ANTE EL DÍA MUNDIAL DEL AGUA (22 DE MARZO)
CARTA DE UN MAR A UNAS LÁGRIMAS,
por Jesús L. Serrano
Libertad: ansia de mar.
Ansia de libertad: mar sin playas.
Hacia vosotros (me) dirijo mi corriente.
Salgo de mí y respiro (evaporo)…,
y emerjo estas palabras que nadan sobre mí.
Sé que ahora sois también palabras,
que vuestro mar es recuerdo de arroyos,
y sólo queda de lo que fuisteis: nostalgia, humedad.
Vuestro pasado se ha evaporado,
vuestro presente no es sino sal.
La vida (nuestra) es una evaporación
y/o una deshidratación.
Me siento generoso para desbordarme
y arrojar sobre vosotros esta corriente de palabras.
Si os queda una gota de agua en ..(¿…?),
no la dejéis evaporar: mojaros en ella,
bautizaros, intentad refrescaros y,
si… –mucho me lo temo–,
la sal os pide agua y no podéis aguantar,
colmad vuestro vaso con esa gota y evaporaros:
no vale la pena naufragar.
Voy a irritar vuestra sal con mis palabras,
pero no me llaméis sádico, sólo mar.
Si tenéis aún líquida la memoria
recordaréis vuestro pasado.
El origen fue el agua,
en el vientre de la tierra…
y en el de cada madre:
siempre rodeados de agua.
Nuestras playas son nuestro cuerpo.
Somos una lágrima de nuestra historia,
sola para tanta sal: más muerte a nuestro evaporar.
Os animo con mi brisa:
mi pasado no es «así fue», sino “así lo quise yo”.
Mi visión me mar-ea,
me inunda esa verdad:
fui mar y sigo siendo mar.