La Cofradía de Amigos de la Viña y el Vino de Baena ha nombrado a José Javier Rodríguez Alcaide, miembro del Grupo Amador de los Ríos, pregonero de la Fiesta de la Vendimia, en una exaltación que tendrá lugar el 6 de septiembre en Baena. Incluimos una breve reflexión del Hijo Predilecto de Baena sobre los caldos de la cooperativa Nuestro Padre Jesús Nazareno, entre los tiene un protagonismo especial el Cancionero.
LOS VINOS DE BAENA,
por José Javier Rodríguez Alcaide
La distancia tiene su propio eco.
Desde tantos días de distancia en septiembre voy a pregonar los vinos de Baena pero con el eco sonoro que nace del regusto de ese buen vino que se llama Cancionero.
Al otro lado de mi lejanía de Baena está el arrullo que en mi paladar deja el fino de la bodega. El salto que hay desde Córdoba a Baena lo cubre no el abandono sino un lazo que me une a mi pueblo como alas que vuelan. Ese lazo es una copa de Cancionero, que es refugio, sin yo saberlo.
Por primera vez me deleité con estos vino en 1982, a mis cuarenta y cuatro años, y en compañía de algunos paisanos aquellas copas se hicieron, suavemente, refugio de mis palabras y deseos de recordar los olores de mi infancia en Baena.
Sería error no desvelar los secretos de los vinos de Baena.
¿Quién los va a degustar si os quedáis quietos en una esquina?
¿Quién con esos caldos se va a deleitar si queda solo como anciano sin orgullo?
Sería error no invitar a probar el olor en el bosque real del roble de la bodega, porque los olores de bodega son mariposas que hacen recobrar la memoria esbozada en las viñas de nuestros ruedos.
¿Hacia dónde viajan mis pensamientos cuando paladeo fino Baena? Van hacia la deseada armonía del mundo, a balancear el oro de los días que me quedan, al canto de los pájaros, a exprimir el aire para fijar en mi nariz sus aromas.
Deleitarse con una copa de Cancionero es abrirse al tiempo de la amistad y alejar de la mente hormigas y escarabajos; es entrar en ese cielo que te envía luz de luna llena; es guardar en tus manos la melodía que las estrellas lanzan, inmóviles, desde el firmamento; es un medio de volar a media ala a Baena y así recorrer todo el universo.
Paladear Cancionero es ver mariposas que se hacen estrellas cuando de noche te sientas en el patio en el plenilunio de primavera; es la vida que de repente te llama; es abandonarse a la felicidad y a la paz de los sueños.
FOTO: Arte en la bodega de la cooperativa Jesús Nazareno. En la imagen, una de las obras que formó parte de la exposición organizada con motivo del 50 aniversario de la vitivinícola baenense.