ADÁN Y EVA,
por José Javier Rodríguez Alcaide
Venían con sus capas blancas de pureza
nuestros primeros padres, Adán y Eva.
Subieron al amplio balcón del Monte Horquera
y la escarcha del pecado allí se aposentó
y junto al pecado sonreía la inocente Eva.
Todo Baena en la plaza la contemplaba
dando de comer a Adán la manzana traicionera.
Como marineros que quieren achicar el agua
los niños gritábamos para que Adán no comiera.
Eva cortó la manzana del árbol y a todos nos la mostró
antes de arrastrar a su compañero a la madriguera.
La sinuosa, delgada y sibilina serpiente se deslizó del árbol
y bifurcó el camino correcto de la pareja primera.
Los niños quisimos darle caza y la perseguimos
por barrancos y torronteras hasta que se perdió en la roquera.
La Muerte ganaron con la manzana, al comerla, Adán y Eva.
Se les cayeron sus capas blancas de pureza y con ramos de olivo
sus pecados cubrieron ante todo el pueblo de Baena.
Fotografía: Viernes Santo de 2006. A la izquierda, el recordado hermano mayor de la cofradía, el nazareno Francisco López. La imagen recoge el momento en el que Eva ofrece la manzana a Adán en el Sermón del Paraíso.