Torreparedones son en realidad tres miradores.
Desde su atalaya se oyen de Baena sus tambores.
Por Poniente se ven los olivares y la vega del Guadajoz
difuminada.
Hacia el Sur la Fuente romana y las espadas.
La vida surge de sus piedras,
el Anfiteatro deja de ser quimera,
y debería ser tomado por bandera.
Su conquista será para Torreparedones
nueva primavera.
José Javier Rodríguez Alcaide