagado de olivos,
prendida la vista inoculada,
se despereza la luz del sueño.
Aurora de oración perenne.
“Olivo, que estás en el suelo,
abraza mi corazón herido,
y bendice su savia roja.
Hágase tu consuelo en el mío,
únceme con seminal auxilio,
oh tú, alambique de sol y agua”.
A-DIOS
A mi corazón, roja amapola,
acuden en la sangre infinita
los deseos de todos los tiempos.
En tu raíz me abraso
hasta despertar en tus ramas,
ocaso de canción intempestiva.
«Hoy, que te veo,
no siento lo que escribo,
mañana, cuanto no te vea,
sentiré no haberte sentido».