por José Javier Rodríguez Alcaide
Era el 17 de marzo en Ituci Virtus Julia. El sol estaba radiante y el foro muy animado porque se festejaba al dios Liber. Semanas antes en algunas dumus se confeccionaban togas viriles. En casa de los Galería ese día de marzo un pequeño dejaba su infancia y pasaba a la adolescencia, lo que se festejaba despojándole de la toga pretextae. Si el día que le impusieron la toga pretextae, como si fuera un bautizo, se repartieron dulces, pasteles y monedas, tal como dicen hizo mi padrino al salir de la pila bautismal de San Barfolomé de Baena, ahora al pequeño galerio le retiraron su blanca toga, ribeteada con cinta roja, y le colocaron la toga viril para confirmar su adolescencia.
Todos los adolescentes de Ituci, ese día de la Liberalia, desfilaron por el Foro de Virtus Julia, conducidos por sus respectivos pater familiae, para confirmar el paso de status, inscribirse en su tribu y estar a disposición del servicio militar. El Foro era un enjambre de itucitanos. Todos los niños preadolescentes portaban sus togas viriles y terminado el deductio in forum, el desfile y la ceremonia, regresaron a sus respectivos lares.
En casa del adolescente Galeria todo estaba preparado: como aperitivos, lechugas del Salsum y puerros del Marbella con menta; como primer plato habas de Fravasoson (Alcaudete); como segundo plato pollo, salchichas sobre gachas blancas y para la cena, fundamentum cenae, cabritos de la sierra de Egabrum con salsa de aceite de oliva y vino.
El diez y siete de marzo de ese año fue un gran día para Ituci porque veinte niños entraron en la adolescencia y estrenaron toga nueva como varones.
Imagen: RCFILMS